Cerca de 800 eventos se están llevando a cabo este fin de semana en todo Estados Unidos, algunos organizados por individuos y otros por organizaciones de base, que incluyen a sectores religiosos, grupos comunitarios, estudiantes, trabajadores, jóvenes, todos igualmente indignados por la existencia de los “campos de concentración” (*) de Trump en la frontera con México, así como por las anunciadas redadas por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) contra las comunidades de inmigrantes.
Estas nuevas protestas tienen una participación más amplia, va más allá de activistas y gente progresista, incluye a personas que sienten que las acciones de Trump avergüenzan a Estados Unidos frente al mundo. Pero además tienen la necesidad de salir a las calles para expresar su indignación ante la inhumanidad de la política de la actual administración.
La mayoría de los carteles de las manifestaciones hacen referencia a períodos oscuros de la historia de Estados Unidos, en los que diferentes grupos de personas fueron llevados a “campos de concentración” sólo por su origen étnico o racial, incluyendo a los japoneses americanos durante la Segunda Guerra Mundial, a los ex esclavos después de la guerra civil y a los nativos americanos, como parte de una campaña de limpieza étnica.
Manifestaciones en Oakland , California
La reciente visita de un grupo de congresistas demócratas a los campamentos ha impactado. Hablaron públicamente sobre lo que vieron con sus propios ojos, y llevó a los medios corporativos a cubrir el tema y mostrar el grado de sufrimiento de miles de inmigrantes pobres que huyen de las condiciones creadas por las políticas neoliberales que tienen su origen en los propios Estados Unidos. Las imágenes que se han visto en los últimos días se han asentado en el inconsciente colectivo de personas con un nivel de conciencia y compasión; niños separados de sus padres, cuerpos sin vida flotando en el Río Grande intentando llegar al Norte y las redadas abiertamente anunciadas por Trump para este fin de semana con el fin de aterrorizar a la comunidad de inmigrante, han motivado a millones de personas a protestar.
Este movimiento ha creado un problema para Trump, en la víspera de las redadas del ICE en ciudades de todo Estados Unidos, se vio obligado a enviar a la frontera con México a su igualmente reaccionario vicepresidente, Mike Pence, para asegurar a los estadounidenses a través de los medios de comunicación que las condiciones en los campamentos son buenas, mientras daba palmaditas en la espalda a los guardias de los “campos de concentración”. Mientras tanto ha salido a la luz una página en Facebook racista y anti-inmigrante de algunos de estos mismos guardias y el Departamento de Salud y Servicios Humanos está investigando miles de acusaciones de ataques sexuales a menores de edad que sufrieron abusos por parte de los guardias en los campamentos que Pence visitó.
Las palabras huecas que vienen de la administración Trump han servido para alentar las manifestaciones de este fin de semana.
Más acciones están planeadas para la próxima semana y son un testimonio de que a partir de ahora la gente continuará resistiendo las políticas racistas y antihumanas de la administración Trump hacia la comunidad inmigrante.
Ellos llegan a este país para trabajar y darle una vida digna a sus seres queridos. Y aunque ocupen los peores trabajos lo seguirán haciendo, como resultado del saqueo a sus países de origen por los Estados Unidos de America y haberles vendido históricamente el sueño americano que hoy se transforma para la mayoría en una verdadera pesadilla.
* «campos de concentración» Así llama el pueblo lo que el gno denomina eufemísticamente Facilidades para la detención de familias -Family detention facility-
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