Resumen Latinoamericano / 11 de octubre de 2018 / Bárbara Taboada, APL
Tanto América como África proporcionan desde hace 526 años la materia prima para el desarrollo europeo. Desde ese instante, comenzó un genocidio que jamás cesó. Todo lo natural es visto como un recurso a explotar y todo aquel que se oponga al sistema depredador,una amenaza.
En esta América Impuesta se ha sembrado miedo y muerte, pero en cada rincón, se cosecha amor y resistencia; porque son nuestras manos las que trabajan y labran la tierra con dignidad. Aquí no existe el respeto a “la diversidad cultural”, tampoco es cierto que se asuma el reconocimiento igualitario de nuestra existencia; les cuesta reconocer que“somos y pensamos” por nosotros mismos sin la necesidad de ser “blanqueados”, “europeizados”. Nos tildan de “indios ignorantes”. No comprenden cómo seguimos naciendo. Nosotrxs no somos “atrasadxs”, ni tampoco terroristas:somos visionarios. Únicos conscientes de que vivimos milenios en abundancia, sin hipotecar el aire, el agua, ni el suelo que debemos dejar a las futuras generaciones. Nuestro presente es pasado y futuro,y nuestro sentido de vida es respetar y proteger toda la existencia.
A continuación, comparto algunos conceptos que quisiera poner en evidencia para invitar a la reflexión. Lo que aquí expreso es parte de: “El silencio mestizo: convivencia, sincretismo, sacralidad, salvaguarda y muerte, como presencia audible en la creación americana.”, trabajo de investigación que, a pesar del racismo y la falta de recursos, lucho por publicar; ya que el genocidio silencioso, enmarcado en un sistema racializador nos está matando. Por todo esto, pido respeto. Respeto por mis mayores, por mislamngen (hnxs), que son y fueron desaparecidos y encerrados en campos de concentración por ser “indixs, negrxs”. Este trabajo no busca expresar solo mi voz, sino un pensamiento colectivo, tejido a partir de estar en contacto con diversas culturas de este continente y; por sobre todo desde mi posición tomada como zomo (mujer) mapuche. Inche:Cortaron mi lengua/ trago mi sangre para que no se pierda/ Cortaron mi garganta/y brotaron como chispas palabraswinkas/ En mis ojos auìn grito, con mis cielos auìnsuenÞo/ tayinÞ pufucakeceyempewmakeinÞ mu (mis ancestros me suenÞan)/ yo no muero. (Bárbara Taboada)
América, Latinoamérica, Anahuac, Indoamérica, Abyayala, Tawantinsuyu, Wallmapu…
Es indispensable aclarar lo dificultoso que resultaría aunar tantos mundos en un solo territorio, tantos tiempos simultáneos en una sola linealidad consecuente; rastros presentes que la historia del continente entero encarna bajo un mismo sustantivo: América.
De punta a punta, el continente sufrió una invasión europea que dio origen a una historia en común. Donde el cúmulo de naciones nativas fueron obligadas a tomar la ficción como lo real, a saberse ajenas de sí mismas; siendo rehenes de la naciente América (territorio condenado al saqueo) demarcando un nuevo tiempo/espacio desfasado y escindido hasta la actualidad. Considero relevante mover el punto de encaje de la comprensión habitual de nuestra historia, para no seguir afirmando la conquista o descubrimiento de América; porque América como tal, no existía antes de que el interés económico europeo depositó su mirada en estas tierras; por lo que no puede ser conquistado algo que no existe. “América” fue impuesta, construida sobre cimientos vivos.
Del mismo modo aquí nunca existieron indios; sino una enorme variedad de culturas ancestrales, altamente desarrolladas bajo diversas estructuras socioeconómicas y culturales, enraizadas en el suelo que les dio vida. Aunque parezca absurdo, aún tenemos que continuar aclarando que aquí no hay indios, ni indígenas, ni aborígenes, sino culturas que resisten al vaciamiento de arquetipos impuestos.
Dinámica de la constipaciónamericana
En 1492, la invasión europea dio origen a lo que podría considerarse la primera guerra mundial. Desde hace 526 años, todo el territorio ancestral continental se encuentra en manos de empresas internacionales que saquean “recursos”, contaminan nuestros alimentos y ponen precio a nuestras vidas. Ahora ¿podemos asumir la Conquista de América, negando que hace más de 5 siglos, el continente se sacude entre la invasión, el saqueo, el genocidio, las revueltas sociales, las dictaduras institucionales, el encierro, las resistencias subcutáneas, el ecocidio y el amor a la vida en todos sus órdenes? Desde el norte al Sur, coexisten naciones anteriores a la invasión colonizadora que se mantienen en lucha; reconociéndose, asumiéndose, organizándose, y logrando salvaguardar el derecho de seguir naciendo. Por todo esto, nuestrxs referentes continúan siendo amenazadxs, violentadxs, torturadxs, desaparecidxs y asesinadxs bajo similares prácticas colonizadoras de antaño.
