30 junio 2017- El titular de la CTEP, Juan Grabois, advirtió que los allanamientos en la villa del Bajo Flores, como la represión del miércoles en la 9 de julio, son parte del posicionamiento electoral del oficialismo. Alertó sobre el “populismo de derecha que cree que la culpa de los problemas la tienen los que son más pobres”.
Grabois alertó sobre el deterioro del tejido social.
El titular de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois, advirtió que el megaoperativo que durante la noche realizó en la villa 1-11-14 forma parte de las “medidas propagandísticas, en el marco de la campaña electoral” del Gobierno. También atribuyó al afán de la administración macrista de posicionarse electoralmente la represión a los cooperativistas que el último miércoles reclamaban trabajo frente al Ministerio de Desarrollo Social.
Más de 1200 efectivos de Gendarmería y la policía participaron del operativo en la villa del Bajo Flores que se realizó con el doble propósito de desarticular las bandas de narcotraficantes y los talleres clandestinos que allí operan. Las fuerzas de seguridad se desplegaron en la zona a las cuatro de la mañana e hicieron casi un centenar de allanamientos. Según se consignó luego, al menos trece personas fueron detenidas y se incautaron alrededor de 450 kilos de marihuana, 50 kilos de cocaína, y 45 mil dosis paco, una granada de guerra, una ametralladora, distintas armas de fuego, una máquina contadora de billetes y dinero.
Puesto a explotar al máximo la idea de que pelea contra “las mafias”, el Gobierno salió a capitalizar la situación. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se hizo presente en la villa esta mañana y destacó el accionar de policías y gendarmes. “Hemos detenidos a los dos jefes de las bandas”, celebró.
Grabois le apuntó al Gobierno y señaló que “el allanamiento en la 1-11-14 es una medida propagandística, en el marco de la campaña electoral”. Remarcó también que “es más fácil hacer un allanamiento y militarizar una villa que meterse de verdad con quienes se benefician de la violencia en las villas, que en general viven en Nordelta y comen en Puerto Madero; no son gente humilde de un barrio”.
El titular de la CTEP advirtió que la administración macrista busca sacar rédito político con operativos como el que se realizó en la villa 1-11-14 y también con actos como la represión a la protesta del miércoles sobre la avenida 9 de julio. En ese sentido, analizó que reprimir “fue una decisión que se tomó por parte del Gobierno para dar un mensaje, que muy a mi pesar, tiene un nivel de aceptación alto en la sociedad: que hay que reprimir ese tipo de manifestaciones, sobre todo exagerando el hecho de que algunos pibes de las barriadas tenían palos y capuchas”.
Grabois, quien alertó sobre el deterioro del tejido social, dijo también en diálogo con Radio Splendid que “desde el punto de vista comunicacional, la imagen le sirve mucho al Gobierno para mostrar que van a mantener el orden ante esta gente violenta”. Y agregó que “hay un ala del Gobierno que se está empoderando a medida que avanza el cronograma electoral, que es un cierto populismo de derecha que hace política y proselitismo con la represión, con los discursos violentos; lo que pasó en la 9 de julio fue el aprovechamiento electoral de una mala metodología de algunas organizaciones sociales. Hay un populismo de derecha que cree que la culpa de los problemas de tránsito, de seguridad, económicos la tienen los que son más pobres, los paraguayos, los negros de mierda”.
Los trabajadores de PepsiCo le reclaman a Jorge Macri
Tras cortar dos carriles de la Panamericana en demanda de la reincorporación de los 600 despedidos, al mediodía le exigieron una definición al primo del Presidente. “Estuvo a la vuelta de la planta y no se acercó ni para traer un baño químico”, se quejaron los delegados.
PepsiCo cerró su planta a principios de la semana pasada y dejó 600 empleados en la calle.
Los trabajadores despedidos de PepsiCo cortaron desde la 7 de la mañana dos carriles de la Panamericana a la altura de la localidad bonaerense de General Pacheco, en un nuevo reclamo por la reincorporación de los 600 puestos de trabajo que se perdieron con el cierre de la planta de Florida. Los trabajadores decidieron retirarse de la autopista, una hora más tarde, cuando decenas de gendarmes se apostaron frente al corte para desalojar el piquete. Al mediodía marcharán hasta la municipalidad de Vicente López para pedirle al intendente Jorge Macri “que se exprese en relación al conflicto”. “Estuvo a la vuelta de la planta de Florida y no se acercó ni para traer un baño químico”, se quejaron los operarios que mantienen una vigilia en la fábrica.
“Había muchas compañeras y optamos por retirarnos de la Panamericana, porque nos dimos cuenta que el operativo de desalojo iba a ser violento”, contó el delegado de los trabajadores despedidos Luis Medina. Los manifestantes permanecieron desde las 7 sobre la traza en sentido a la Capital Federal, en el kilómetro 35 del ramal Campana, a la altura de la avenida Henry Ford, impidiendo el paso de los vehículos en dos carriles
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