Gema alineó las estrellas
El Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández Nordelo, y su esposa, Adriana Pérez, contaron en el programa La luz en lo oscuro, transmitido este domingo por Radio Rebelde, detalles sobre la concepción de su hija
Gema es una beba excelente, confesaron sus padres en el programa La luz en lo oscuro. Foto: Ismael Francisco |
De entre los Cinco, Gerardo Hernández Nordelo fue quien recibió la más cruel de las sentencias. Dos cadenas perpetuas y 15 años de cárcel se erguían como una muralla de odio y locura entre él, su esposa Adriana Pérez y todo el pueblo de Cuba.
La injusticia, sin embargo, no pasó desapercibida, y luego de 16 años de inextinguibles batallas, triunfó la razón el pasado 17 de diciembre.
No han sido pocas las sorpresas desde entonces para todos los que habitamos en este archipiélago. Ese mismo día, en medio de ese beso largamente anhelado entre Gerardo y su amada Adriana, observamos que «algo» más había entre ellos dos.
Era Gema, concebida «por control remoto», tal y como bromeara el Héroe de la República de Cuba en el concierto 62 de Silvio Rodríguez por los barrios, a donde asistieron los Cinco.
Así, se hizo «el milagro» y el pasado 6 de enero Gema llegó al reino de este mundo. Una alegría que no fue de dos, sino de todo un pueblo.
Este domingo el programa La luz en los oscuro, transmitido por Radio Rebelde, estuvo en una sesión especial desde la casa de Gerardo, Adriana y Gema.
Su conductora, Arleen Rodríguez Derivet, recordó a los recién estrenados padres que para ellos todo llegó de golpe: Adriana embarazada, la libertad, Cuba, Gema.
Había tenido la oportunidad de ver una foto de Adriana embarazada y se veía más hermosa que siempre, rememoró Gerardo. Ser padre es algo para lo que yo no estaba preparado. Han sido muchas emociones juntas. Me hicieron un chequeo y les decía (a los médicos) que el corazón ni lo revisen porque si tuviera algo ya me hubiera muerto. El regreso fue bien emotivo, pasaron unos pocos días y ya teníamos a la niña. Ha sido de película, para resumirlo en una frase. Han sido días de emociones constantes, días intensos de alegrías y de sobresaltos, a veces hasta de lágrimas y emoción con encuentros completamente casuales con gestos como los de esos hombres que te piden un abrazo y se echan a llorar. Para nosotros eso es algo completamente nuevo. Hemos vivido cada hora de cada día con una intensidad tremenda.
Me preguntan si sueño con la prisión, abundó Gerardo. Me preguntan si la recuerdo o lamento los años en prisión. Y les digo que aquí con el tercer abrazo de los compañeros comencé a olvidar todo aquello y sencillamente no pienso en términos de arrepentimiento o lamento ni mucho menos. Recuerdo a muchos de los que allá quedaron, sobre todo esos encerrados injustamente. Es un capítulo cerrado, no hay trauma de ningún tipo. Fueron 16 años de nuestras vidas pero el bálsamo de amor de estos días lo ha curado todo.
En el poco tiempo que tenemos a veces para conversar, continuó Adriana, hemos estado haciendo muchas cosas y la dinámica de Gema es algo diferente. El hecho de vernos, de poder mirarnos uno al otro, de saber que ya está aquí y que pasaron esos 16 años como si nada hubiese ocurrido, es una sorpresa, son muchas las emociones.
El embarazo llegó sin que estuviéramos preparados, llevábamos mucho tiempo solicitándolo y no esperábamos que ocurriese, agregó Adriana. Recordaba que Vilma (Espín) fue la iniciadora de este gran sueño, ella siempre estuvo pendiente de buscar una alternativa para que pudiéramos procrear. Pasaron muchos años, la idea siguió, llegó el momento en que nosotros por la edad y lo que significaba hacer esa solicitud pensamos que no se iba a lograr, y por eso nos sorprendió conocer que se podía hacer.
El senador Patrick Healy y su esposa tuvieron un rol muy importante en este empeño, ellos escucharon y trasladaron esta demanda al Gobierno de Estados Unidos, intercedieron para que se diera y obraron un impacto en el resultado de esta decisión, detalló Adriana.
