miércoles, 28 de diciembre de 2016

El Parlamento sin el diputado Fidel Por: Rosa Miriam Elizalde

Por: Rosa Miriam Elizalde
27 diciembre 2016



El Parlamento sin el diputado Fidel. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate
Es la primera vez, después de 40 años, en que sabemos con certeza que Fidel Castro no llegará a los encuentros del Parlamento cubano. Ha permanecido su silla vacía junto a la de Raúl este martes en la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuya última sesión del año abre con un video en el que se recuerdan algunas de las intervenciones del Comandante en Jefe desde que se instituyera este órgano de gobierno en 1976.

“Mi destino no era venir al mundo para descansar al final de la vida”, dice un Fidel de pie en el podio del Palacio de las Convenciones, pero en imágenes de hace más de una década. Cuando el plano de la cámara se abre y refleja como en un espejo las mesas parlamentarias, las estructuras metálicas y las grandes luces de este lugar, la sensación de vacío es casi opresiva. El Presidente del Parlamento, Esteban Lazo, renuncia al clásico minuto de silencio en honor del fallecido y propone que, en su lugar, cada uno de los presentes medite y haga suyo el concepto de Revolución, testamento político del Comandante y la mejor manera de no dejarlo morir.

Incluso cuando esto ocurre y la Asamblea presenta los resultados de la economía en el 2016 y el presupuesto para el 2017, la frase con la que cierra el video sigue pesando en esta sala. Nada está más lejos de Fidel que el retiro para cosechar pompas y, menos, las funerarias. La sesión del día cumplirá el deseo póstumo de que no se instituyan ni retrato oficial, ni estatua, ni sello, ni moneda, ni calle, ni edificio, ni monumento con su nombre o su figura, ni medalla, ni trofeos. Raúl reitera lo que dijo en la Plaza de la Revolución “Mayor General Antonio Maceo Grajales”, de Santiago Cuba: Fidel rechazó en vida esa práctica y para asegurar que esta no se destape en su ausencia, la legislación que se aprueba hoy institucionaliza las convicciones y la coherencia del líder revolucionario.

La razón está a la vista. Él despreciaba la grosera mercantilización de los símbolos y el “culto a la personalidad” que congela el pasado, burocratiza la memoria y activa el dogma. Quien haya vivido en Cuba sabe que no se puede congelar una idea de lo que es Fidel -al punto de que la consigna más escuchada en estos días de duelo, “Yo soy Fidel”, ha dotado de millones de rostros singulares a su nombre-, como tampoco es posible congelar la memoria de la Revolución cubana. Además del desinterés personal y la ausencia de todo cálculo egoísta en la trayectoria de su existencia, lo que esta decisión subraya es la necesidad de traducir en actos concretos los ideales más atrevidos del Comandante en Jefe, que están por cumplirse a plenitud.

Tal como están las cosas en el mundo, los valores e ideas que él postuló y defendió son necesarios para que la vida pueda ser vivible, para que la sociedad pueda ser realmente humana. Su destino no es el descanso ni la paz de los sepulcros. Vino al mundo para no descansar al final de su vida y, mucho menos, en este comienzo de su sobrevida.

CUBADEBATE El Parlamento sin el diputado Fidel

La profecía de Fidel Por: Ricardo Alarcón de Quesada

Por: Ricardo Alarcón de Quesada

23 diciembre 2016

Fidel y Raúl Castro Ruz rememoran 30 después su reencuentro en el paraje serrano de Cinco Palmas, Media Luna, en la provincia de Granma. Fuente: Sitio “Fidel Soldado de las Ideas”

“Se fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”

(Apocalipsis 2, 10)


“Muere Fidel”. Con diez letras cubrían sus portadas los diarios batistianos al reportar el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. El dato, obviamente falso, ponía al desnudo, al mismo tiempo, una clara amenaza. Casi todos los asaltantes capturados después del combate habían sido asesinados a sangre fría y a él estaba reservado igual destino sólo frustrado por la conducta valerosa de un oficial honorable que advirtió a sus soldados: “Las ideas no se matan”.

“Muere Fidel”. La frase ocupó nuevamente los grandes titulares en diciembre de 1956. Solo que ya no la ocultaba el anonimato sino que era fruto de una operación mediática de gran envergadura fabricada por la United Press International (UPI), entonces uno de los principales instrumentos de la poderosa maquinaria de propaganda del imperialismo. Para muchísimos, en todas partes, que nunca habían oído hablar de él, se trababa de un joven desconocido, descubierto apenas cuando terminaba su vida. La inventada noticia se convirtió en verdad demostrada, repetida incesantemente por los medios que en aquellos tiempos no tenían alternativa y eran dueños absolutos de la información.

En Cuba, hace sesenta años, la angustia y la incertidumbre invadieron los hogares. Aquella fue una Navidad triste y sombría. Concluyó el año, pasó enero y buena parte del siguiente mes. Poco a poco, trabajosamente, se iba conociendo la verdad entre los luchadores clandestinos. Fidel y un puñado de sobrevivientes habían logrado internarse en la Sierra Maestra resistiendo largas jornadas de hambre, frío y lluvias y la persecución de miles de soldados, fuertemente armados, equipados, entrenados y asesorados por el mismo Imperio que propalaba por todas partes la mentira. Hasta que en febrero de 1957, Herbert Mathews, rara avis del periodismo estadounidense, lo entrevistó para The New York Times y reveló con fotos y detalles el surgimiento del foco guerrillero. Allá en la montaña el núcleo revolucionario comenzaba a crecer con la incorporación de campesinos y combatientes del llano.

Deberían encarar además el aislamiento que quería imponerles la dictadura y al que se sumaron, casi sin excepción, los partidos y organizaciones de una oposición que criticó tanto al Moncada como al Granma como irresponsables aventuras condenadas al fracaso. Bastaron, sin embargo, poco más de dos años para que el Ejército Rebelde entrase victorioso en La Habana.

Había derrotado a quienes quisieron matarlo. A los que trataron de aniquilarlo con bombas y metralla y a los otros que se afanaron en sepultarlo en el descreimiento y el olvido. Llegaba vencedor, invicto, frente a la muerte, el dogma y la mentira. Pero sabía y así lo advirtió en su primer discurso en la capital liberada, que en lo adelante nada sería fácil y habría que encarar los mismos demonios.

