sábado, 8 de noviembre de 2014

Cartas al editor de The New York Times apoyan intercambio de prisioneros entre Cuba y Estados Unidos


Dos cartas al Editor del diario norteamericano The New York Times apoyando el editorial de ese medio de comunicación que pidió días atrás un intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Cuba, el cual abriera cauce a una nueva relación bilateral, fueron publicadas el jueves. Reconocidos juristas e investigadores estadounidenses son los autores de estas misivas que Cubadebate reproduce para sus lectores.
Cartas el Editor de The New York Times

Los Prisioneros cubanos y el norteamericano

NOV. 6, 2014

Al Editor:
Su editorial del 3 de noviembre “A Prisoner Swap With Cuba” presentó una razonable solución al mayor obstáculo para normalizar las relaciones de Estados Unidos con Cuba, pero no mencionó algunos aspectos claves.
Más allá de las referencias a los “espías cubanos convictos” que Cuba quiere de regreso después de haber permanecido más de 16 años en prisiones norteamericanas, el juicio de 7 meses de estos reconocidos agentes cubanos no incluyó evidencias de que ellos hayan obtenido ninguna información clasificada.
Con creces, la version cubana de que su misión primaria era monitorear y prevenir los planes terroristas de los exiliados en Miami contra Cuba, es apoyada por la evidencia, incluyendo el libro de investigación del periodista canadiense Stephen Kimber, “What Lies Across the Water”. Ninguno de los cinco hombres fueron acusados del cargo de espionaje (dado que ellos no tenían información clasificada), aunque el jurado de Miami los declaró culpables de una “conspiración” cometer espionaje.
Ellos monitorearon a figuras como Orlando Bosch, quien recibió protección en los Estados Unidos por más de 20 años hasta su muerte en el 2011, a pesar de ser “resuelto e invariable en su vocación a la violencia terrorista”, de acuerdo con Joe Whitley, un Vice Fiscal General y luego consejero general del Departamento de Seguridad Interna. Y actualmente, un terrorista de carrera, Luis Posada Carriles, está aún protegido por los Estados Unidos en Miami.

ART HEITZER
Milwaukee, Nov. 3, 2014
El autor es Presidente del subcomité Cuba del National Lawyers Guild (Colegio Nacional de Abogados).
Al Editor:
Su persuasivo argumento para intercambiar una subcontratista de USAID, Alan Gross, por 3 espías cubanos que han cumplido más de 16 años en prisiones de Estados Unidos carece de un componente crucial: el precedente historico para tal tipo de intercambio.
Dos ejemplos de intercambios de prisioneros entre Estados Unidos y Cuba son particularmente relevantes. En 1963, el Presidente John F. Kennedy liberó a un cubano convicto por haberle disparado y matado accidentalmente a una niña de 9 años y liberó a otros tres cubanos que habían sido arrestados por cargos de conspiración para cometer actos de sabotaje en Nueva York.
A cambio, Cuba liberó inmediatamente a dos docenas de ciudadanos norteamericanos presos en cárceles cubanas por cargos de actividades contrarrevolucionarias; entre ellos tres miembros de un team de la CIA capturados cuando estaban plantando aparatos para la escucha en un edificio de La Habana.
En septiembre de 1979, el Presidente Jimmy Carter aceptó una recomendación del Departamento de Justicia de otorgar clemencia y liberar a tres nacionalistas puertorriqueños, incluyendo Lolita Lebron, quienes habían sido declarados culpables de abrir fuego en el pleno del Congreso, hiriendo a cinco legisladores. Como parte de un no declarado “intercambio humanitario” negociado detrás de escena, 11 días después Fidel Castro liberó a cuatro agentes de la CIA.
En esos tiempos, estos dos intercambios fueron políticamente controversiales, requirieron de determinación y tenacidad presidencial. Pero, como el presidente Obama puede notar, ellos avanzaron intereses nacionales de los Estados Unidos y retornaron a los norteamericanos presos a sus familias.

WILLIAM M. LEOGRANDE
PETER KORNBLUH
Washington, Nov. 4, 2014
Los escritoires son coautores del libro “Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations Between Washington and Havana.”
(Traducción al español de Cubadebate)

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