domingo, 5 de febrero de 2017

"La religión del Che era la fuerza del amor y él amaba de forma intensa"

Trump no nos quita el sueño a los cubanos. Estamos habituados a los ´shows´ de los presidentes de EEUU", afirma Aleida Guevara, hija del Che Guevara

04.02.2017 | 04:49
"La religión del Che era la fuerza del amor y él amaba de forma intensa"
Aleida Guevara
 
"Los ataques terroristas de EEUU no los conoce la opinión pública occidental. Derribaron hasta un avión civil"
 
"Ni mi madre, que se enamoró de él siendo una guerrillera, ni Fidel querían que papá se fuera a Bolivia"
 
"No logro entender que en Europa todavía existan reyes, como en España. Me parece una cosa absurda"
 
Hija del Che Guevara

 

Hubo muchos canarios que emigraron a Cuba. ¿Tiene usted algún antepasado isleño? El padre de mi abuela por parte de madre era isleño. No sé de qué Isla. Pero nació aquí. Mi familia, como tantas cubanas, es una mezcla muy ligada a España. Tengo ancestros isleños, vascos, castellanos... ¿Es difícil ser hija del Che, uno de los personajes más icónicos de la historia? No, todo lo contrario, es un orgullo enorme. Mi papá siempre decía que no quería que sus hijos fueran personas especiales, sino personas dignas del pueblo donde vivían. Y yo creo que eso lo hemos logrado. ¿Cómo vería el mundo actual? Papá miraba siempre al futuro. En su momento, presagió cosas importantes. En 1965 ya hablaba del derrumbe del bloque soviético. Para interpretarlo, lo mejor es leerlo directamente a él. Además, escribió mucho... y bien. Insistía en que el imperialismo yanqui no se podía aceptar. Y es verdad. Cada vez que Cuba ha bajado la guardia, lo ha pagado con creces. El enemigo es muy poderoso. Esa es la realidad de América Latina y en eso todo sigue igual. Por ejemplo, ahí está Venezuela. El problema de Venezuela es muy fácil de entender si se sabe que Estados Unidos compraba el barril de petróleo entre 5 y 7 dólares. Ahora tiene que pagar el precio internacional y eso no le conviene. Su madre, en el libro Evocación, en el que habla de cómo se enamoró del Che, aclara algunos episodios de los que asegura que se dieron versiones falsas. ¿Hay alguna de estas versiones falsas que le llamara la atención? Hay tonterías tremendas, algunas mentiras que son tan absurdas que nunca nos han importado en absoluto. El Che y Fidel son seres humanos y, por tanto, no son perfectos. Eso significa que pueden cometer errores. Pero es como decía Martí: "El sol tiene manchas pero como da tanta energía, nadie es capaz de ver esas manchas". Y eso nos pasa con estos personajes: dieron tanto que si tienen manchas prácticamente ni las vemos. Lo que sí es verdad es que Fidel y el Che tuvieron una discusión antes de partir de México en el Granma. ¿Cómo fue? Estaban en México. Tío Fidel -yo siempre lo llamo así- había dicho que nadie debía decir su afiliación política si los atrapaban. Y Fidel me contó: "¿Qué crees que hizo tu papá? No solamente subrayó que era comunista, sino que además se puso a discutir con uno de los esbirros de la cárcel sobre la personalidad de Stalin. Resultado: a todos nos dejaron libres excepto a tu papá". Fidel me aclaró: "Cuando fui a discutir con él me di cuenta de que era imposible: él no sabía mentir". El Che escribió en 1965 a su madre: "Estoy cada vez más enamorado de ti y cada vez más atraído por la casa, por los niños, por todo ese mundo que me limito a imaginar, dado que no me es posible vivirlo". Si difícil fue para él esa ausencia, más lo debió ser para su madre y usted misma. El Che era un hombre muy romántico. Hay una carta que a mí me encanta donde él le deja dicho a mamá: "Si sientes mi presencia, no des vuelta, no rompas el conjuro". La religión del Che era la fuerza del amor. Y el amaba de forma intensa. Es lindo que un hombre valiente como él tenga esa sensibilidad. La gente siempre piensa en una parte del personaje pero no ve al personaje completo. Y el sacrificio humano que hacen estos hombres es extraordinario. Es desprenderse de lo que más aman, de lo que les gustaría tener y no pueden. ¿Se sintió abandonada por él? En absoluto. En primer lugar, mi papá no se fue a otro planeta; se fue a luchar por un mundo más justo para todos nosotros. Yo estoy en el centro de ese mundo; soy parte de él. Así es que mi papá arriesgó su vida para que yo tuviera un mundo mejor. Claro que hay añoranza. Es lógico. Yo crecí sin ese papá. Pero al mismo tiempo entiendo el amor inmenso de mi madre