La historia nuevamente le dio la razón. Durante más de medio siglo la Revolución conducida por él ha tenido que enfrentar una agresión ininterrumpida en la que el Imperio ha echado mano a cuanto pudo. Sabedor que Fidel y su pueblo eran uno y lo mismo impuso a los cubanos un genocidio que aún perdura mientras que contra el líder de la Revolución concibieron y planearon centenares de atentados. Fidel tuvo que sortear más intentos de asesinato que nadie.

Sus enemigos, los que no fueron capaces de matarlo nunca, no se cansaron de anunciar su muerte y los medios la divulgaron, como un hecho, una y otra vez. Tanto que el propio Fidel en alguna ocasión, sonriendo, dijo que el día que el muriese muchos no lo iban a creer.

Así ha sido y será. La profecía se hace realidad. Ahora con Martí, nos asegura:



Mi verso crecerá bajo la yerba

Yo también creceré

Fidel durante su discurso en el acto de conmemoración al 50 Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en Santiago de Cuba (26/07/2003). Foto: Estudios Revolución/ Fidel Soldado de las Ideas.

CUBADEBATE La profecía de Fidel

Aprueba el Parlamento ley sobre el uso del nombre y la figura de Fidel Castro Ruz ( PDF)


El proyecto de Ley que hoy presenta el Consejo de Estado a la consideración de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el ejercicio de la iniciativa legislativa reconocido en el artículo 88 inciso b) de la Constitución de la República, responde a la voluntad del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que como señalara el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el acto político en su homenaje efectuado en la Plaza Mayor General Antonio Maceo Grajales, de Santiago de Cuba, el pasado 3 de diciembre, era su deseo (cito): “que una vez fallecido, su nombre y su figura nunca fueran utilizados para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles u otros sitios públicos, ni erigidos en su memoria monumentos, bustos, estatuas y otras formas similares de tributo”.

Fieles a la tradición histórica universal, a lo largo de los años los cubanos hemos reverenciado a nuestros héroes mediante formas de tributo similares a las mencionadas. Muchas de nuestras plazas, calles y sitios rememoran a grandes hombres de la Patria, como justo reconocimiento a sus vidas.

En cada uno de nosotros pudiera estar latente el sentimiento y la convicción de que Fidel merecería, sin lugar a dudas, esas formas tradicionales de homenaje, o incluso superiores, para perpetuar su memoria.

Únicamente el respeto sagrado a su voluntad, expresión de la humildad y modestia que le caracterizaron, y el haber hecho siempre honor a la prédica martiana de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, nos conduce a asumir un texto legal de tal naturaleza.

Debemos recordar como un antecedente que el 20 de marzo de 1959, el Consejo de Ministros, amparado en su facultad constituyente y legislativa, aprobó la Ley No. 174, mediante la cual se estableció la prohibición de monumentos, estatuas y bustos para homenajear a personalidades nacionales no fallecidas.

En este proyecto de ley que hoy sometemos a la consideración del Parlamento se define la prohibición del empleo del nombre de Fidel “para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, así como cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico”.

Asimismo, queda prohibida la utilización de su figura “para erigir monumentos, bustos, estatuas, tarjas conmemorativas y otras formas similares de homenaje”; igualmente debe entenderse que para situarlos en sitios públicos.

De lo anterior se exceptúa el uso de su nombre para denominar en un futuro alguna institución que se cree, conforme a la ley, para el estudio de su invaluable trayectoria en la historia de la nación.

Dando continuidad al espíritu de su voluntad, se prevé también prohibir “el uso de denominaciones, imágenes o alusiones de cualquier naturaleza referida a la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz para su utilización como marca u otros signos distintivos, nombre de dominio y diseños con fines comerciales o publicitarios”.

En ese ámbito la norma está referida a limitaciones en materia de propiedad industrial, en lo relativo a las marcas, emblemas y lemas comerciales, o rótulos de establecimientos, y evitar el uso de la figura del líder de la Revolución en el tráfico mercantil, o con fines de publicidad comercial.

La norma no limita la producción artística literaria, por lo cual resulta totalmente válido que un artista se inspire en Fidel o utilice su figura para crear una obra en cualquiera de las manifestaciones, ya sea la literatura, la música, la danza, el cine o las artes plásticas y aplicadas.

Tampoco se imponen limitaciones al uso de su iconografía e imágenes acumuladas en su rica trayectoria revolucionaria, en actos públicos, así como se mantendrán como hasta hoy sus fotos en centros de trabajo o de estudio, unidades militares e instituciones.

Fidel continuará siendo un icono en las luchas de nuestro pueblo por preservar nuestra unidad, nuestra independencia, nuestra soberanía y nuestro socialismo. Seguirá también como fuente de inspiración de todos aquellos que en cualquier parte luchen por un mundo mejor, por un mundo de justicia e igualdad social.

Dictamen de Ley sobre el uso del nombre y la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz

El proyecto de Ley que se somete a nuestra decisión por el Consejo de Estado en ejercicio de la iniciativa legislativa que le reconoce el inciso b) del artículo 88 de la Constitución de la República, guarda plena concordancia con la Norma Suprema y, como su título refiere, es expresión de la voluntad del Líder Histórico de la Revolución cubana, compañero Fidel Casto Ruz.

Esta norma consagra uno de los elementos éticos inherentes a la personalidad de nuestro Comandante en Jefe, su total y permanente identificación con el principio martiano de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz y su concepción del juicio de la historia, sobre el que se pronunció:

“…carecería de sentido hablar de un juicio futuro de la historia. Pienso así, sinceramente lo pienso. A mí me interesa más el prestigio que pueda tener el país, por su lucha, por su batalla de hoy, no vinculado necesariamente a mi persona.”

Para todos los agradecidos que siempre acompañarán al compañero Fidel, resultarán pocos los homenajes que se le rindan, pero fieles a su deseo y a la memoria martiana que le inspiró y guió, nuestro mejor tributo será respetar su voluntad, ser consecuentes y fieles a su legado histórico, que es la Revolución misma y el concepto magistral que de ella nos dejara y sobre todo salvaguardar la unidad de la nación cubana, de todos los revolucionarios y de una Patria socialista, libre, independiente y soberana.

