Por Arthur González, * /Resumen Latinoamericano7 31 de Enero 2017 .-
Historias no contadas sobre
las pretensiones imperiales de Estados Unidos contra Cuba, salen poco a poco de
sus archivos secretos y les dan la razón a los líderes cubanos, que siempre
denunciaron el interés del Norte en apoderarse de la Isla, a cualquier precio.
Documentos desclasificados
permite comprobar como Henry Kissinger, secretario de Estado, ordenó en 1976 la
preparación de planes para ejecutar bombardeos aéreos contra Cuba, al no
aceptar que ésta ayudara a la República de Angola a repeler la invasión de la
República de Suráfrica, con apoyo de Estados Unidos.
Esos documentos ponen de
manifiesto el carácter imperial de Washington, al considerarse con el derecho
de invadir y hacerle la guerra a los países que no tienen gobiernos aceptables
para ellos, puesto de relieve en las últimas décadas en Irak, Afganistán,
Libia, Yemen y Siria. En el siglo XX lo hicieron contra Irán, República Dominicana,
Guatemala, Panamá y Granada.
Para la Casa Blanca resultó
inadmisible esa solidaridad cubana que ponía en peligro sus planes de mantener
el apartheid.
La prepotencia de Estados
Unidos es tal, que Kissinger ordenó preparar el plan de agresión contra puertos
e instalaciones militares cubanas y enviar batallones de marines a su base
naval en Guantánamo, para “aplastar a los cubanos y no dar la impresión de que
Washington pareciera débil, si no plantaba cara al régimen comunista”.
Los documentos permiten
conocer como Kissinger expuso al presidente Gerard Ford: “antes o después vamos
a tener que golpear a los cubanos”, como si las vidas humanas del pueblo fueran
simples naipes.
Aunque Kissinger intentó
entre 1973 y 1977 llevar a cabo un cambio de la fracasada política yanquis
hacia Cuba, la solidaridad cubana con Angola la consideró como un insulto y por
tanto recomendó el ataque a la Isla, algo no ejecutado al ganar las elecciones
el partido demócrata con su candidato James Carter
No puede olvidarse que, en
1976, Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, ambos cubanos y viejos vínculos de
la CIA, organizaron y ejecutaron la voladura de un avión civil cubano, y años
después fueron recibidos como héroes en Miami, lo que refleja la falta de
principios de Estados Unidos.
El propio Departamento de
Justicia y el Buró Federal de Investigaciones en Miami, expresaron en un
memorando que:
“En junio de 1974 Orlando
Bosch admitió haber enviado paquetes con bombas a las embajadas de Cuba en
Lima, Perú; Madrid, España; Ottawa, Canadá y Buenos Aires, Argentina.
En 1976 ejecutaron actos
terroristas contra embajadas de Cuba en España, New York, Argentina, Portugal,
y asesinaron a varios diplomáticos cubanos.
Esos actos no fueron
reprimidos por Estados Unidos, ni el entonces Secretario de Estado propuso la
detención de los terroristas, a pesar de que desde 1975 también hicieron
estallar bombas en restaurantes, oficinas comerciales, en el aeropuerto de
Miami, el Departamento de Correo de Riverdale y Tamiami, en Miami, en las
oficinas del Seguro Social, en el puente de Flagre, en el Barnet Bank, en el
Departamento de Justicia y en el propio Cuartel General de la Policía de Miami.
La lista de actos
terroristas cometidos por organizaciones contrarrevoluciones entre 1975 y 1983
es bien larga, debido a que se oponían a cualquier cambio de política hacia la
Revolución cubana.
Posición similar adoptan
hoy los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, quienes apoyaron
a Bosch y a Posada, y siguen diseñando actos provocativos, al igual que
hicieron con las avionetas de Hermanos al Rescate, para impedir que el
presidente W. Clinton, levantara el bloqueo económico, comercial y financiero
contra Cuba y ante el temor que otro Presidente lo hiciera, aprobaron la Ley
Helms-Burton que lo codificó.
Relacionado con la política
de Estados Unidos contra Cuba suman miles los memorandos, y en algunos dados a
conocer recientemente, se puede leer el intento oficial de descongelar las
relaciones diplomáticas realizadas por Carter en 1978.
Ese texto permite saber la
versión oficial de lo ocurrido cuando Carter aprobó la visita a La Habana, de
un grupo de empresarios norteamericanos de origen cubano, para abrir un diálogo
con Fidel Castro, pero siempre con la segunda intensión de lograr que Cuba
abandonara el sistema socialista.
Sobre ese hecho el actual
alcalde de Miami, Tomás Regalado, que ese entonces era periodista radial,
declaró:
“Si bien con la gestión de
Carter se abrieron los denominados viajes de la comunidad (por primera vez en
20 años se reencontraban las familias de ambas orillas) y, por otra parte, se
logró una importante amnistía de presos políticos, el acercamiento no obtuvo
los resultados deseados”.
El error sostenido por
Estados Unidos es su obstinación por ver a Cuba sometida a sus designios, sin
respetar su soberanía e independencia, algo que no podrán saborear, porque los
cubanos tienen mucha dignidad y aprendieron a luchar por sus derechos.
Al comprobar Carter que sus
medidas de cambio de política no le dieron los resultados anhelados, se
fortalecieron las medidas de hostigamiento, como la incitación a las salidas
ilegales.
La prueba más fehaciente
fue la estimulación a las entradas por la fuerza en las sedes diplomáticas en
La Habana, cuyo colofón fueron los sucesos de la embajada del Perú, al
prestarse los peruanos a ese sucio juego que terminó con la apertura del puerto
cubano del Mariel, tumba del presidente Carter para su reelección.
Sin afeites, Tomás Regalado
acaba de afirmar:
“Es lo mismo que está
sucediendo ahora, con la diferencia de que en aquel entonces se lograron sacar
presos políticos. La historia se repite. El régimen de La Habana volverá a
sabotear un acercamiento”.
¿Sabotear el acercamiento?
Tal parece que el alcalde de Miami cree que la gente no sabe analizar.
Los que sabotean el
acercamiento son sus coterráneos que no aceptan las relaciones entre ambos
países, sin que Cuba abandone su sistema, y a los cubanos radicados en la
Florida que manifiestan el deseo de eliminar la arcaica política anticubana, la
mafia le ejecuta actos terroristas como el que sufriera el fabricante de puros
José Orlando Padrón, quien viajó a Cuba en 1978 para las conversaciones con
Fidel Castro.
A su regreso a Miami, él y
su empresa sobrevivieron a cinco bombas y tiene documentado que el responsable
de esos hechos, que casi le cuestan la vida, fue grupo terrorista anticastrista
Omega 7, encabezado por Orlando Bosch.
Esa es parte de la historia
que se va conociendo y como dijera José Martí:
“Las verdades reales son
los hechos
*Arthur González, Cubano, especialista en relaciones Cuba-EEUU
fuente:Tercera Información
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