La Habana, 12 de septiembre de 2018.- Hoy se un nuevo aniversario de aquel 12 de septiembre de 1998 cuando Gerardo Hernández Nordelo, Antonio Guerrero, Ramón Labañino Salazar, Fernando González Llort y René González Sewerert eran tomados como prisioneros del Imperio.
No es un aniversario cualquiera. Transcurrieron veinte largos años desde aquel día y hoy los Cinco, como se los conoce mundialmente, se encuentran en libertad y de regreso en Cuba, ya “insertados en la cotidianidad” del pueblo cubano, como remarcara Gerardo.
José Prieto, Vicepresidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), sede de esta jornada, destacó el importante rol de Fidel y Raúl, la lucha del pueblo cubano y la constancia de más de dos mil organizaciones pertenecientes a 154 países, en la lucha por el regreso de los hoy Héroes de Cuba.
Prieto mencionó también que el primer comité que se fundó por la libertad de los Cinco fue precisamente en las entrañas del Imperio; sin dejar de recordar las cuantiosas acciones que el movimiento de solidaridad ha realizado en el mundo exigiendo que el gobierno de Estados Unidos pusiera fin a esa injusticia.
“Pensar que atrás estaba el pueblo de Cuba, nuestra Revolución y miles de compañeros en el mundo nos daba aliento”, afirmó emocionado Gerardo. Volantes durante la Copa del Mundo en Brasil, una bandera izada en la Antártida, escalar el Aconcagua en Argentina para colocar la bandera de los Cinco en la cima, bicicletazos a lo largo de Cuba y coloquios en Holguín fueron algunas de esas incesantes muestras de solidaridad que daban fuerza a los Cinco durante los largos años de soledad en la cárcel.
“Fue una batalla constante y victoriosa de la mano de todo un pueblo y familiares”, expresó Ricardo Alarcón, recordando las circunstancias de la detención y las vivencias transcurridas a lo largo de 17 años junto a esposas, madres e hijos de estos cinco hijos dignos de la Patria de Martí.
“No fue una concesión”, remarcó al explicar que “Estados Unidos lo hizo porque no tenía alternativa, porque necesitaba en apariencia un acercamiento con Cuba”. “No tenemos que agradecérselo a nadie, sino a nosotros mismos y a los miles de compañeros que tomaron como propia esta causa”, enfatizó Alarcón, reconociendo el importante papel que jugó la solidaridad y la presión ejercida alrededor del mundo en este caso.
“Está muy equivocado el que crea que estamos hablando de una historia del pasado”, afirmó, dejando en evidencia que el caso de los Cinco fue una brutal arista del siniestro juego imperialista injerencista contra Cuba.
“Su plan no era que fuésemos héroes, sino hacer su show mediático ante las cámaras”, sentenció Gerardo Hernández, dando cuenta de los intentos de lograr que ellos delataran la misión y se rindieran. Ninguna pasó, pues como en una ocasión ha dicho Fernando: “todo hombre que se respeta se debe a su Patria”.
“Somos soldados de Fidel, de Raúl y ahora de Díaz- Canel”, concluyó Gerardo ante un sostenido aplauso de los presentes, afirmando que “no hubiese existido ninguna negociación si los Cinco no nos hubiéramos convertido en un caso mundial”, agradeciendo con ello las batallas libradas en los diferentes países por su liberación, al tiempo que comenzaban a sonar los tambores de Yoruba Andabo y su rumba, esta vez dedicada a ellos, los héroes antiterroristas.
Fidel prometió que volverían. “Y volvimos”, dijo Gerardo. Cumplir con el deber de defender a su Patria fue su pecado. Resistir sin traicionar fue su mérito. Hoy el pueblo de Cuba celebra esta victoria y el tenerlos de regreso en casa.
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