«Nos sorprendió, pensábamos que no se iba a dar. Tuve muchas dudas de que fuera un juego, que fuera un tiempo pedido para alargar las cosas y que llegara el momento que por razón de la edad no se lograra. Teníamos la duda de que incluso teniendo la posibilidad de hacerlo no hubiéramos podido concebir.
«Como dijo Gerardo las estrellas se alinearon y todo se dio. No pudimos disfrutar los dos del embarazo juntos, pero llegó al menos justo a tiempo. En medio de la cesárea le dije que no imaginaba tener que contarle todo esto por teléfono, bajo las limitaciones de las llamadas. No me imaginaba contarle o tener que ocultarle los síntomas para no preocuparlo. Siempre tuve la ilusión de que eso fuera compartido, nunca quise tener hijos sola, el padre debe estar presente siempre, era robarle su derecho a vivirlo».
29 de octubre de 2003, carta de Adriana a Gerardo: Yo admiro a Elizabeth y Olguita, mujeres que han educado a sus hijas con gran esfuerzo sin la presencia del padre. No dejo de pensar en lo que deben sentir Ramón y René lejos de ellas y de sus hijas. Me imagino a mi misma en una situación semejante. Creo que yo no hubiera tenido el valor de ellas para criar a sus niñas, solas, imaginando cuanto sufrirías por no poder disfrutar de esa maravilla. No, me aferro a la idea de que vendrás, que estarás en el parto sin desmayar y pariremos juntos a nuestros hijos. Y nos pondremos de acuerdo para turnarnos por la madrugada cuando el bebé llore. Tú dibujarás y la inventarás cuentos y le cantarás todas las canciones infantiles que no me aprendí. Y yo le enseñaré a jugar a la pelota porque tendré más ánimos que tú. Te quiero y lo vamos a lograr. Tú no me dejarás sola nunca, porque en estos años terribles has estado lejos, pero no ausente.
Teníamos mucha esperanza y optimismo, ciento por ciento de Gerardo, porque yo era más realista que él, expresó Adriana cuando Arleen Rodríguez leyó el fragmento de la misiva.
«Siempre quise tener un varón, pero luego de pasar cierta edad y con todas las circunstancias que nos rodean pensé que si era varón iba a ser demasiado malcriado, es mejor que sea hembra y entonces ya quería hembra. Aunque si hubiera sido varón lo hubiéramos recibido con el mismo amor y la misma alegría», dijo Gerardo.
26 de mayo de 2001, carta de Adriana a Gerardo: Te confieso que en el fondo yo sabía que tú preferías una hembra igual que yo, pero me gustarían dos hijos, igual que a ti, y que el segundo sea varón. Pero al final con tal que nuestro hijo sea saludable, inteligente, honesto y habilidoso como tú y con pelo como yo, ya es suficiente. Las demás cualidades de ambos están implícitas siendo hijo nuestro. Lo único que no quisiera es que fuera desorganizado y mal jugador a la pelota como tú y malgenioso como yo. Lo demás no importa porque tendrá lo principal, mucho amor.
La Carta a los hijos por nacer, que escribió Gerardo en 2001, hoy se hace realidad, indicó Adriana. Decía Gerardo que «cuando tus padres ya no sean tan jóvenes como los de tus amiguitos sabrás por qué mami y papi estuvieron tanto tiempo separados». Eso es algo que hoy nos llena de muchísimo orgullo.
En el programa se habló de los nombres y cómo llegaron a Gema. Gerardo recordó que incluso pensaron en un nombre como Tsunami. «En aquel momento la propuesta fue seria, si le gustaba a ella le hubiera puesto el nombre a la niña, por suerte no le gustó», bromeó.
¿Por qué Gema?, inquirió Arleen Rodríguez.
En mi familia todos somos con A, confesó Adriana. El único que sale de la A es Gerardo. Siempre estábamos en la broma que otro Gerardo más no, porque su padre y abuelo se llamaban así, y buscábamos un nombre que tuviera un significado para nosotros, y no queríamos repetir otros que ya tenían hijos de nuestros amigos y familiares.
Pensaron en Amalia, Adribel (una mezcla de Adriana y Bella), Vilma, Dalia, Karen.
