viernes, 20 de abril de 2018

Para Cuba, continuidad Por Laura V. Mor

Texto: Laura V. Mor, Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba. Fotos: Yaimi Ravelo Rojas.
La Habana, 19 de abril de 2018.- Cuba amaneció en un día histórico por demás especial, recordando el aniversario 57 de la fallida invasión estadounidense a Bahía de Cochinos y la heroica gesta de un Pueblo entero, con Fidel a la cabeza, que se plasmó en nuestra historia como la primera derrota del imperialismo en América Latina.
La prensa mundial está a la expectativa de este día, la derecha internacional también… y no precisamente por Girón. Es el día anunciado por el Gobernante Raúl Castro como el fin de su mandato y la consiguiente elección de un nuevo Presidente para Cuba, donde no faltan las especulaciones, como no faltaron aquel día cuando Fidel informó que concluía sus funciones al frente del país.
A las 9 AM comenzó la segunda sesión constitutiva de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien hasta hoy se desempeñaba como Primer Vicepresidente del Consejo de Estado, resultó electo con un 99,83% de los votos válidos emitidos (603 de los 604 diputados presentes) para ejercer el cargo de Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba por los próximos cinco años.
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Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros junto a demás miembros del nuevo Consejo de Estado de la República de Cuba
Junto con él, Salvador Antonio Valdés Mesa como Primer Vicepresidente del Consejo de Estado; Ramiro Valdés Menéndez, Roberto Tomas Morales Ojeda, Gladys María Bejerano Portela, Inés María Chapman y Beatriz Jhonson Urrutia como Vicepresidentes y Homero Acosta Álvarez como Secretario.
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Esteban Lazo Hernández (centro), presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba, presenta al nuevo Consejo de Estado
Leopoldo Cintra Frías, Teresa Maria Amarelle Boué, Ulises Guilarte de Nacimiento, Mirian Nicado Garcia, Guillermo Garcia Frías, Bruno Rodríguez Parrilla, Martha del Carmen Mesa Valenciana, Carlos Rafael Miranda Martinez, Susely Morfa González, Rafael Antonio Santiesteban, Miguel Ángel Barnet, Ileana Amparo Flores Morales, Raúl Alejandro Palmero Fernández, Jorge Amador Berlanga Acosta, Yipsy Moreno González, Elizabeth Peña, Yoerkys Sánchez Cuéllar, Ivis Niuba Villa Milán, Barbara AlexisTerry, Reina Salermo Escalona, Rosalina Fournier Frómeta, Carlos Alberto Martínez Blanco y Felicia Martínez Suárez son los restantes miembros, quienes ejercerán su mandato entre 2018 y 2023 en el órgano colegiado ejecutor de las decisiones de la Asamblea Nacional, representándola entre los períodos de sesiones y rindiéndole cuentas a ella.
El nuevo Consejo de Estado queda conformado así por 35,48% de renovación en relación al saliente, un 28,38% de mujeres y un promedio de edad de 54 años, con un 77,8% de nacidos luego del triunfo de la Revolución Cubana; reforzando la confianza en la capacidad política de la juventud.
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En un sencillo acto cargado de emoción y simbolismo, el nuevo Presidente de Cuba tomó posesión de su cargo. Como primera medida, el Presidente Díaz-Canel propuso “con el propósito de seguir profundizando en quienes deberán ocupar cada uno de esos cargos” a votación de la Asamblea posponer hasta la próxima sesión la conformación del nuevo Consejo de Ministros pues “constituye el gobierno de la República”, moción que fue aprobada por unanimidad.