En este momento, en el que plasmaremos en una Ley su proverbial expresión de modestia, desinterés y humildad, parece oírle decirnos con Martí, su maestro de siempre:

“Pero ¿Ud. no sabe, aunque le parezca de mi parte afirmación muy zancuda, que no hay en mi persona una partícula de egoísmo ni soberbia, ni de pensamiento y cultivo de mí propio, –que es mi almohada la muerte, y Cuba mi único sueño, — y que solo me tengo y uso para allanarle dificultades y para servirla?”.

Con total comprensión de la grandeza humana y ética de nuestro Líder Histórico, el compañero Fidel Castro Ruz, les interesamos aprobar esta Ley, conscientes de que vivirá por siempre en la memoria e historia de este pueblo digno y revolucionario que le honrará, de que la Patria vivirá siempre agradecida de su obra y cuando se muere en manos de la Patria agradecida, la muerte acaba y comienza al fin con el morir la vida.

Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos

26 de diciembre de 2016.

Debate de los diputados

La doctora en Ciencias Pedagógicas Ena Elsa Velázquez, diputada por Palma Soriano (Santiago de Cuba) y ministra de Educación desde 2008 solicitó la palabra para “apoyar la Ley que se presenta porque es la voluntad de nuestro querido Fidel. Nunca podremos erigir un monumento o una tarja en cada lugar donde esté presente la obra de Fidel, porque sería en toda Cuba. Lo que sí podemos hacer es que su legado continúe en los niños”.

Velázquez recalcó que la figura del líder histórico debe homenajearse en la enseñanza de sus logros. Las nuevas generaciones deberán conocer de Fidel a través del estudio de la Historia de Cuba, específicamente de la etapa de la Revolución en el poder.

Por su parte Jennifer Bello Martínez, presidenta de la FEU recordó que hace exactamente un mes y un día el pueblo cubano sufrió un fuerte golpe que nunca imaginamos o pensábamos que tendríamos aunque se tratara de una cuestión natural de la vida

“La pérdida física de Fidel ha causado el mismo dolor que cuando perdemos un padre, a un hermano o un amigo entrañable. Sin embargo ningún niño, ningún joven, ningún cubano lo hemos sentido ausente. Ahora disponemos con un instrumento legal que ampara y respeta su voluntad”.

La joven diputada agregó que son los cubanos y cubanos quien tiene que respetar esa voluntad e instó a parlamento que apruebe el proyecto de ley que hoy se presenta.

“El mayor homenaje no es crear monumentos o ponerle su nombre a todo lo que creamos sino que es ser fieles y leales a su obra que es mantener viva por siempre la obra de la Revolución. Yo soy Fidel ha sido escuchada en las plazas, pero al decir yo soy Fidel tenemos que meditar, hacer una examen de la conciencia, de la conducta, de la moral. Tendremos que predicar con modestia, cumplir cada tarea, ser modesto y no bajar la guardia”, concluyó.

Entre tanto la diputada por el municipio de Diez de Octubre, Irma Shelton Tassé expresó que urge aprobar la creación de un centro que compile sus imágenes, sus fotografías, sus documentos y reflexiones.

“Fidel nos queda en todo lo que nos rodea porque en todo lo que uno mire en Cuba está presente la obra de Fidel, pero cuando uno visita otras tierras del mundo allí también está Fidel”, agregó.

Este centro- señaló- será un legado para las futuras generaciones.

También intervino sobre este particular el intelectual cubano y presidente de la UNEAC Miguel Barnet.

“Esta no es un ley que apoyamos formalmente, yo pienso que es un abrazo que le damos a Fidel. Él no pudo ser más consecuente con los principios martianos. No es solo un acto de modestia sino de extrema lucidez.”

Luego, el diputado Yoelkis Sánchez Cuéllar expresó: “el mayor monumento a su memoria no será un pedestal en una plaza, no será una fábrica o una escuela con su nombre (…) el más grande monumento a Fidel y el más sublime homenaje a su obra será continuar con sus ideas”.

Una diputada del villaclareño municipio de Cifuentes citó la canción Su nombre es pueblo, compuesta por Eduardo Ramos e inmortalizada por Sara González: “a los héroes se les recuerda sin llanto, se les recuerda en los brazos, se les recuerda en la tierra; y eso me hace pensar que no han muerto al final, y que viven allí donde haya un hombre presto a luchar, a continuar”.

“Aquí hay un pueblo dispuesto a luchar por la obra de Fidel, por la Revolución”, concluyó la diputada.


El Monumento a Fidel



Desde la lamentable noche del 25 de noviembre, cuando sorpresivamente la noticia de la partida física del líder de la Revolución Cubana paralizó a toda la nación, Cuba entera comenzó a levantar en su mente, en su corazón y en su alma, su propio Monumento a Fidel.
Días más tarde, ante la multitud reunida en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, el presidente Raúl Castro explicaba que Fidel insistió en que una vez fallecido, no se le erijan monumentos, bustos, ni estatuas; que no se nombren plazas, calles, instituciones o edificios públicos en su memoria.
¡Qué grande eres Fidel! Pensaste en todo y en todos; y encontraste el momento oportuno para alertar a tu pueblo con esta nueva lección de sencillez y modestia.
Sabes bien que no necesitas bustos ni estatuas para recoger la cosecha que sembraste en tierra fértil. Eres nuestra canción, nuestra escuela, nuestra calle y nuestra plaza. No precisarás de monumentos públicos en Cuba porque tu obra imperecedera, para tu país y para el mundo somos nosotros mismos, tu pueblo en Revolución.
Ninguna escuela llevará tu nombre, pero los niños y jóvenes seguirán estudiando gracias al proyecto educacional que forjaste; tampoco nombraremos parques o plazas, pero allí las personas continuarán disfrutando de la libertad que conquistaste.
No habrá calle que te nombre, pero sí cubanos que la transiten con el convencimiento de que cada una es de las más seguras y tranquilas del mundo.
No habrá monumento erigido en su memoria, porque Fidel no lo necesita, ya lo tiene. Fidel estará presente en cada centro escolar, cultural, de la salud, deportivo o científico que edificó la Revolución para todos los cubanos.
Mantener vivo y eterno su pensamiento será el mayor monumento que podamos cimentar. Y su humilde pedido al pueblo que le ama, simboliza la grandeza del hombre único e irrepetible que es.
No habría monumento posible que pueda representar su significación histórica, salvo construir con nuestros propios esfuerzos la Patria socialista, próspera y sostenible.
Como explicó Raúl, corresponde al Parlamento analizar las propuestas legislativas requeridas para cumplir con la última voluntad de Fidel. Él murió como vivió, con dignidad y decoro, con absoluta coherencia en sus ideas y en la acción.
Ahora sus cenizas descansan en el corazón de una roca, donde solamente se leen las cinco letras de su nombre, sin fecha de llegada, pero tampoco de partida. La piedra en Santa Ifigenia irradia austeridad.
Preservando y multiplicando su legado construiremos el Monumento con el que seguirá sintiendo orgullo de su pueblo, porque fue incasable repitiendo que “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.
Con su última voluntad Fidel nos convoca a lo esencial, a que siga germinando la semilla depositada por él en las nuevas generaciones y en los cubanos que están por nacer.