hacia él. Años después, ella se volvió a casar. Pero el Che era un capítulo aparte. Ella no nos hablaba apenas de él. Hizo un dique de contención para soportar esa añoranza del profundo amor que sintió por él y si hablaba, temía romper ese dique. Durante muchos años, nosotros ni siquiera supimos cómo fue la relación entre ambos hasta que ella escribió Evocación. Ahí lo dice prácticamente todo. Mi madre venía de una familia campesina y los campesinos son muy buena gente pero muy reservados. Aleida March nunca ha dado una sola entrevista. Debió ser duro para ella escribir ese libro. Sí, debió ser muy duro. Pero el libro ha sido un regalo para toda la familia. Nos dimos cuenta de que éramos frutos del verdadero amor. La gente me insiste en que soy hija del Che. Y sí, lo soy, y me siento muy orgullosa de serlo. Pero, por encima de todo, me siento un ser humano muy especial porque soy hija de un amor. Eso es un enorme privilegio. Fue un romance tan complicado, salvando las distancias, como la propia revolución cubana. Mi madre era combatiente. Formaba parte de la división de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio, creado para derrocar a la dictadura de Batista. Era una mujer dura pero, aclaro, nunca, repito, nunca pusieron una bomba donde se pudiera dañar la vida de un civil. Por eso, entre otras cosas, fue un movimiento tan respetado y admirado por todo el país. Mi madre se fue del campo a la ciudad a estudiar magisterio y ahí se adentra en esos movimientos y se hace guerrillera. Según cuenta ella, se conocieron en plena revolución. Estando ella en la clandestinidad, la mandan a llevar dinero al Che a la sierra de Escambray. Mi mamá tenía unos 26 años y nunca había tenido novio pese a que trabajaba con hombres todo el tiempo. Ella cuenta que cuando lo vio se quedó sorprendida por su mirada. Él también contó que ella le llamó la atención desde el primer momento. Pero ella se resistió durante algún tiempo... Ella trabajaba para él e intentaba guardar las distancias. Él se dormía con facilidad cuando ella lo llevaba en el jeep. Es un mal de familia, porque a todos nos pasa. Terminaba dejando caer su cabeza sobre el hombro de mamá. Ella aguantaba estoicamente pero cuando había baches y la cabeza de él amenazaba con caer sobre sus pechos, lo apartaba. Los que iban atrás en el jeep le bromeaban diciéndole que cuando el argentino se quedaba dormido le entraba a besos... Entonces, mi madre les peleaba. Pero se fue enamorando del hombre que tenía siempre a su lado. El Che fue su primer amante, su primer novio, su primer gran compañero, su guía, su maestro... ¿Cómo era el Che padre? Era muy niña pero recuerdo sobre todo que era muy besucón. Nos abrazaba constantemente. Ella no era así. Mi mamá murió en vida cuando murió el Che. Si siguió adelante al principio fue casi por inercia. Le costó mucho superar todo aquello... Él trabajaba 16 horas diarias. Cuando llegaba a casa, yo ya estaba durmiendo. A veces me iba al cuarto de mamá y le decía que iba a quedarme con ella para que no estuviera sola. Me acostaba, me dormía y, cuando él venía, me cogía y me llevaba en sus brazos hasta mi cuarto. Recuerdo que me besaba tan fuerte que casi siempre me despertaba. Tengo una anécdota muy bonita. De niña le cogí miedo a la oscuridad. Mi mamá, entonces, me leyó un cuento de un niño al que le pasaba lo mismo pero que venció ese miedo porque lo protegía un león. Mamá se lo contó y él me regaló un león de peluche. Iba a todos lados con él y se me fue el miedo. Todavía conservo el león. Siempre estaba lejos pero siempre estaba presente y al tanto de todo. La muerte de Fidel Castro y la llegada a la Presidencia de Estados Unidos de Donald Trump abren un futuro sombrío para Cuba. ¿Se plantea el país una transición hacia la democracia? En Cuba no habrá transición; habrá un proceso de continuidad. Tenemos que potenciar la educación porque en Cuba pensamos que para que un pueblo sea libre, debe ser culto. En eso estamos, en perfeccionar nuestro socialismo. Somos un país del llamado tercer mundo y sin recursos. Los españoles nos dejaron el níquel porque no sabían que tenía valor. Fueron siglos de explotación. Y luego llegaron los gringos... Entonces se produce el efecto dominó desde el momento en que la revolución cubana inicia el proceso de nacionalización de los bienes del país. Porque sin la titularidad de los bienes, habría sido imposible ofrecer a los cubanos una sanidad y una educación