«Estuvimos analizando y le dije que como es el único que comienza por G, para que no se quede solo, le pusiéramos Gema, que significa piedra preciosa, cuando comienza a crecer la flor. Para nosotros simboliza lo que pueda representar el tesoro de esa piedra preciosa y se parece a “Gera”. Así decidimos que se quedaba ese nombre», detalló Adriana.
Fue un orgullo tremendo el dar la noticia para el padre. «Fue obvia la alegría y la emoción en ese momento. Muchas personas nos preguntaban (por el silencio), porque a lo largo del proceso siempre hubo etapas que sentíamos el deseo de compartirlo con amistades u otras personas y nos vimos imposibilitados de hacerlo por buenas razones. Los primeros meses de embarazo fueron prácticamente clandestinos y eso la privó a ella de compartir la alegría de este proceso. En ese sentido ver que nace tu hija y lo puedes expresar para mí fue una alegría inmensa».
Sobre Gema, Adriana explicó que «la beba es excelente, es muy tranquila hasta ahora y nos hemos turnado las madrugadas sin tener que llegar a un acuerdo. Han ocurrido cosas muy cómicas que nos divierten y nos reímos porque no estamos adaptados.
«De cinco a siete de la mañana Gera se levanta constantemente vigilándola porque no se duerme. Más que el cansancio lo disfrutamos todo. Estamos muy felices».
Adriana y Arleen comentaron sobre las similitudes físicas entre Gema y Gera, desde el color de los ojos hasta la forma del dedo gordo del pie. Gerardo agregó que nunca tuvo temores al respecto en medio del complejo proceso en que se concibió la niña.
La Carta a nuestros hijos que están por nacer, recordó Arleen, está en plural. ¿Gema tendrá hermanos?
Es prematuro que hablemos de eso, respondió Adriana. No somos tan jóvenes para volver a procrear, aunque mi embarazo fue «de libro» porque nunca tuve complicaciones. No lo hemos descartado del todo pero sería muy riesgoso para mí por la edad y porque hemos vivido un estrés que no todo el mundo pasa. Navegamos con toda la suerte de que esto fuera con mucha felicidad, pero es algo que tendríamos que analizar.
Gerardo bromeó que le gustaría hacer una mayor contribución para el problema del envejecimiento en el país, pero por el momento no lo han considerado.
¿Con qué canciones duermen a Gema?, siguió Arleen la entrevista. Con reguetón, dijo entre risas Gerardo. «Le ponemos mucho Radio Enciclopedia y le cantamos temas infantiles», agregó antes de que Adriana confesara que solo canta él, porque a ella no le gusta.
Le hablamos muchísimo, continuó una emocionada madre. El ambiente familiar siempre es normal cuando ella duerme, para que se acostumbre, pues ella nació en un país donde hablamos alto, nos gusta la música y no podemos mantenerla ajena a esto.
25 de diciembre de 2001, carta de Gerardo a Adriana: Yo estoy muy bien corazón, solo que un poquito agitado porque estos días han sido muy intensos y no he tenido tiempo para jugar dominó ni para ver películas. Fernando me contó que uno de su piso le dijo que me había visto abajo el día después de mi sentencia. Debe ser en la visita del abogado o de mi mamá. Y que en vez de notarme afligido me notó más alborotado que nunca. Hay un parecido me dice la gente de aquí, porque imagínate siempre que alguien baja sentencia y regresa con 10 o 15 años en las costillas se pasa dos semanas sin salir del cuarto. Y nosotros a pesar de las cadenas perpetuas y el montón de años estamos como si nada. Yo le digo a la gente que lo que pasa es que siempre he sido una persona de mucha «fe».
Estas cartas las estoy redescubriendo, confesó Gerardo. Muchas de ellas se escribieron en momentos de necesidad de comunicar algo. Nunca fui de regresar a revisar las cartas porque me causaban dolor. En ese momento usé la palabra fe no tanto en la connotación religiosa — aunque no tiene nada que ver si lo hubiera hecho así— aclaró, pero «fe» recoge en ese momento optimismo, confianza en que vendrían tiempos mejores, que a nosotros nunca nos abandonarían. Ahí se recoge en esa palabra la convicción de que está bien, me sentenciaron a dos cadenas perpetuas, pero tengo un pueblo y una Revolución detrás que nunca nos abandonará, como sí le sucedió a muchos de quienes estaban conmigo y siguen presos por ese sistema que no perdona.