Fidel jamás será mármol, ni consigna. Fidel es un hombre que se hizo pueblo, se convirtió en millones, y como inigualable jinete seguirá cabalgando delante de esta firme y sólida caravana que es Cuba.

FIDEL ES FIDEL

Fidel y Chávez trazaron las metas, las ideas y con su imperecedero ejemplo señalaron el camino

Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estados y Ministros, en el acto por el XII Aniversario de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), y el XXII Aniversario del primer encuentro de Fidel Castro con Hugo Chávez. Palacio de las Convenciones, el 14 de diciembre de 2016, “Año 58 de la Revolución”
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Querido compañero Nicolás Maduro, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela;
Compañeros y compañeras venezolanos y venezolanas;
Representantes de las naciones hermanas del ALBA-TCP y demás Estados de América Latina y el Caribe;
Compatriotas:
Seré muy breve, como suelen ser la mayoría de mis discursos, además en este caso para no forzar la voz, que como apreciarán la tengo algo afectada y, sin embargo, queda mucho que hablar todavía (Aplausos). Decía que queda mucho por hablar y pelear todavía en este país (Aplausos), por lo que mi ronquera puede ser permanente.
La reciente historia de Nuestra América nos convoca hoy a conmemorar varios acontecimientos:
El aniversario 22 del primer encuentro entre el Comandante Hugo Chávez Frías y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, punto de partida de una amistad y lealtad infinitas entre la Revolución Cubana y la Revolución Bolivariana.
El aniversario 16 de la firma del Convenio Integral de Cooperación entre Cuba y Venezuela, que fijó las bases de una relación económica, comercial y de cooperación, que ha aportado grandes beneficios y experiencias humanas para ambos pueblos.
Celebramos, además, el aniversario 12 de la constitución en La Habana de lo que primero fue Alternativa y luego se convirtió en Alianza Bolivariana para las Américas y Tratado de Comercio de los Pueblos; una nueva forma de organización para concertar e impulsar la cooperación y el desarrollo de los estados miembros.
De estas experiencias se pueden destacar significativos y elocuentes resultados:
Cuatro países se liberaron del analfabetismo y avanzaron en la escolarización de sus poblaciones, lo cual constituye la base inicial para todas las grandes transformaciones revolucionarias en cualquier sociedad.
Millones de latinoamericanos recibieron servicios de salud gratuitos y más de un millón setecientos mil recuperaron la vista.
Un comercio de nuevo tipo, justo y complementario, sin proteccionismos comenzó a abrirse paso.
Venezuela, en actitud altruista, creó mecanismos de cooperación y comercio solidario para compartir parte de sus riquezas petroleras y fomentar transformaciones socioeconómicas integradoras en la región, sin las cuales muchos países no habrían resistido la crisis internacional.   
Es imperioso hoy el llamado a todos los pueblos de América Latina y el Caribe a ser solidarios con esa Venezuela bolivariana, antiimperialista e inmensamente generosa a la que tanto agradecemos, víctima en este momento de un gran asedio y una hostilidad sin precedentes por parte de las fuerzas históricamente enemigas del progreso en nuestra región.
Apoyar a Venezuela, en época de ofensiva de las oligarquías, el imperialismo y el neoliberalismo, significa también luchar por la plena emancipación y la integración latinoamericana y caribeña.
Ser solidarios con Venezuela implica tener conciencia de qué podría ocurrir en este hemisferio si prevalecieran quienes buscan reconquistar las inmensas riquezas de ese país y fomentar el odio y el enfrentamiento, en detrimento de la libre determinación y la paz, a lo que se comprometieron aquí en La Habana los jefes de Estado de la región en el año 2014 al firmar la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Solidaridad, consenso en las ideas y unidad de acción es lo que necesitan ahora los pueblos de Nuestra América, en esta época de dificultades y crecientes desafíos.
Fidel y Chávez trazaron las metas, las ideas y con su imperecedero ejemplo señalaron el camino. Nos corresponde a todos hacer de sus legados la trinchera invencible para la defensa de la Patria Americana.
Martí dijo: “Deme Venezuela en que servirla: ella tiene en mí un hijo”. En esta memorable fecha los cubanos ratificamos: ¡Venezuela, aquí estamos tus hijos!
Muchas gracias
(Tomado de Granma)

martes, 27 de diciembre de 2016

DE OSPAAAL FELICITACIONES POR AÑO NUEVO

RECIBAN DE PARTE DEL COLECTIVO DE LA OSPAAAL LAS 
MÁS SINCERAS FELICITACIONES EN ESTE AÑO QUE 
CONCLUYE, DESEÁNDOLES FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO 
AÑO NUEVO.

SECRETARÍA GENERAL
ORGANIZACIÓN DE SOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS DE 
ÁFRICA, ASIA Y 
AMÉRICA LATINA (OSPAAAL)


`Repatriación no existe en mi léxico, porque jamás me fui de Cuba´: Evel...