Por lo tanto, es imposible hablar en pasado, ni desde lejos, porque nuestrxs abuelxs aún existen en nosotrxs: Hijxs, nietxs y bisnietxs, latimos junto a la tierra a unísono y bajo un mismo pulso. Porque no nos borraron, porque no acuñamos el término impuesto neutralizador “mestizo” para olvidar nuestra raíz; porque no somos “cabecitas negras” devenidxs en masa detrabajadorxs de una “patria” que nos ultraja hasta reducirnos a la servidumbre, “recurso humano” vacío. Nosotrxs aquí estamos, haciendo lo mismo que desde hace más de 40.000 años hicieron nuestrxs abuelxs y harán nuestrxs hijxs: cuidando la vida y nuestros valores humanos, por amor a las próximas generaciones.
Fundantes hispano-criollos y argentinos-chilenos
Es importante asumir que los Estados Americanos han mantenido el rol colonial del etnocidio verticalista socioeconómico. El concepto colonial de “raza”ha legitimado hasta la actualidad, las relaciones de poder en manos siempre de la clase europeizada terrateniente. Se impulsó desde la invasión europea, una sistemática división racial del trabajo donde lxs negrxs fueron reducidxs a la esclavitud, los nobles debían participar en los puestos altos y medios de la administración colonial, civil y militar, y lxs nativxs debían ser confinadxs a la venta y repartija como servidumbre, al desarraigo, la pobreza; siempre destinadxs al destierro, en el olvido de la periferia, barrios pobres, asentamientos y cárceles.
De este modo, el concepto de raza y la división del trabajo, quedaron estructuralmente asociados y reforzándose mutuamente hasta la actualidad, donde la educación sigue siendo solo de carácter binario-eurocentrista, y el acceso a ella es limitado a ciertos sectores que buscan perpetuarse en el poder.
Argentina es una de estas naciones ficticias, construida en base al racismo; en el fondo oscuro de los cimientos nacionales, se delata lo cobrizo de nuestra sangre derramada. Sangre que buscó ser blanqueada, educada por las políticas estatales; sangre que volvió a la tierra, darnos sostén. Es aquí donde se produce el origen de “la grieta”. Hasta que cada cual no se mire al espejo y sea consciente del suelo que pisa, hasta que no se tome consciencia identitaria, se seguirá nadando en charcos pseudo-progres-intelectuales, populistas. Aquí no hay progreso, no hay modernidad (más allá de una fachada porteña). Hay opresión sistemática colonial.
La marginalidad creada y perpetuada en el silencio
Desde la creación de América, nuestras expresiones sólo sobreviven en el encierro, en un margen delimitado como piezas arqueológicas primitivas de museos. Exóticos trofeos de una supuesta guerra ganada por el progreso, que hoy mantienen como material de estudio para el avance de las ciencias; a causa de que la objetividad científica exige que lo ancestral sea siempre lo muerto y encerrado; porque el “Indio” debe ser salvaje para justificar su exterminio, o silencioso y sumiso para poder “incluirlo”. De igual modo se invalida lo gauchesco, lo campesino, lo popular, todo lo que evidencia rasgos de “suciedad-barro-tierra”. A las expresiones de estos sectores, se les exige quietud y silencio, porque la ley implica que el pobre debe de ser manso ante la mentira que lo convierte en indigno por nacimiento. Debe creerse y sentirse impuro, aceptándose como único culpable de su marginalidad, por haber nacido sin suerte, alma errante de un mundo ya establecido sin historia.
Afirmamos que el Estado argentino, se fundó sobre el genocidio, y desaparición forzada de nuestra gente; pero parece desconocerse que no fue hace 526 años: solo han transcurrido 130 años aproximadamente en los cuales no hemos escuchado un pedido de perdón ni mucho menos un cambio en la política de “Reparación histórica”. Así, más del 60% de la población argentina posee raíces nativas, y aún lo desconoce. Se nos invisibiliza, se nos niega… se nos aniquila silenciosamente:
Cantidad de cuerpos muertos de nuestrxs abuelxs se encuentran aún encerradxs en museos, cantidad de cuerpos vivos de nuestrxs jóvenes se encuentran encerradxs en las cárceles a causa de la sostenida criminalización de la pobreza, cantidad de cuerpos de nuestrxs niñxs son violadxs, mutiladxs, vendidxs diariamente. El winka (explotador) nos reduce y nos mercantiliza, de la misma manera en que trata a nuestrx Mapu, como simples recursos de mano de obra barata y mercancía de explotación. En el campo y en la ciudad, latifundistas, criollos, americanistas progres, educadores blanco universitarios “interculturales”, hombres y mujeres, oprimen a quienes se oponen al sistema depredador.
