Por Arnold
August
El 6
enero de 2017, escribí el artículo: “¿El final de la ideología en Cuba?”. Una de las principales conclusiones fue
que “siempre he aseverado que la más peligrosa oposición a la Revolución cubana
proviene de la llamada izquierda, y no de la derecha abiertamente plattista[anexionista].Ӄsta
columna fue seguida por una segunda, publicada el 20 enero de 2017:“La oposición de la ‘izquierda’ cubana y
los anexionistas: dos alas de una misma águila.”
Esos dos
artículos tuvieron una muy alta recepción en la audiencia y fueron reproducidos
y circulan ampliamente tanto en español como inglés como en muchos medios a
nivel mundial, incluyendo por supuesto a Cuba. No obstante, éstos provocaron
una fuerte reacción en la Habana y en Miami, en los sitios web de disidentes
“izquierdistas” y en medios sociales. Varios artículos fueran publicados por
ellos, mientras que otros, autoproclamados “expertos cubanos” en la Habana y en
Estados Unidos, se ocultan tras sus medios sociales para recomendar tan solo artículos
de “izquierda”, quizás temerosos de unirse pública y explícitamental debate.Su
principal y más común queja ha sido que mis artículos no nombran a esos
individuos. Algunas de sus cuentas en medios sociales tratan inclusive de sentenciarme
refiriéndose a las publicaciones de los disidentes. Ellos “están preguntando
por nombres”. “¡Nombres, nombres!”, exigen.No caen en cuentaque,al hacer esto, se nombran a sí mismos y que, de
ninguna manerapueden hacerme avergonzar al citar sus nombres.
En
efecto, desde enero hasta hoy, no ha habido necesidad de “nombrarlos” como
individuos “izquierdistas” contrarrevolucionarios, ya quesusmedios los nombra a sí mismos en una serie de
publicaciones de sitios web y medios sociales. Como dice el proverbio, “a quien
caiga el guante, que se lo plante”. Si se sienten aludidos, es su problema, no
el mío. Explícitamente citan y manifiestan su oposición a los dos artículos, a
la vez que confían en sus fieles lectores a través de comentarios en línea para
elaborar sus puntos de vista y agregar ataques personales, lo cual permite exponer
el hecho de que en ellos no hay nada de “izquierdistas”.Así, inadvertidamente
me dan pie a un mayor análisis. Inclusive en la tercera entrega de hoy, no los
nombro. La idea es concentrarse en sus posiciones ideológicas y políticas para
fines polémicos y educativos en defensa de la cultura socialista cubana.
Otra
objeción de su parte, adicionalmente a aquella de no nombrarlos, es la presunta
falta de evidencia. Haciendo un esfuerzo para caracterizar la orientación
ideológica y política, las posiciones de la “izquierda” contrarrevolucionaria
son en realidad citadas en mis artículos. Si ellos se reconocen en estas breves
citaciones y paráfrasis que salen de donde menos uno se lo espera, ellos mismos proven la evidencia. Su
frustración se origina en el hecho de que en estas posiciones se hacen finalmente
públicas en el contexto de un análisis, que ya no les permite encubrirse de “izquierdistas”.
Es de destacar quealgunos colegas, escritores y bloguerosrevolucionariosen
Cuba, también están escribiendo admirablemente artículos similares.
Quizás
la prueba más importante de que no es necesario nombrarlos, como gusanos que
emergen en la superficie después de la lluvia, viene de Miami. El 2 febrero de
2017, CUBANET, financiado por el gobierno estadounidense, escribió un artículo
en primera plana acerca de la controversia provocada por mis dos columnas: “La
izquierda anexionista: Arnold August es el nuevo alabarderodel castrismo.”CUBANET
es financiada, como lo admiten y puede constatarse en su sitio web, por la Fundación
Nacional para la Democracia (National
Endowment for Democracy, NED). Como es de todos sabido, se trata de un
frente de la CIA para transferir fondos a países como Cuba con el objetivo de
provocar un cambio de régimen. CUBANET es abiertamente de derecha y está basada
en la política anexionista. En este artículo, en realidad ellos vienen a
rescatar y a defender a los “izquierdistas” en su campaña contra mis puntos de
vista. De esta manera, una vez más, esto resulta seruna amplia evidencia de
que, como lo proclama el título, “La oposición de la ‘izquierda’ cubana y los
anexionistas”, son realmente “dos alas de la misma águila”. ¡Gracias, CUBANET!
No es para nada sorprendente que los “izquierdistas” ignoren este artículo de
CUBANET –y estén tratando desesperadamente de desviar la atención a lo que
ellos creen que es el “sometimiento” en mis artículos para mantener a sus
adeptos con las riendas bien puestas, de manera que ninguno albergue dudas
acerca de la naturaleza “izquierdista” de su sitio web y de sus medios
sociales.
Los
“izquierdistas” pretenden que a mis escritos les hace falta “conocimiento
teórico”. No obstante, si esto fuese así, ¿como podría explicarse que, aún
omitiendo sus nombres, mis artículos obligan a los “izquierdistas” no solamente
a salir de las sombras sino además confirman sin lugar a dudas que los “izquierdistas”
y los anexionistas son dos caras de la misma águila estadounidense?Esto implica
cierta claridad teórica, dado que las bases de los análisis político e
ideológico han demostrado ser correctas. Mi primer artículo —“¿El final de la
ideología en Cuba?"—constituye especialmente un ejemplo basado en la
teoría revolucionaria. Algunos comentaronque éste constituye una contribución
original al actual debate, al empujar a la contrarrevolución a una esquina
ideológica, explicando de esta manera su desesperado arrebato actual.
No
obstante, este enfoque siempre necesita ser mejorado y actualizado a medida que
evoluciona la situación.Resulta así imperativo aumentar y ampliar la deconstrucción
de la ideología disidente “izquierdista”y delas políticas que desafían a la
cultura socialista cubana. Estoy determinado, así como lo están muchos colegas
cubanos, a contribuir a desenmascarar esa farsa. Los últimos saltos mortales de
los “izquierdistas” y su apología abiertamente pro-estadounidenseparecen
indicar que nuestro trabajo está dando frutos, lo que me lleva a creer que muy
probablemente éste no será el último artículo de la serie.
Arnold August es
periodista y conferencista canadiense, el autor de los libros Democracy in Cuba
and the 1997–98 Elections y Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento Twitter: @Arnold_AugustFaceBook
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