completamente gratuitas. Cuando EEUU se da cuenta de que empieza a perder todo lo que manejó a su antojo, reacciona. Pero en Cuba no hay elecciones, no hay alternativas políticas al comunismo. La gente vive en una especie de alienación basada en las heroicidades revolucionarias y la amenaza yanqui... En Cuba sí hay elecciones; hay elecciones municipales, provinciales y nacionales. Sí es verdad que no hay partidos, pero son elecciones donde el pueblo denomina a los candidatos desde la base. Cada ley se discute con el pueblo: con los comités de defensa de la revolución, con las federaciones de mujeres, con los centros de trabajo... Pero hay un partido único y una involución alrededor de unos ideales que pudieron tener su momento pero que parecen haber quedado desfasados... Hay que vivir las realidades de cada país para comprenderlo. Y con Cuba nunca ha habido la menor comprensión. La primera vez que vine a España fui a Cataluña. Los letreros estaban en catalán e inglés. Yo me pregunté: "¿A dónde llegué? ¿Qué cosa es esto?". Yo venía con una idea predeterminada de España como país único. La primera vez que vine a Tenerife, hace muchos años ya, agradecí públicamente la solidaridad de los españoles hacia Cuba. Entonces, un isleño me dijo: "¿Y nosotros, los canarios, qué?". Y yo le tuve que decir: "Mire, compañero, lo siento mucho pero los que nos liberamos de la corona fuimos nosotros en 1898. Ustedes siguen siendo súbditos". Es así, es la realidad. Mire, el acoso que sufrimos es muy fuerte. Estados Unidos financia cinco emisoras de radio que emiten en español y se gasta, aparte, 24 millones de dólares anuales por una televisión para Cuba. ¿Sabe a qué país pidió ayuda la Organización Mundial de la Salud cuando surgió el ébola? No fue a ningún país de Europa ni a Estados Unidos. Pidió ayuda a Cuba. ¿Cuándo ha visto un dictador que no solo se preocupa por la salud y la educación de su pueblo, sino por la salud y la educación de la humanidad? Nunca. ¿Que hay que perfeccionar el socialismo? Cierto. ¿Que hay que mejorar un montón de cosas en Cuba? Cierto. La gente necesita vivir mejor. Por eso luchamos contra el bloqueo de Estados Unidos, todos los días, un bloqueo criminal e injusto. ¿Por qué no podemos tener una relación comercial justa? ¿Porque pensamos diferente? ¿Porque somos cubanos? ¿Sabe qué grupo empresarial tuvo un comportamiento excelente ante el bloqueo de Cuba? El grupo español hotelero Meliá. Les amenazaron con cerrarles los dos hoteles que tenían en Miami si mantenían los de Cuba. Pues el Grupo Meliá tuvo la dignidad de mantener los hoteles de Cuba, porque quería mantenerlos, porque era justo y por dignidad. Hoy tiene más de 16 establecimientos en Cuba. ¿Cómo se ve en Cuba que en España haya monarquía, aunque, eso sí, constitucional? No logro entender que en Europa todavía haya reyes, como en España. Me parece una cosa absurda pero eso es un problema de los españoles. ¿Hablan de democracia en un sitio donde hay una corona? ¿Quién elige al rey? ¿Qué es eso? No entiendo qué democracia puedes exigir cuando todavía vives en el feudalismo. La democracia es el poder del pueblo. Yo he visto a la vieja Europa salir a las calles en contra de las guerras. Sin embargo, sus gobiernos mandan tropas a esas guerras. ¿Dónde está el poder del pueblo? Ahora llega Donald Trump. ¿En Cuba temen que la mejora de las relaciones con Estados Unidos se vaya al traste? Trump no nos quita el sueño a los cubanos. Estamos acostumbrados a los shows de los presidentes de Estados Unidos. Claro que Trump es peligroso, claro que para Cuba puede haber un retroceso... Ya Obama dijo que el bloqueo era absurdo. Se dio cuenta de la estupidez e imbecilidad de esa política. Obama es un hombre inteligente. Así no van a poder aplastar a Cuba. Van a conseguir todo lo contrario. Una vez, Fidel Castro le dijo a Bush en un discurso en plena campaña para que Estados Unidos devolviera a su familia cubana al niño Elián: "César, los que vamos a morir te saludan". Fidel Castro tenía una extraordinaria capacidad para levantar al pueblo cuando parecía que cundía el cansancio. Y seguimos entonces marchando y protestando hasta que nos devolvieron a Elián. