La exclusión de Cuba fuera del listado de países patrocinadores del terrorismo no tendrá ningún efecto directo sobre la aplicación del bloqueo. Jeff Rathke, portavoz del Departamento de Estado, explicó cómo cada una de sus restricciones y sanciones continuarán en vigor, debido a las leyes que sustentan esa política de castigo económico.
“Hay unas regulaciones de control a los activos cubanos. Y estas continuaran prohibiendo la mayoría de las transacciones con Cuba o ciudadanos cubanos” explicó el vocero ante una pregunta sobre por qué la mayor parte de los obstáculos relacionados con el status terrorista continuarán en vigor tras el pasado 29 de mayo.
Por esa razón, EE.UU. deberá seguir oponiéndose al posible otorgamiento de préstamos a Cuba por parte de instituciones financieras internacionales, al estar vigentes otras provisiones legislativas. Rathke tomó como ejemplo a la Ley Helms-Burton,que obstaculizala membresía de Cuba dentro de entes como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo.
Como único progreso, mencionó que el Departamento de Estado no requerirá notificar al Congreso con 30 días de antelación si se concede una licencia de exportación para ciertas “bienes de uso dual” otecnología. Aún así, el bloqueotodavía prohíbe esas actividades comerciales, solo posibles si se expida un permiso del Departamento del Tesoro.
Rahtke precisó también que el diálogo bilateral para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de las embajadas no han terminado. “Estamos enfocados en concluir las negociaciones que son necesarias para reabrir las embajadas y tener una comprensión compartida de cómo nuestras misiones diplomáticas funcionarán en cada capital.”
“No pongamos la carreta delante del caballo” pidió Rathke al corresponsal de la AP, Matthew Buffington, quien insistía en sacarle una fecha de reinauguración de las embajadas.
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