Por: Carlos Gutiérrez | Lunes, 30/05/2016 10:21 AM | Versión para imprimir
La
diplomacia entre naciones se ha caracterizado como una vía para dirimir sus
conflictos o fortalecer los negocios económicos según sea el caso; pero cuando
se refiere a ventilar conflictos, ésta senda llega ser la más delicada y se
debe llevar con mucha cautela; sin embargo, cuando ésta vía fracasa pudiera
considerarse lesiones graves a gravísimas las posiciones y decisiones que
ejecuten cada nación contra la otra.
Una forma de errar en la diplomacia internacional para fijar lugar ante una Nación soberbia, es tomar acciones de manera improvisadas o desordenadas; porque la primera pudiera estar cargada del síndrome de la malcriadez; y la segunda, estaría bajo la confusión y el desinterés a quien va dirigido el mensaje. Veo con preocupación la manera de como el Compañero Nicolás Maduro ha respondido a gobernantes, líderes y candidatos que agreden, amenazan, vilipendian y falsean a Venezuela constantemente como en el caso del “casi ex gobernante Rajoy”; utilizando medios de comunicaciones poderosos para establecer sus mentiras goebelianas.
Compañero Maduro; las respuestas que se deban hacer al adversario tienen que tener tres elementos fundamentales: didáctica, ciencia y probabilidad; acoplada ésta triada generaría un golpe mortal a quien intenta atacarlo. La primera, se debe a que es necesario buscar enseñar al espectador de manera fácil, el mensaje; la segunda, la argumentación debe estar cargada de conocimientos que sirvan para organizar de forma sistemática la observación, experimentación y razonamientos de lo que se quiere demostrar; y la tercera, lo que se pretende dar a conocer debe quedar más lejos de la negación y más cerca de la línea de afirmación. Compañero Maduro, debo explicarle dos entidades que Usted pudiera considerar la próxima vez que se responda a algún personaje funesto que haya concebido cualquier imperio:
Primero: compañero Maduro; las embajadas no deben verse sólo como una misión diplomática permanente que buscan fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones económicas, culturales y científicas entre naciones acreditante y receptor; sino que también debe garantizar la protección de los intereses del Estado que representa, dentro de los límites permitidos por el derecho internacional; sin embargo, ese resguardo de los intereses no deben estar aislado de los análisis críticos, evaluaciones constantes, documentación sumaria, seguimientos e interpretación a las políticas internas y externas; y sus respetivas recomendaciones; todo ello en una sola palabra: “inteligencia diplomática”.
Compañero Maduro, desconozco si el compañero Mario Isea, Embajador de Venezuela ante España haya considerado hacer un dossier sobre cada gobernante o político que ha intentado o insiste atacar a Venezuela desde el país ibérico; y que dicho informe se lo haya consignado a su despacho a través de la cancillería venezolana para que tenga conocimientos sobre el perfil de cada atacante; también desconozco saber, si nuestro diplomático lo realizó pero lo tenga en resguardo de los archivos de “dejadez”; de ser así, no me quisiera imaginar la diplomacia venezolana entre cocteles, banquetes, aventuras y viáticos al buen estilo de “La Dolce Vita” (aplica también para las demás embajadas).
Segundo: compañero Maduro; responderle a un atacante que tenga la misma jerarquía política (refiero a la importancia del cargo y no ideología) debe darse con la mayor sabiduría posible y no caer en consentimientos pueriles, porque esa posición recibiría por parte de sus detractores y receptores los más profundos sentimientos de la desacreditación. Un buen contra ataque es identificar si su oponente es pequeño como una mosca; pero de ser del tamaño de un águila, la respuesta debe ser elegante y mortal; a las moscas no se nombran, para ello sirven los trebejos del ajedrez como infantería de vanguardia.
Compañero Maduro; la respuesta a un atacante del mismo nivel debe darse según la necesidad y el deber; no es cuestión de hacerlo bajo la tutela del antojo o de opciones complacientes. Un ejemplo de ello, fue el discurso del compañero Fidel Castro (lo recomiendo leer), en aquel acto del 26 de julio de 2004 en el Teatro de la Universidad Central “Marta Abreu” de Santa Clara por el 51 Aniversario del Asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes; donde le respondió al ex Presidente de EE.UU George W. Bush con mucha pedagogía en cada una de sus palabras; cargadas de conocimientos científicos extraídos por la sistematización de información que dejó gran probabilidad que su discurso estaba más cerca de la afirmación que de la negación. Una respuesta que logró desmontar las infames mentiras de Bush contra Cuba; una repuesta que tuvo como alimentación una exhaustiva investigación elaborada por un equipo diplomático de alto rendimiento en seguridad e inteligencia, porque no creo que el compañero Fidel colocó ese soporte en su discurso solo.
En conclusión, compañero Maduro, la seguridad nacional no sólo abarca nuestro territorio y eso lo debe saber más Usted; a Venezuela se le está atacando de manera infame por gobernantes y líderes que buscan besar la bota al imperio entregándole como regalo la destrucción de la Revolución Bolivariana; pero no podemos permitir que las respuestas que se les tengan que dar obedezcan a generalidades e improvisaciones enmarcadas dentro de los improperios triviales; se deben buscar elementos convincentes que demuestren que los atacantes son siniestros o, que por lo menos, se ponga entredicho su reputación con criterios científicos de personalidades influyentes; porque de algo estamos seguros, que cada atacante debe tener su lado sombrío que callan las agencias de comunicación y también sus detractores por naturaleza.