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos lo llegaron a intentar con un desembarco frustrado (Bahía Cochinos, 1961), tratando de eliminar a Fidel Castro de todas las formas imaginables o a través de atentados terroristas, como la bomba que asesinó a 73 personas en 1975 cuando regresaban en un vuelo de Cubana Aviación de los Juegos Panamericanos. ¿Qué recuerda de aquellos episodios? Pero, fíjese, el crimen atroz y terrorista de aquel vuelo y otros tantos episodios terroristas no se conocen entre la opinión pública occidental. Y eso es en parte responsabilidad de los medios de comunicación y de las campañas de difamación de algunos países pagadas con dinero público. En aquel avión iba el equipo nacional juvenil de esgrima. Venían con sus medallas de ganadores, ilusionados por celebrarlo con los suyos. Sus padres nunca pudieron abrazarlos. Esa es una herida lacerante en el pueblo cubano todavía hoy. [Llora]. Yo tenía 16 años y no me olvidaré nunca de ver a Fidel diciéndole al pueblo: "Cuando un pueblo enérgico llora, la injusticia tiembla". Pero hubo más ataques terroristas contra Cuba, ¿no? Estados Unidos introdujo el dengue hemorrágico. De eso tampoco se habla. Murieron 152 personas, de los cuales 101 eran niños. Nunca hubo ninguna respuesta internacional ante estos atropellos. Yo tuve que afrontar esa crisis del dengue hemorrágico pues era pediatra. Ver a esos niños en peligro por el único hecho de ser cubanos fue muy duro. [Llora]. Esas son las cosas que hacen que el pueblo cubano tenga una fuerza extraordinaria. ¿Olvidar? ¡Cómo vas a olvidar eso, la muerte de tantos seres queridos! Estamos en el marco de un festival de documentales y ha habido precisamente muchas películas sobre el Che. ¿Cuál le gustó más? Diarios de motocicleta es la que más me gustó siempre, primero porque está hecha por latinoamericanos. Lo único que hay gringo ahí es el dinero de Robert Redford, que además se portó extraordinariamente bien. El director, el brasileño Walter Salles, leyó el libro que escribió papá y buscó los paisajes que mi papá fue describiendo. Mi mamá me dio una vez ese libro sin yo saber que lo había escribo papá. Cuando lo leí, me enamoré de aquel joven intrépido que contaba aquel viaje. Casi no me enamoro de mi papá... [Se ríe]. Walter acertó de lleno. Hay algunas variaciones sobre los hechos reales pero la esencia acierta y la película es magnífica. ¿Se arriesgó demasiado yendo a Bolivia? ¿No fue temerario el Che? Ni mi madre ni el propio Fidel querían que se fuera a Bolivia. Fidel habló con él; se tenían una enorme confianza. Pero no lo pudieron parar. Quería abrir nuevas revoluciones en el mundo. Mi padre estuvo en contacto con Cuba hasta el último momento [el nombre en clave de Cuba en esas comunicaciones era Manila], hasta que el Ejército boliviano obliga a los guerrilleros a abandonar su campamento, llega una delación sobre dónde se encontraban, la fatídica emboscada y su ejecución. ¿Cómo fue aquel día 9 de octubre de 1967? Mi madre, que se hizo historiadora, estaba haciendo un trabajo de investigación. Nosotros, los niños, estábamos en el colegio. Nos sacaron de allí de repente sin saber por qué. Yo estaba contenta porque me habían sacado de la escuela, la verdad. Recuerdo que tenía un flemón. Andaba por los seis años. Me llevaron al médico y empecé a ver fotos grandes de mi papá por todas las calles. Algunas fotos eran inmensas. Yo no estaba acostumbrada a ver tantas fotos de él. Nadie me decía nada; todo el mundo callado. Esa noche fuimos a casa de Fidel y él habló con mi hermana mayor y conmigo. Nos dijo que mi padre había mandado una carta en la que decía que si caía en combate, nosotros no debíamos llorar por él, porque habría muerto haciendo lo que quería. Aquella carta era un invento. Le dimos nuestra palabra de que no lloraríamos. Al día siguiente fui a ver a mi mamá. Recuerdo que le llevaba un plato de sopa. Ella no paraba de llorar. Pero no me dijo directamente que papá había muerto. Me sentó junto a ella y me leyó la carta de despedida, ésta sí real. De repente, me acordé de lo que me dijo Fidel y le dije a mi mamá. "No podemos llorar porque él murió como quería, combatiendo". Mi madre se quedó sorprendida por mi determinación. Habla del Che en presente. Mi padre siempre estará presente. Me lo encuentro por todas partes. Es el inspirador de las revoluciones, no solo en Latinoamérica, sino en todo el mundo. Hace poco, en un viaje al Líbano, un pueblo entero me recibió en la calle para saludarme, porque era la hija del Che. Yo sentí hasta vergüenza y me puse colorada pero al mismo tiempo me dio una fuerza extraordinaria. Todas esas personas también son el Che.

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