Dicen de Fidel. Claudia Korol / Liliana Daunes



Dicen que no quiso llegar al 2017, después de vivir casi un siglo.
Dicen que antes de irse, dio gracias a la vida a la que ha revolucionado tanto.
Dicen que en el momento de partir, fidel miró hacia atrás, y vio a Cuba de pie.
Dicen que se volvió una vez más, y mirando al pueblo cubano, con su voz finita de intimidad, le dijo que no afloje, que siga el camino. Que volverían a encontrarse en cada esquina de la historia, cantando juntas y juntos, en clave de sol.
Dicen que fidel tenía una sonrisa en los labios, porque sentía que en el viaje se encontraría con Chávez, con Camilo, con Celia, con Haydée, con el Che… a quienes extrañaba tanto siempre, como a la victoria.
Dicen que fidel se fue soñando nuevas revoluciones en distintos pueblos y galaxias.
Dicen que dijo, antes de marcharse, que ahora nos tocará a nosotras, a nosotros, seguir abriendo a machete los surcos de la vida nueva.
Dicen que dijo que lo había dado todo, pero todito todo, en el esfuerzo de sembrar y cosechar dignidad en los territorios arrasados.
Dicen que fidel quedó grabado en la zafra millonaria, en playa girón, en ese pueblo sin analfabetos, en los centros de salud, en los campos de Angola, en las misiones internacionalistas de médicos, médicas, alfabetizadores/as y guerrilleros/as generosamente desparramados por el mundo.
Dicen que antes de partir se rió en las narices de Trump, se burló de su recién estrenado despotismo, y cumplió su última misión, desbloqueando -a codazos con el poder mundial- los bordes de la historia.
Dicen que el necio gigantón ya no está para charlarnos por horas de lo humano y lo divino, haciendo del discurso interminable la revolución permanente, la pedagogía del decir y del hacer. Dicen que sus palabras no quedaron atrapadas en los libros, sino en los corazones apasionados, y en las manos creadoras de los pueblos.
Dicen que el necio se murió como vivió, acunado por el amor de su gente, que hace de fidel ladrillos y semillas; que hace de fidel fuego y rebeldía; que hace de fidel un rincón de la utopía colectiva que encendemos cotidianamente las mujeres y los hombres del pueblo.
Dicen que entró caminando en la historia, con su barba larga y su chaqueta verde oliva.
Dicen que el silencio retumbó en los continentes olvidados.
Dicen que de muchos silencios se hizo el grito que nos desgarró el alma.
Dicen que fidel se fue, y dicen que ya está llegando.
Dicen que nuestros corazones se agrandan para recibirlo entero.
Dicen que nuestras emociones no gritan, sino susurran, como un gesto profundo, necesario, y como un compromiso: Gracias Fidel. Hasta la victoria siempre.
 

lunes, 26 de diciembre de 2016

Cancion de navidad - Silvio Rodríguez y José Feliciano

Rinden Homenaje a Fidel en el bar “Los Chisperos” en Buenos Aires. | CUBADIPLOMATICA


DIC
25
2016


El pasado viernes, se dieron cita en el bar “Los Chisperos” de la porteña ciudad de Buenos Aires un numeroso grupo de amigos argentinos para rendir homenaje al Comandante en Jefe Fidel Castro. La iniciativa estuvo a cargo de la cantora de tangos y música ciudadana Patricia Malanca, quien presentó numerosos temas de su proyecto musical “Tangueando a Silvio Rodríguez”. Como invitados especiales de la noche, asistieron el politólogo, Atilio Borón, y la periodista y escritora Stella Calloni.
La velada comenzó con las palabras del Dr. Atilio Borón quien rememoró momentos históricos del accionar de Fidel, la vigencia de su pensamiento, su increíble visión futurista así como “su insaciable afán de mantenerse informado”. Lo catalogó como “el único gobernante de América Latina que ha logrado tener una proyección internacional durante más de medio siglo”.


Después de varias canciones de Silvio Rodríguez, “tangueadas” por Patricia Malanca, la reconocida escritora Stella Calloni deleitó a los oyentes con un hermoso poema dedicado a Fidel. La noche continuó con la fusión entre tango argentino y trova cubana y no faltaron pocos atrevidos que se animaron a cantar y bailar, como el director argentino de teatro Gustavo Masó.
El homenaje a nuestro líder histórico a través del tango, el más tradicional de los bailes argentinos, y su fusión con la trova cubana, resultó una iniciativa increíble de estos incondicionales amigos de Cuba.
En representación de la Embajada de Cuba participaron los funcionarios Gretter Alfonso y Leogel Delgado así como otros miembros de la misión diplomática.
Fotos: Atilio Boron
EMBACUBA ARGENTINA
Rinden Homenaje a Fidel en el bar “Los Chisperos” en Buenos Aires. | CUBADIPLOMATICA

viernes, 23 de diciembre de 2016

León Gieco - El Angel De La Bicicleta

Que 15 años no es nada: algunas reflexiones sobre la insurrección del 19 y 20 de diciembre de 2001

Por Mariano Pacheco

A las 00.00 horas del 20 de diciembre de 2001 unas 100 mil personas entonaron el Himno Nacional en la Plaza de Mayo y a los veinte minutos caravanas de manifestantes se concentraron simultáneamente en la Quinta de Olivos y en Palermo, frente al domicilio del ministro de Economía que, media hora mas tarde, ya no lo sería. A las 0.50 comenzó la represión en Plaza de Mayo: cientos de personas resistieron a cascotazos las balas de goma y gases lacrimógenos. Minutos más tarde comenzaban a arder las palmeras de la Plaza, y con ellas, el país entero se encendía: se había iniciado la insurrección.
Se estipula que fueron 122 los supermercados y comercios del Gran Buenos Aires saqueados durante el día 19, y 17 los de la Capital Federal. Según las noticias de primera hora del 20, el día había amanecido con siete nuevos muertos. Las protestas y saqueos se habían multiplicado con el correr de las horas en distintos lugares del país y el Partido Justicialista, a través de Carlos Saúl Menem, Carlos Ruckauf y Eduardo Duhalde, habían expresado su apoyo al estado de sitio decretado por el presidente Fernando De La Rúa la noche anterior.
A las 10.15 una muchedumbre se concentró en Plaza de Mayo. A los 15 minutos, la montada avanzó sobre las Madres de Plaza de Mayo. A las 13 se cumplieron 12 horas desde la renuncia de Domingo Cavallo. El mismo que siendo ministro de Economía durante la presidencia de Menem había implantado el Plan de Convertibilidad. El mismo que promovió las privatizaciones para cancelar la deuda y generar un nuevo endeudamiento del país. A las 14 horas se desarrollaron enfrentamientos en Mar del Plata, Córdoba, Río Negro, Mendoza, Neuquén y Chubut. Desde entonces el micro-centro porteño fue epicentro de un acontecimiento inédito en la historia del país: durante horas, miles de personas sostuvieron enfrentamientos callejeros con las fuerzas de represión del Estado, que ese día agotaron sus municiones de balas de goma.
Para entonces, el “ejercito de pobres” (según expresiones del propio diario Clarín) se había incrementado durante el último año en 3 millones de personas, es decir, a un ritmo de 8.260 por día.

