El expresidente de Uruguay, José Mujica, recibió en su casa al luchador antiterrorista y Héroe de la República de Cuba, Ramón Labañino, con quien conversó cerca de una hora sobre los desafíos del mundo actual.
“Pasen, pasen, es una casa pequeña pero cabemos todos”, dijo el actual senador del Frente Amplio al dar la bienvenida a la pequeña comitiva integrada, además, por la esposa del héroe, Elizabeth Palmeiro, la embajadora, Mercedes Sotolongo, y otros funcionarios de la sede diplomática cubana en Montevideo.
Acompañado por su esposa, la también senadora Lucía Topaloski, Mujica reflexionó sobre la ofensiva del capitalismo en América Latina y los nuevos métodos utilizados por las oligarquías locales, en contubernio con Estados Unidos, para derrocar procesos democráticos.
El senador uruguayo mencionó la difícil situación que atraviesa el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y las acciones para sacarla del poder mediante la aprobación de un impeachment sin base legal, lo cual es considerado como un golpe contra la democracia.
Mujica habló también del ejemplo, del “cuidado de la conducta humana” y de cómo los líderes de la izquierda deben conducirse y actuar para que se parezcan más a la clase mayoritaria que representan, y no a la minoría acomodada que simboliza los intereses del capital.
Apuntó que la derecha utiliza las “debilidades humanas como pecado fenomenal par herir la confianza de la lucha de la gente”, por lo que hay que ser más exigentes, pues “nunca tuvo tanta importancia la conducta y la ética como hoy”.
También se refirió al desarrollo de las tecnologías, en especial de la mecatrónica, la cual conducirá a que habrá que “adaptarse a nuevas condiciones, totales, en materia de trabajo”.
Subrayó al respecto que “la lucha por disminuir la jornada de trabajo tendrá que ser mundial” porque en algunos lados se laborará seis horas mientras en otros 13, entonces, “cómo se ve eso, de qué competitividad van hablar”, dijo.
Contó sobre una empresa montada en un país que produce 30 mil lechugas diarias donde el 95 por ciento de la mano de obra son robots, y ese será “uno de los problemas en los que hay que pensar”, acotó.
Labañino, por su parte, agradeció en nombre de sus hermanos Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero y Fernando González, la solidaridad recibida durante los largos años de encierro en Estados Unidos.
Condenados a largas penas de cárcel en un juicio calificado de parcializado por la defensa, René y Fernando salieron en libertad en 2013 y 2014, respectivamente, tras cumplir íntegramente sus sentencias.
Gerardo, Ramón y Antonio fueron liberados el 17 de diciembre de 2014, como parte de las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos que luego dieron paso al proceso de restablecimiento de las relaciones bilaterales.
Sobre este último suceso, el luchador antiterrorista cubano aludió a la complejidad del nuevo escenario y a las pretensiones del gobierno estadounidense de destruir la Revolución cubana por nuevos métodos.
En tal sentido, ratificó los principios de independencia y soberanía, que “nunca serán puestos sobre la mesa” para negociar.
Al final del encuentro, Elizabeth obsequió a Mujica el libro “Retrato de una ausencia”, que relata la historia de los Cinco antiterroristas cubanos desde una perspectiva humanista.
(Con información de PL)
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