El sistema político cubano cuenta con la previsión de quien sea electo Presidente del Consejo de Estado y Ministros además de ser Jefe de Estado, se desempeñe como Jefe de Gobierno según lo dictado por la Constitución de la República. No ocurre así con el Primer Vicepresidente, a quien para ejercer cargos lo postula el Presidente.
Así, Salvador Antonio Valdés Mesa (que anteriormente había sido electo como Primer Vicepresidente del Consejo de Estado) fue propuesto y aprobado, sin votos en contra ni abstenciones, como Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros.
“Dedico el primer pensamiento a la Generación Histórica que con ejemplar consagración y humildad nos acompaña en esta hora de apremiante desafío en que Cuba espera de nosotros que seamos como ellos, capaces de librar victoriosamente todos los combates que nos esperan”, fue la primera expresión de Díaz-Canel al iniciar su discurso de investidura, al legitimar la inclusión en la Asamblea Naciomal de Raúl Castro, Ramiro Valdez, Machado y otros héroes de la República, que “no se debe al homenaje más que merecido por la obra hecha”, sino al gran caudal de votos que obtuvieron en las elecciones generales, respetando así la decisión democrática ciudadana.
“Asumo la responsabilidad para la que se me ha elegido, con la convicción de que todos los cubanos seremos fieles al legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución Cubana, y al ejemplo del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, líder actual del proceso revolucionario”, afirmó, calificándolo como  “el referente para cualquier comunista y revolucionario cubano”.
Díaz-Canel enfatizó la necesidad de “propiciar el debate sincero” y “la comunicación con el pueblo” como deber de todos los diputados y diputadas, asegurando que “el compañero Raúl (como Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba) encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el futuro de la Nación”, ante los aplausos sostenidos del Palacio de Convenciones de La Habana.
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Recordó, dado el orden internacional que amenaza la paz y la seguridad de las Naciones -como muchas veces sostuvieran Fidel y Raúl-, que “Cuba no negociará principios ni aceptará condicionamientos” ante ninguna presión externa, pues “los cambios que sean necesarios los seguirá decidiendo soberanamente el pueblo cubano”; reafirmando con ello la política exterior que ha desarrollado el Presidente saliente en la última década.
Asimismo reclamó “el apoyo de todos los que ocupan responsabilidades de dirección en los diferentes niveles de las instituciones” y expresó la confianza en el pueblo cubano “sin él cual no es posible avanzar con éxito en medio de amenazas y desafíos”; al tiempo que recalcó la necesidad de ejercer una dirección más colectiva, facilitando la participación popular en procesos decisorios del país.
“No vengo a prometer nada, como jamás lo hizo la Revolución; vengo a entregar el compromiso de trabajar y exigir por el cumplimiento del Programa que nos hemos dado como gobierno y como pueblo” en los Lineamientos Económicos, Políticos y Sociales sometidos a debate popular en años anteriores.
“Aquí no hay espacio para una transición que desconozca o destruya el legado de tantos años de lucha. En esta Legislatura no habrá espacio para quienes aspiran a una restauración capitalista”, afirmó, dejando sin sentido los argumentos de aquellos que intentan mostrar al proceso natural de relevo como una ruptura con el orden social, político y económico.
Finalizó su discurso, evocando el concepto de Revolución que teorizara Fidel el 1°de mayo de 2001 y que fuera ratificado tras el paso a la inmortalidad del líder histórico por más de seis millones de cubanos y cubanos, y aseverando que “la Revolución Cubana sigue de verde olivo dispuesta a todos los combates”; dejando en evidencia su voluntad de continuidad política; pero reconociendo la necesidad de rectificar los errores, como luego en su alocución lo haría también Raúl.
Ante aplausos sostenidos, juró “defender esta Revolución socialista, ‘de los humildes, por los humildes, y para los humildes”, siguiendo lo dicho por Fidel el 15 de abril de 1961 cuando en la esquina de 23 y 12 en El Vedado habanero, proclamara el carácter socialista del proceso revolucionario naciente.
En su alocución Raúl Castro también recordó la victoria de Girón contra el intento de invasión estadounidense y el importante rol que desempeñó Fidel en el frente de batalla; dada la importancia de ese hito histórico no sólo como primera derrota del imperialismo en América, sino por vez primera el Ejército Rebelde lo hacía por el socialismo, recientemente declarado.
“No era necesario esperar una reforma constitucional para cumplir la palabra empeñada y actuar en consecuencia. Más importante aún era dejar el ejemplo”, explicó Raúl al referirse a la limitación en tiempo de los mandatos para la Presidencia y las razones por las cuáles no podría haber sido postulado nuevamente.
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Al referirse al nuevo Presidente del país, Raúl aseguró que “a lo largo de los años (Díaz-Canel)ha demostrado madurez, capacidad de trabajo, solidez ideológica, sensibilidad política, compromiso y fidelidad hacia la Revolución”, por lo cual no se cometió el “error del pasado de acelerar el proceso, sino que se aseguró con intencionalidad  y previsión el tránsito por diferentes responsabilidades partidistas y gubernamentales, de manera que adquiriera un nivel de preparación integral que, junto a sus cualidades personales le permitirán asumir con éxito la Jefatura de nuestro Estado y Gobierno y más adelante la máxima responsabilidad en el Partido”, dada cuenta de la situación inédita hasta el momento donde el cargo de Presidente y Primer Secretario del PCC no recae sobre la misma persona.
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Gran parte de su intervención estuvo dedicada a resaltar los logros sociales alcanzados por la Revolución en las últimas seis décadas, enfatizando aquellas relacionadas con la igualdad de género y la lucha contra el racismo; aunque no olvidó mencionar la importancia de “no retroceder ni un milímetro en lo logrado”, así como continuar avanzando como por ejemplo la presencia igualitaria de mujeres en cargos decisivos. Tampoco olvidó profundizar en los problemas actuales a los que se enfrenta la sociedad cubana y a la necesidad de no volver a cometer errores del pasado que tuvieron lugar, según reconoció, durante el proceso de implementación de la actualización del modelo económico; alertando a la vez que “el proceso de cambio en el modelo económico cubano no podía traducirse en terapias de choques contra los ciudadanos más desfavorecidos”; algo que contradeciría sin dudas, los principios socialistas sobre los que se basa la Revolución.
“En qué otro país un ciudadano humilde del pueblo, sin un centavo, puede ser electo a la Asamblea Nacional y puede ser electo al Consejo de Estado”, preguntaba Fidel en la sesión constitutiva de la IV ANPP en 1993, dejando evidenciada la particularidad de un sistema electoral popular que cuenta entre sus principios con la electividad, renovabilidad y revocabilidad de todos sus cargos, que además tienen la particularidad de no ser rentados.
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¡Patria o muerte! ¡Socialismo o muerte! ¡Venceremos!fueron las últimas palabras del primer discurso de Miguel Díaz-Canel Bermúdez como Presidente de Cuba, en una jornada cargada de emoción y simbolismo; pero también de compromiso con el legado de la Generación Histórica y con la voluntad expresa del pueblo cubano de continuar por los caminos de la autodeterminación, la soberanía y la independencia.
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Cuba en Resumen

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