Un semestre intenso
La inmensa movilización del 3 de julio de 2002, desde el Puente Pueyrredón (al Sur del Conurbano Bonaerense) hacia el centro mismo de la ciudad de Buenos Aires (Plaza de Mayo), para repudiar los asesinatos de los jóvenes militantes Maximiliano Korteki y Darío Santillán (ocurridos el 26 de junio del mismo año durante la denominada “Masacre de Avellaneda”), fueron tal vez la última expresión de la insurrección de diciembre de 2001. Ese día importantes sectores de la sociedad argentina se movilizaron (o brindaron activo apoyo y muestras de simpatías con los movilizados) para decirle No a la represión y frenar los intentos del régimen por imponer su fase autoritaria.
Pero los trágicos episodios también pusieron pusieron un claro límite al ascendente movimiento de protesta, que había tenido al movimiento piquetero como eje dinamizador del conflicto social, pero que incluía además a estudiantes secundarios y universitarios, vecinos de barrios de sectores medios agrupados en las Asambleas Populares, asalariados que habían ocupado sus lugares de trabajo y los habían puesto a funcionar bajo la modalidad “cooperativa” o de “control obrero” y otros tantos que, desde sus gremios, seguían con la basta tradición de lucha del movimiento obrero argentino (como los estatales y los docentes).
Luchas por mayor salario, por la defensa del empleo, contra el hambre y la represión pero que enlazaron durante meses con un cuestionamiento al orden social y el régimen político.
Por algunos meses la crisis se llevó puesto a los partidos políticos, a la mayoría de los sindicatos, en fin, a los modos tradicionales de hacer política en al Argentina. En este sentido, las jornadas del 19/20 colocaron a la política misma en otro lugar. De algún modo, la insurrección permitió hacernos nuevamente la pregunta acerca de qué es, qué entendemos por política.
Es que las crisis suelen funcionar como momentos de desperezo, de apertura de la historia. Por eso suelen ser enormemente productivos y se erigen como un reto enorme para el pensamiento político crítico y las prácticas cuestionadoras del orden social. ¿Es posible permanecer actuando y pensando en el interior mismo de la crisis? Esa, de algún modo, es la pregunta que el kirchnerismo buscó anular, o al menos, tramitar solo de un modo estatal (el lugar estabilizador por excelencia, y por lo tanto, contrario a la crisis –recordemos que etimologicamente la palabra estado deriva de estatio–).
Pensar desde la crisis, en cambio, implica concebir que el motor de los cambios está en el conflicto y que, precisamente porque es el conflicto el motor del cambio, no podemos saber, de antemano, cuales pueden llegar a ser los resultados. En este sentido, diciembre de 2001 opera como símbolo generacional y una determinada porción del campo popular de nuestro país (generacional y no etario, puesto que hay, por ejemplo, tanto setentista como adolescentes que se identifican con él).
¿Qué queda hoy de las jornadas de aquel diciembre de una década y media atrás? Solo huellas de un cierto imaginario insuergente, y también, el fantasma de la crisis entendida como desorden que hay que limitar. De allí que para mucha gente 2001 sino sinónimo del infierno, de aquello que hay que conjurar, a lo que no hay que regresar. Sin embargo, las militancias que se identifican con él, no deberían apresurarse en traducir esa fecha en término de ceremonia de recordatorio (rememorar es reactualizar, recordar es la más de las veces quedarse anclado en la impotente nostalgia). Porque aquellos días (semanas, meses) fueron momentos de apertura a la impugnación del orden social, de sus clasificaciones y jerarquizaciones, de sus lenguajes, y por lo tanto, un breve período de aceleración temporal, donde el orden fue desnaturalizado, conmovido, puesto en cuestión, y la política, vivenciada por miles de personas lejos de las coordenadas de la mera gestión.