Arleen refirió que el nacimiento de Gema está relacionado con una nueva época desafiante para Cuba.
Cuando llegamos y tuvimos la oportunidad de saludar a Raúl (Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros), le dijimos que estábamos de vuelta para lo que sea. A varios que me han preguntado sobre a dónde voy a trabajar, realmente no tengo un plan, el único hoy es servir a la Revolución donde se considere que puedo ser más útil, acotó Gerardo.
«Desde el punto de vista del país se abre un horizonte bien interesante. A veces existe la tendencia de ser optimistas y sacar cuentas de todas las cosas buenas que este nuevo cuadro nos puede traer, que en efecto existen. Pero no podemos perder de vista que el hecho de que el Lobo se ponga el traje de Caperucita y de la Abuelita, no quiere decir que ya no es Lobo. Se nos vienen encima una serie de retos para los que tenemos que seguir preparándonos. No quiere decir que Cuba siga siendo la misma, el resto está en que continuemos adelante sin retroceso. En eso los revolucionarios cubanos tenemos una tarea compleja, que es asumir estas nuevas variantes, este nuevo “pitcheo”, por decirlo en términos beisboleros. Hay un nuevo pitcher que viene con otros lanzamientos, pero el hecho de que cambie la bola no quiere decir que podemos perder la vista y hacer swing a cualquier cosa. Hay que seguirse entrenando para las nuevas reglas del juego», agregó.
Agradecimientos
Es un agradecimiento general que no podemos particularizar pues es el fruto del trabajo de muchos años y de muchas personas, subrayó Adriana. Cada cosa llegó en su momento, por el efecto de haber acumulado tantos esfuerzos y estrategias que fueron cambiando en la medida que eran factibles.
No podemos olvidar que la administración Bush era reacia a hacer conocer el caso de los Cinco, continuó. El Gobierno nuestro tuvo un papel determinante en concatenar todos estos resultados: Gema, el regreso, el inicio del restablecimiento de relaciones (con Estados Unidos). No podemos olvidar a todos los que hicieron cosas por nosotros, y a esos que hoy no están y no lograron ver este éxito. El agradecimiento se impone siempre sin nombres.
Cuba tenía que prepararse para recibir a cuatro. La sentencia imponía que él no regresaba, recordó Adriana. Muchos me decían que él siempre estaba en peor situación. Siempre afirmé que es cierto que en el papel tenía las peores condiciones, pero hasta que no llegara Ramón (Labañino), los tres que quedaban estaban en la misma condición. No quería decir que pensáramos que iba a ocurrir. No me preparé nunca para que estuviera ausente, para que no regresara.
Por suerte salieron los tres (Gerardo fue liberado junto a Labañino y Antonio Guerrero), y a nosotros nos conmovía la felicidad. Nos enteramos cuando estaban a punto de llegar y tengo que reconocer que el haber logrado el sueño de Gema, más que compartido conmigo, es algo que él luchó por lograr.
Sobre haber logrado concebir a Gema, Gerardo afirmó: «Para mí es ciencia ficción. Al final de todo esto y a pesar de que era el mayor sueño irrealizado, la primera vez que yo propuse esto sobre la mesa, pensé que no lo iban a aceptar. Cuando me dijeron “lo están pensando” creí que dirían que no. Pero bueno, se dio y salió todo bien».
También hablaron del «milagro» y las cábalas de las fechas.
A Gerardo lo mueven de la prisión de Victorville el día 4 de diciembre, el día de Santa Bárbara, contó Adriana. Regresa el 17 de diciembre que es cuando los cubanos celebran a San Lázaro, y Gema nace el 6 de enero, el día de Reyes. El milagro se hizo porque nosotros estuvimos acompañados por muchas personas, de todo tipo de creencias, de fe, de inclinaciones políticas. Personas que afirmaban yo no comparto la ideología de ustedes pero en el caso de los Cinco tengo que intervenir.
Abundó Gerardo sobre la etapa de los poemas, de aquellos tiempos desgarradores en medio del proceso penal, cuando le prometió a Adriana que volverían un día a caminar por la playa, porque tenía la certeza de que sería liberado.
«La felicidad no podemos esconderla. Confieso que fueron miles de personas las que pusieron su granito de arena para que este sueño se hiciera realidad. Todos los que hicieron algo por los Cinco tienen un pedazo de la victoria».
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