Recibido de su autor
23 de octubre de 2018
Andrés Gómez, director de Areitodigital
Miami.- Quiero tratar en este trabajo sobre
el angustioso costo humano diario que les impone a millones de cubanas y
cubanos la política genocida de Bloqueo.
¿Por dónde empezar hoy? Quizás por
los de más edad entre nosotros; pienso que son los que más sufren las
consecuencias de esta inhumana política. Como todos sabemos los gobiernos de
Estados Unidos prohiben, como parte del Bloqueo, la venta de medicinas y todos
los otros productos farmacéuticos, etc., producidos por los gigantescos
consorcios estadounidenses de esta industria. Como también prohíben la venta a
Cuba de estos productos a otros consorcios farmacéuticos de otros países
asociados de alguna manera a los primeros; inclusive si alguno de estos
productos tuviera algún elemento producido por la industria farmacéutica
estadounidense; aún materias primas de esta industria no se le pueden vender a
Cuba.
En Miami una prima mía tiene la difícil
tarea de cuidar en su casa a su mamá de 93 años, quien es cardíaca. Mi tía
necesita para vivir tomar al menos 15 diferentes medicinas al día. Además
de los innumerables pampers que hay que cambiarle, también diariamente, para
que se sienta bien, cómoda; porque entre estas medicinas le recetan un
diurético.
En Cuba en estos tiempos esto es
prácticamente imposible.
No obstante, en Cuba, la edad promedio de
vida de la mujer es un poquito más de 81.3 años, mientras en Estados Unidos la
edad promedio de vida de la mujer es 81.1 años, muy similar a la de las
cubanas. Y esto Cuba lo logra a pesar de todas las penurias impuestas por
el Bloqueo. Extraordinario e increíble, ¿verdad?; pero cierto… muy cierto.
Aunque, ¿pudiéramos imaginarnos cuán
difícil se le hace a una familia cubana para atender debidamente a una anciana
o a cualquier enfermo –una madre, un padre, un hijo, una abuela, una tía, un
hermano? ¿Cuán difícil se hace para que ese enfermo mujer, hombre, niña o niño,
pueda ser atendido o atendida debidamente, como requiere su estado de salud y
sus derechos como persona? Si es que, a consecuencia de estas brutales medidas
del Bloqueo, esto resultara del todo posible.
En La Habana, más bien en La Lisa, mi mejor
amigo y su hermana tienen la responsabilidad de atender a su abuela, excelente
mujer, de 78 años de edad quien ha estado sufriendo de un cáncer de la vejiga,
por los últimos siete años. Gracias a los logros de la industria farmacéutica
cubana, a pesar del Bloqueo, tuvieron la oportunidad de arrestar, retrasar, el
crecimiento del tumor por un largo tiempo. Aunque ya no es así, el tumor
maligno se le ha extendido al colon.
¿Imaginan ustedes los dolores que sufre la
abuela de mi amigo a consecuencia de esta enfermedad?
Entre marzo de 2017 y abril de 2018 el
Bloqueo afectó negativamente a la economía cubana en más de 4 mil millones de
dólares. Se estima que durante las últimas seis décadas el Bloqueo le ha
costado a Cuba alrededor de 933 mil 678 millones de dólares.
¿Puede concebirse la afectación, el
sufrimiento mas bien, a una población actualmente de once millones de personas
que produce la pérdida, solamente el año pasado, de 4 mil millones de dólares?
Por todas estas graves carencias que el
Bloqueo le impone al pueblo cubano, y específicamente en el terreno de la
salud, las medicinas, en este caso los calmantes, que la abuela de mi amigo
requiere para aliviar los dolores que le causa su enfermedad, son sumamente
restringidos, y sólo disponibles a pacientes hospitalizados. Eso es debido
porque éstos no alcanzan; porque el Bloqueo impide que alcancen los calmantes
para distribuir prácticamente de manera gratuita a las personas que sufren de
cáncer y otras enfermedades que requieren de ese tipo de calmantes.
Debo señalar que en los últimos tiempos las
medicinas que se obtienen con recetas en las farmacias del país están en falta.
Muchas veces, por ejemplo, no hay ni las indispensables, con la regularidad
requerida, para enfermos de diabetes.
En el caso de la abuela de mi amigo, ni él
ni su hermana pueden cruzarse de brazos ante semejante tragedia; porque una
tragedia es. Como tampoco pudiéramos cruzarnos de brazos cualquiera de nosotros
confrontado ante semejante situación.
Y de alguna manera mi amigo y su hermana
consiguen los calmantes que son requeridos para aliviar el brutal dolor que el
cáncer le produce a su abuela.
Esa también es una consecuencia
alevosamente premeditada de la política de Bloqueo: a través de una
política de genocidio intentar lograr el desgarramiento moral de sus víctimas y
del orden legal de la sociedad en que viven.
En Cuba socialista, sociedad justa sin par,
los de más edad y los enfermos en general, son los que más sufren los efectos
de la criminal política del Bloqueo, pero para la exasperación y frustración
del imperialismo, los cubanos y las cubanas, quienes por seis décadas han
sufrido todas las consecuencias del Bloqueo, la inmensa mayoría no se rinde, ni
se rendirá; aunque sí aprenden de corazón a conocer a fondo la naturaleza vil y
sadista de sus enemigos. //
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