La larga década
Por primera vez en medio siglo los nombres de Perón y Evita fueron los grandes ausentes y, el peronismo, no gravitó la política popular durante ese primer semestre de 2002.
De algún modo, eso que pasó con el tiempo a llamarse kirchnerismo fue quien mejor leyó esa situación, y su irrupción implicó un retorno a lo conocido pero dando cuenta de los cambios acontecidos. Un peronismo pasado por derechos humanos y que se pasó por alto la década neoliberal. Desde el primer momento Néstor Kirchner leyó lo que las Madres de Plaza de Mayo habían implicado para la subjetividad de los argentinos desde los momentos mismos de la última dictadura, hasta entonces y sobre todo, lo que la figura de Hebe de Bonafini había implicado para las luchas de la post-dictadura (la de los organismos en particular, pero sobre todo, la del movimiento popular en general). También la necesidad de irse para atrás en el tiempo en la reivindicación del peronismo, sobre todo del tercero (ese que el historiador Alejandro Horowicz fechó entre el inicio de la campaña del “Luche y vuelve” hasta la caída de Héctor J. Cámpora de la presidencia de la Nación). Algo similar sucedió con los sindicatos, que habían perdido centralidad en la protesta y en las calles (no es casual que apareciera Hugo Moyano como principal referencia del mundo obrero, el camionero que sí participó de las protestas y las luchas en las calles en los años 90) incluso con el aparato partidario peronista, que con aire sureños comenzó a ser llamado Frente para la Victoria (“De estos y otros materiales se nutre la discusión que de inmediato emerge en las áreas de la izquierda y el peronismo”, escribió alguna vez Horacio González, quien aclara que el debate se refiere a si Kirchner “irrumpe para clausurar el gesto creativo de las asambleas o si la necesaria cuota de institucionalidad que él restituye, lleva en su esencia lo más activo del asambleismo”).
Sindicatos, partidos integrados al sistema político parlamentario y organismos de derechos humanos apoyando políticos de Estado: el reverso progresista de las jornadas de diciembre de 2001.
La izquierda liberal, por su parte –tan afecta a los lamentos y las quejas– encontró en el concepto de “cooptación” su palabra-clave para explicar todos los males. También para disfrazar sus incapacidades. La denominada “Nueva Izquierda”, fuerte en la protesta callejera y la organización social de base durante esos meses, adolecía de una proyección política más de largo plazo, pero por sobre todas las cosas, no tenía condiciones históricas para llevar el proceso más allá (precariedad estructural de sus bases, escasa experiencia de sus cuadros, corto recorrido de existencia, ausencia de respaldo histórico sobre el cual apoyarse, entre otros elementos).
Durante la última larga década el 2001 permaneció bajo el modo de huellas en un gran número de prácticas micro-políticas que, sin embargo, no lograron prácticamente expresarse en la dimensión macro-política. También hubo importantes luchas populares, e incluso muchas de ellas protagonizadas por organizaciones que partían de un suelo existencial y simbólico ligado a las jornadas del 19 y 20: la consigna zapatista “desde abajo y a la izquierda” puede servir para sintetizar aquel ethos, centrado en la des-burocratización de las instancias de participación, la ligazón del proyecto estratégico con la cotidianeidad y el intento de no-escisión entre ética y política. Así, de organizaciones que lucharon contra el hambre en los noventa, surgieron durante los años kirchneristas algunas experiencias ligadas a la autogestión del trabajo y otras esferas de la vida social: cooperativas de producción y consumo de las cuales se alimentaron y “beneficiaron” miles de familias; Bachilleratos Populares que garantizaron (con título oficial otorgado por Estado incluso) el egreso del colegio secundario de otras cientos de personas (sobre todo en la provincia de Buenos Aires); nuevos colectivos de comunicación y cultura popular; promoción de políticas de género y diversidad sexual al interior de estos nuevos movimientos sociales e incluso esbozo de construcciones de un sindicalismo de base. Pero no lograron coagular en movimientos de masas e, incluso algunas de sus expresiones más radicalizadas, terminaron la década asimiladas a las lógicas políticas dominantes.
Hubo, desde luego, algunas excepciones: el movimiento de luchas en defensa de los bienes comunes, el de las luchas por la vivienda digna y en defensa de la educación pública. El primero encontró en la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) su herramienta organizativa más visible (2006-2016) y en el bloqueo producido a la empresa multinacional Monsanto en Córdoba (2013-2016) su cara más radicalizada. El segundo tuvo su mayor grado de visibilización en la “Carpa villera” que se instaló durante 53 días en plena Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2014). El tercero libró numerosas luchas en distintas ciudades del país (con epicentro en La Plata, Buenos Aires y Córdoba), cuyos protagonistas fueron a algunas veces los estudiantes secundarios, otras los universitarios y en ocasiones ambos juntos (palabras aparte merecería el conflicto docente en la Patagonia, cuyo rostro más trágico podemos encontrarlo en el asesinato del maestro Carlos Fuentealba). Más ligados a las izquierdas y sobre todo a su fracción “independiente”, fueron los Foros de Educación para el Cambio Social, pero a pesar de su masividad no lograron salirse del plano discursivo y con el paso de los años cayeron, como tantas otras experiencias, en nuevos modos de ensimismamiento. Y esta, tal vez, es una palabra que pueda ayudarnos a entender por qué ninguna de las experiencias mencionadas pudo erigirse en un movimiento de masas que impusiera agenda en la coyuntura, que referenciara con sus luchas a otros atores y, ni que hablar, que pudiera acaudillar otros sectores populares.

El largo año
El primer semestre macrista encontró al movimiento popular con poca capacidad de reacción, si bien desde diciembre de 2015 los trabajadores del Estado y otras fracciones del movimiento obrero dieron pelea contra los despidos que fueron el primer golpe de la gestión encabezada por el ingeniero Mauricio Macri.
El segundo semestre del año encontró a diferentes sectores populares peleando en las calles e incluso se produjeron algunos cruces inéditos en la historia reciente de nuestro país, como la confluencia en movilizaciones de trabajadores encuadrados en la CGT (También en las CTA) y ese gran precarizado que tiene en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) su herramienta más visible y numerosa (aunque existen otras, y también, numerosas organizaciones territoriales).
Desde principios de año un cierto afán nostálgico pesó sobre las miitancias de diverso origen e identificación ideológica, y fue la de asociar el embate macrista con el neoliberalismo menemista y, por lo tanto, con agitar ciertas imágenes del pasado de las resistencia. De ser una operación destinada a reconstruir un imaginario de resistencia, entiende este cronista, dichas operaciones podrían tener cierta eficacia, sin van acompañadas por creativas medidas políticas que puedan dar cuenta de la situación concreta que hoy atravesamos como pueblo. De lo contrario, serán una más de las tantas actitudes que no logran entender que nunca una situación política es igual a otra del pasado y que por más radicalizadas que sean las consignas y las imágenes que se utilicen, solo serán disruptivas aquellas iniciativas que logren reactualizar la rebelión en términos de contagiar indignación contra lo que sucede, transformar la bronca en peleas en las calles y la protesta en resistencia. A partir de allí, seguramente, pueda hablarse de un 2001 que no pueda ser asimilado por las clases dominantes: un diciembre que funcione como fantasma insurrecto. Entonces los muertos de aquellos días dejarán de pertenecer al botín de guerra de los que casi siempre han ganado en la historia, para pasar a ser estandarte que alimente los deseos de transformación social.