- Receta válida para todo Presidente que ataque a Venezuela -
Una forma de errar en la diplomacia internacional para fijar lugar ante una Nación soberbia, es tomar acciones de manera improvisadas o desordenadas; porque la primera pudiera estar cargada del síndrome de la malcriadez; y la segunda, estaría bajo la confusión y el desinterés a quien va dirigido el mensaje. Veo con preocupación la manera de como el Compañero Nicolás Maduro ha respondido a gobernantes, líderes y candidatos que agreden, amenazan, vilipendian y falsean a Venezuela constantemente como en el caso del “casi ex gobernante Rajoy”; utilizando medios de comunicaciones poderosos para establecer sus mentiras goebelianas.
Compañero Maduro; las respuestas que se deban hacer al adversario tienen que tener tres elementos fundamentales: didáctica, ciencia y probabilidad; acoplada ésta triada generaría un golpe mortal a quien intenta atacarlo. La primera, se debe a que es necesario buscar enseñar al espectador de manera fácil, el mensaje; la segunda, la argumentación debe estar cargada de conocimientos que sirvan para organizar de forma sistemática la observación, experimentación y razonamientos de lo que se quiere demostrar; y la tercera, lo que se pretende dar a conocer debe quedar más lejos de la negación y más cerca de la línea de afirmación. Compañero Maduro, debo explicarle dos entidades que Usted pudiera considerar la próxima vez que se responda a algún personaje funesto que haya concebido cualquier imperio:
Primero: compañero Maduro; las embajadas no deben verse sólo como una misión diplomática permanente que buscan fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones económicas, culturales y científicas entre naciones acreditante y receptor; sino que también debe garantizar la protección de los intereses del Estado que representa, dentro de los límites permitidos por el derecho internacional; sin embargo, ese resguardo de los intereses no deben estar aislado de los análisis críticos, evaluaciones constantes, documentación sumaria, seguimientos e interpretación a las políticas internas y externas; y sus respetivas recomendaciones; todo ello en una sola palabra: “inteligencia diplomática”.
Compañero Maduro, desconozco si el compañero Mario Isea, Embajador de Venezuela ante España haya considerado hacer un dossier sobre cada gobernante o político que ha intentado o insiste atacar a Venezuela desde el país ibérico; y que dicho informe se lo haya consignado a su despacho a través de la cancillería venezolana para que tenga conocimientos sobre el perfil de cada atacante; también desconozco saber, si nuestro diplomático lo realizó pero lo tenga en resguardo de los archivos de “dejadez”; de ser así, no me quisiera imaginar la diplomacia venezolana entre cocteles, banquetes, aventuras y viáticos al buen estilo de “La Dolce Vita” (aplica también para las demás embajadas).
Segundo: compañero Maduro; responderle a un atacante que tenga la misma jerarquía política (refiero a la importancia del cargo y no ideología) debe darse con la mayor sabiduría posible y no caer en consentimientos pueriles, porque esa posición recibiría por parte de sus detractores y receptores los más profundos sentimientos de la desacreditación. Un buen contra ataque es identificar si su oponente es pequeño como una mosca; pero de ser del tamaño de un águila, la respuesta debe ser elegante y mortal; a las moscas no se nombran, para ello sirven los trebejos del ajedrez como infantería de vanguardia.
Compañero Maduro; la respuesta a un atacante del mismo nivel debe darse según la necesidad y el deber; no es cuestión de hacerlo bajo la tutela del antojo o de opciones complacientes. Un ejemplo de ello, fue el discurso del compañero Fidel Castro (lo recomiendo leer), en aquel acto del 26 de julio de 2004 en el Teatro de la Universidad Central “Marta Abreu” de Santa Clara por el 51 Aniversario del Asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes; donde le respondió al ex Presidente de EE.UU George W. Bush con mucha pedagogía en cada una de sus palabras; cargadas de conocimientos científicos extraídos por la sistematización de información que dejó gran probabilidad que su discurso estaba más cerca de la afirmación que de la negación. Una respuesta que logró desmontar las infames mentiras de Bush contra Cuba; una repuesta que tuvo como alimentación una exhaustiva investigación elaborada por un equipo diplomático de alto rendimiento en seguridad e inteligencia, porque no creo que el compañero Fidel colocó ese soporte en su discurso solo.
En conclusión, compañero Maduro, la seguridad nacional no sólo abarca nuestro territorio y eso lo debe saber más Usted; a Venezuela se le está atacando de manera infame por gobernantes y líderes que buscan besar la bota al imperio entregándole como regalo la destrucción de la Revolución Bolivariana; pero no podemos permitir que las respuestas que se les tengan que dar obedezcan a generalidades e improvisaciones enmarcadas dentro de los improperios triviales; se deben buscar elementos convincentes que demuestren que los atacantes son siniestros o, que por lo menos, se ponga entredicho su reputación con criterios científicos de personalidades influyentes; porque de algo estamos seguros, que cada atacante debe tener su lado sombrío que callan las agencias de comunicación y también sus detractores por naturaleza.
- Receta válida para todo Presidente que ataque a Venezuela -
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