Por eso, se busca eliminar nuestras memorias para empobrecernos culturalmente, para asumirnos mestizos, negándonos identidad, fuerza y autodeterminación. A causa de la migración forzada y desmembramientos familiares, se nos va depositando en la periferia, en los asentamientos, despojándonos de nuestro núcleo.
El Grito de otros silencios
Aquello que flota audible en el cosmos, late lo que grita la tierra. El Wallmapu, Tawantinsuyu, Anahuac, demanda escucha y vuelta al tiempo verdadero, al biorritmo.
En ese grito revive Callfucurá, Tupac Amaru, LefTraru, Huenchullan, Bartolina Sisa, la nación Pilagá bombardeada por Perón en 1947,los 300 lakotas masacrados en WoundedKnee por el ejército de los EEUU, los centenares de caídos por la lucha de la legítima restitución de las tierras nativas zapatistas, los “cabecitas negras” muertos por inanición, los humildes aprisionados en cárceles por el solo hecho de ser pobres y no hablar la lengua castellana, los enfermos por la contaminación de alimentos transgénicos y pesticidas, la destrucción que ejercen las prácticas de megaminería a cielo abierto, las montañas dinamitadas de todo el continente, los 43 maestros normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, los campesinos sentenciados al trabajo mal pago, a la niñez robada, y así…
En el grito revive el valor de la vida. Se visibiliza el horror de nuestras mujeres y niñas que son raptadas para explotación sexual, de nuestros jóvenes que mueren adictos y se suicidan porque el sistema los quiebra. En cada nuevo grito, se expresa la rabia, como también el amor y la dignidad que nos une en nuestra esencia de“che”(gente con valores). Así, se plantea la posibilidad no solo de repartir nuevamente las barajas; sino de dejar de jugar este juego ficticio en el que un otro nos pone las reglas, porque aún podemos recuperar el primer territorio: nuestro cuerpo, mente, nuestro espíritu.
Colonización de la semilla: Ecocidas, Vida y Territorio
El territorio es todo. El territorio sostiene la alimentación, la medicina, la comunicación con todas las formas de existencia; provee alimento biológicamente activo, con memoria antigua lawen (plantas- medicina) newen (fuerza); el agua, las raíces, los minerales, el sol, las lunas, los pasos, el zugun (la palabra, el sonido), etc.
Cuando decimos “tierra/territorio”, estamos hablando de un todo, donde la diversidad de fuerzas naturales constituye las leyes sobre las cuales se sostiene la vida, TODAS las vidas. La colonización que hoy sufre la semilla, es una nueva colonización desde adentro.
Las semillas transgénicas son ecocidas, asesinan la memoria biológica y nos desconectan de lo propiamente natural. En la línea de la “multiculturalizacion”, se busca generar una amnesia vegetal para acallar las memorias insurgentes.
Por la continuidad de la humanidad, habrá que tomar la responsabilidad de cultivar elser mapuche:serkümeche, (buena persona); ser newenche, (una persona valiente); ser kimche, (una persona sabia); y ser norche, (una persona correcta) en todos los mapu (espacios materiales e inmateriales). Es decir, ser semilla, agua y tierra donde nos toque estar, ser leales al territorio que nos da vida respondiendo a su llamado. Y esto no es solo una responsabilidad de los pueblos pre-existentes.
Los hispano-criollos, argentinos-chilenos – americanos, deberán comprender que se está a favor de la vida o sentenciando a su descendencia a la desaparición. Nosotrxs hemos sido forzados a guardar demasiados silencios, y ya va siendo hora, de que sean ustedes quienes se silencien para poder escucharnos. Necesitan de nuestra educación para aprehender que TODO TIENE VALOR, NO UN PRECIO: USTEDES SON LA AMENAZA.
Pu lamngen, puweñuy: Levantemos la mirada. Nuestros cantos y danzas activan la naturaleza viva que subyace en este artificio denominado América. Seguimos cantamos por derecho, seguimos danzando por nuestros abuelos, sigamos gritando con orgullo que aquí estamos vivos. Amulepetaiñweichan!
NEWEN AL MACHI CELESTINO CÓRDOVA Y A TODAS NUESTRAS AUTORIDADES ANCESTRALES CAUTIVAS POR LOS ESTADOS OPRESORES
TRALCAL Y PERALINO INOCENTES
ABSOLUCIÓN A IVANA HUENELAF
JUSTICIA POR MACARENA VALDÉS
JUSTICIA POR RAFAEL NAWEL
JUSTICIA POR ISMAEL SERRANO
LIBERTAD Y JUSTICIA A TODXS LOS PRESOS POLÍTICOS y DESAPARECIDOS NATIVOS EN DEFENSA DEL
TERRITORIO, por Wallmapu, Anahuac, Abyayala, Tawantinsuyu LIBRE
MARICHIWEW!!! MARICHIWEW!!! MARICHIWEW!!! MARICHIWEW!!!