Buenos Aires, 21 nov (PL) Unos 32 millones de argentinos acudirán mañana a las urnas para escoger entre un proyecto probado, cuyo candidato Daniel Scioli promete mejorar, y otro que representa Mauricio Macri, sobre el que gravita incertidumbre.
Ese estado de duda creció en los últimos días desde que Scioli, el candidato del Frente para la Victoria (FpV), insistió en mostrar los puntos débiles y demagogos del discurso electoral de su rival de la alianza de derecha Cambiemos.
Para el comentarista político Mariano Beristain, los comicios "representan un punto de quiebre de un modelo socio-económico que, aunque no produjo un cambio estructural en la distribución de la riqueza, sí sacó al país de la emergencia socio-laboral".
Además, "recuperó el rol activo del Estado y marcó el camino del desarrollo sobre una base industrialista", remarcó. Esa opinión la expresa desde una mirada hacia dentro, en lo nacional.
Hacia el exterior -habría que agregar- el modelo que impulsaron los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández contribuyó a propulsar la integración regional y multiplicar las relaciones políticas y económicas de Argentina con el resto del mundo resguardando la soberanía del país.
Por lo que hay mucho más en juego que va más allá de las fronteras argentinas.
Beristain opina en un análisis para el diario Tiempo Argentino que Scioli "propugna una visión neo-desarrollista con márgenes de inclusión más limitados mientras que Macri encarna un proyecto neoliberal, signado por el ajuste del gasto público, la reducción del Estado y el libre albedrío al sector privado concentrado".
El empleo -continúa el comentarista- "es uno de los puntos clave que no deben perderse de vista a la hora de colocar el voto en la urna".
Sustenta su señalamiento con cifras evidentes: en el segundo trimestre del año Argentina registró una tasa de desocupación del 5,9 por ciento, el mejor registro en los últimos 28 años, desde el 5,7 de octubre de 1987, mejoramiento que se puede perder con un model neoliberal y de ajustes económicos.
También fundamenta su análisis en avances evidenciados en programas sociales, construcción de viviendas, crecimiento del consumo, progresos científicos y tecnológicos, subsidios a los servicios, ampliación de los derechos laborales y humanos, entre otros.
En lo regional, "el futuro de la integración latinoamericana y caribeña está en juego en esta elección", considera el embajador Oscar Laborde, director del Instituto de Estudios de América Latina (Ideal).
La creación y fortalecimiento de mecanismos como el Mercosur, Unasur y la Celac redundaron en mayor unidad y en beneficios de los pueblos de la región, permitiendo alcanzar "grados de soberanía y presencia internacional, desconocidas en nuestra historia", recalca el especialista en relaciones internacionales.
La mayor expresión de esa construcción -amplió- fue el hecho histórico de haberle dicho No al ALCA. Decisión que nos llevó a un mayor crecimiento y distribución de la riqueza"
Alerta que actualmente esas políticas de integración y los gobiernos que las llevan adelante, están siendo acosados por una contraofensiva conservadora a nivel global y regional.
"La expresión en Argentina de esa postura es la candidatura de Mauricio Macri", afirma Laborde.
A su juicio, si triunfa el candidato de Cambiemos "significará el fin del proceso de la integración latinoamericana como se fue gestando hasta la fecha".
Macri no sólo cultiva amistades con los candidatos de derecha en los distintos países de la región, como Aesio Neves en Brasil, Enrique Capriles en Venezuela, Álvaro Uribe en Colombia y Sebastián Piñera en Chile, sino que varios de ellos -señala- son integrantes de la Fundación Internacional para la Libertad, organización de extrema derecha.
No esconde la intención de confrontar al gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, ni el de Bolivia de Evo Morales, incluso entrevió que solicitará la expulsión de Venezuela del Mercosur.
Con esas posturas -advierte el titular del IDEAL- corre peligro el Mercosur y la Unasur, dando posibilidades mayores a la Alianza del Pacífico y que Uruguay se reincorpore al Acuerdo sobre Comercio de Servicios, conocido por el acrónimo en inglés TISA, y que Brasil se oriente mucho más a los BRICS.
También se afectará el comercio entre nuestros países que tanto favoreció la generación de empleo, sostiene Laborde.
Así, entre relevancias internas y repercusiones externas los argentinos irán a votar el domingo, bombardeados desmedidamente por una ofensiva mediática dirigida a generar odio y rechazo hacia el proyecto que ha propulsado a Argentina.
Como dijo a Prensa Latina el viernes al comenzar la veda electoral un trabajador de mantenimiento de un edificio de la calle Suipacha del Microcentro porteño, "No sé, es complejo, hay que pensarlo muy bien".
lam/mh
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