Abogada de EEUU viola leyes cubanas



Por Arthur González

Kimberley Motley, abogada estadounidense fue detenida el 16/12/2016 por autoridades cubanas, al violar las leyes del país cuando participaba premeditadamente en una provocación organizada desde Estados Unidos contra la Revolución cubana.

Graduada de Derecho en 2003, ingresó en 2008 a un programa del Departamento de Estado para acciones en Afganistán, no para condenar los bombardeos y crímenes yanquis contra civiles indefensos, sino para “defender” a las mujeres de ese país.

La señora Motley, arribó a la Habana con visado de turismo con el fin de participar en el Festival de Jazz de La Habana, lo que había anunciado con un post de Facebook; por tanto, pudo realizar su viaje a la Isla respaldada por una licencia cultural, ya que los ciudadanos de Estados Unidos tienen limitados sus derechos civiles, impidiéndosele hacer turismo en Cuba desde hace casi 60 años, violaciones que la abogada no cuestiona, ni ejecuta acciones legales en defensa de sus conciudadanos.

El plan de provocación se diseñó aprovechando la celebración de dos importantes eventos internacionales en La Habana, el 38 Festival Latinoamericano de Cine y el Festival de Jazz, los que atraen a numerosos periodistas y personalidades de la cultura.

Sin saber historia de Cuba, de la creación de la contrarrevolución por la CIA desde 1960 según documentos desclasificados, y su sostenimiento financiero con no menos de 20 millones de dólares anuales aprobados por Barack Obama, la abogada llegó a La Habana mandada a participar en un show mediático frente al Tribunal Provincial, en compañía de elementos sufragados por el Gobierno norteamericano carentes de prestigio social y con pésimos antecedentes delictivos comunes.

Ella sabía que su actuación violaba las leyes cubanas porque su visado de entrada no le permite participar en ese tipo de actos, unido a la alteración del orden público.

La prueba de que fue un plan provocativo organizado desde Miami, fueron las declaraciones inmediatas de Rosa María Paya Sardiñas, apadrinada por el senador Marco Rubio y de la representante Ileana Ros-Lehtinen, integrantes de la mafia terrorista anticubana, de que Kimberley Motley, “también tenía intenciones de asumir la defensa de Eduardo Cardet”, coordinador nacional del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), detenido días antes por agredir a agentes del orden en plena vía pública.

Otro elemento probatorio de la acción subversiva fue la rápida publicación de la noticia en la prensa de Estados Unidos, respaldada por Thor Halvorssen, director ejecutivo de Human Rights Foundation, quien escribió en Twitter: “Mostley” es una abogada aclamada internacionalmente y fue arrestada en Cuba cuando se disponía a ofrecer una conferencia de prensa sobre el artista encarcelado “El Sexto”.

Danilo Maldonado, apodado “El Sexto”, fue fabricado desde Miami como “artista”, ha estado vinculado al arte, no ha cursado estudios ni tiene obra alguna que mostrar. Sus “grafitis” solo recogen la palabra “El Sexto”, y si a eso se le puede denominar obra de arte, en cualquier ciudad estadounidense se muere de hambre en tres días.

Maldonado, adicto a las drogas, al igual que el supuesto músico Gorki Ávila, son mantenidos financieramente desde Estados Unidos para realizar acciones provocativas callejeras, divulgadas con inmediatez por las redes sociales, para crear la imagen de que en Cuba existe un movimiento popular contrario al sistema, algo diseñado en 1962 por la CIA contra la Revolución, plasmado así en sus programas desclasificados.

La abogada Mostley fue trasladada a la unidad de la policía y liberada en pocos minutos, desde donde informó a los organizadores de la acción: “me están tratando bien”.

El propio Thor Halvorssen aseguró: “cuando la contactamos para que cumpliera el encargo le explicamos que la podían detener, que en Cuba era normal que la encarcelaran con un cargo y mantenerla un largo rato y después soltarla, lo cual aceptó consciente del riesgo”.

Posteriormente Mosley regresó a Estados Unidos sin dificultades.

Antes de graduarse como abogada ganó en 2004 el concurso de belleza “Miss. Wisconsin”, por tanto, está acostumbrada y siente placer por la publicidad.

Lo significativo de la aceptación de ese encargo es que siempre fue advertida de que en Cuba la policía no golpea, ni utiliza gases lacrimógenos y su vida no corría peligro alguno, algo muy distinto a lo que sucede en su país donde por ser de raza negra y violadora de las leyes, seguramente la pasaría bien mal de prestarse a ese juego, aunque posteriormente recibiera como pago una buena suma de dinero.

¿Por qué Human Rights Foundation no la contrató para defender al preso boricua Oscar López, quien lleva 35 años en cárceles norteamericanas por tener ideas independentistas y sometido a crueles torturas sicológicas?

¿No merecen una buena defensa de Human Rights Foundation los trabajadores peruanos de la Federación de Sindicatos del Poder Judicial, que por exigir una mejora salarial fueron salvajemente reprimidos por la policía esta misma semana, y además de golpes los rociaron con gas lacrimógeno y varios de ellos detenidos violentamente?

¿O los 200 trabajadores de la empresa Ingenio Ledesma, en Jujuy Argentina, despiadadamente reprimidos el 15/12/2016, recibiendo impactos de balas de goma disparados a quemarropa por la policía y la seguridad privada de la compañía, tras una jornada de protestas pacíficas en reclamo de mejores salarios y condiciones de trabajo?

Esta nueva provocación, donde inusualmente participó una ciudadana estadounidense, presume la intención de darle argumentos al nuevo Presidente y exigirle romper relaciones diplomáticas con Cuba, algo bien deseado por la mafia anticubana; pero los cubanos tienen suficiente experiencia e inteligencia para no tomar medidas apasionadas.

Veremos que cuentas le exigirá la OFAC a Kimberley Motley, por haber mentido en la solicitud de licencia cultural para viajar a Cuba.

Mientras tanto, la mafia volvió a recibir otra derrota a sus pretensiones, porque aquellos que violen las leyes cubanas recibirán la sanción adecuada, como mismo se hace en cualquier país de este convulso mundo, y como aseguró José Martí:

“No se ha de permitir el embellecimiento del delito, porque es como convidar a cometerlo”.

(Tomado de Rebelión)
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