29 mayo 2017
En plena campaña electoral, pocas
horas antes de que la justicia brasileña levante el secreto de las
declaraciones de los ejecutivos de Odebrecht, que reconocieron haber pagado 35
millones de dólares de coimas en el país, y con la embajada en Estados Unidos
todavía vacante, el presidente Mauricio Macri anunció el reemplazo de la actual
canciller, quien adujo “cuestiones personales” para trasladarse a Madrid en
calidad de Ministra Consejera.
Luego de un año y medio en el cargo, la actual canciller aclaró, en la
conferencia de prensa posterior al anuncio, que la inserción de la Argentina en
el concierto internacional en el siglo XXI depende de “el elemento mundo”,
dando a entender que su faena se había enfrentado con dificultades no
previstas, a pesar de reivindicar que “hoy el país está sentado en la mesa de
todos los organismos internacionales de decisión”.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, aprovechó la ocasión para
arremeter una vez más contra la procuradora general de la Nación, Alejandra
Gils Carbó, a quien acusó de haber tenido “una actitud pasiva” en el caso
Odebrecht, por “sus vinculaciones políticas con el kirchnerismo”, dando por
sentado que las revelaciones de los arrepentidos brasileños comprometerán a
algunos funcionarios de la administración anterior, desconociendo que el socio
de la constructora brasileña en la obra de soterramiento del ferrocarril
Sarmiento es la empresa IECSA, hasta hace muy poco en manos del primo
presidencial, Angelo Calcaterra.
Malcorra, por su parte, quien será reemplazada el 12 de junio próximo
por el actual embajador en Francia, Jorge Faurie, adelantó que hasta esa fecha
mantendrá la agenda prevista con antelación, y supeditó futuros cambios en la
Cancillería a su sucesor, a quien definió como “integrante de mi equipo”. Ella
se trasladará a la capital de España, donde reside su familia, con el rango de
Ministra consejera, cargo desde el cual asesorará al primer mandatario en temas
como la relación de la Argentina con la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El cambio de destino de Malcorra y, sobre todo, las razones que esgrimió
a la hora de justificar su renuncia ante los medios de comunicación, llaman la
atención teniendo en cuenta que hasta hace poco menos de un año se postulaba,
con el visto bueno del Presidente, para la secretaria general de las Naciones
Unidas, por un período de cinco años, pulseada que ganó el portugués António
Guterres, quien asumió la titularidad el organismo internacional el 13 de
octubre pasado.
El sucesor de Malcorra conoce desde hace muchos años el Palacio San
Martín, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, ya que fue vicecanciller
durante la gestión de Carlos Ruckauf, quien lo reemplazó en agosto de 2002
a raíz del escándalo de las cuentas en Suiza del ex presidente Carlos Menem. De
acuerdo con una nota publicada por el diario Clarín el 16 de agosto de
2002, Jorge Faurie, quien había sido director de Ceremonial de la Provincia de
Buenos Aires, estando en la Cancillería, le había renovado el pasaporte
diplomático a su amigo, socio y secretario de Menem, Ramón Hernández. “Ese tipo
de pasaportes permite pasar las aduanas sin control en los aeropuertos del
mundo, y Hernández no lo devolvió”, subrayaba Clarín en aquella oportunidad.
“El número dos de Carlos Ruckauf -continuaba el matutino- todavía hoy es
socio en Costes S.R.L., de Hernández, quien tiene domicilio legal en el Alvear
Palace Hotel”. El propósito de la sociedad no era otro que instalar un
restaurante mexicano en el paquetísimo salón Tattersall del hipódromo de
Palermo.
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