En lo que se consideró una de las marchas más masivas de los trabajadores bonaerenses para oponerse a la ley de Emergencia Administrativa, la gobernadora Maria Eugenia Vidal se fue a la Capital Federal para conversar con legisladores nacionales el futuro del Fondo del Conurbano. Más allá de la gigantesca marcha de los gremios que coparon las calles de la ciudad, los bloques de Cambiemos y el Frente Renovador aprobaron la ley que había llegado del Senado bonaerense, y que los gremios consideran una vuelta a la flexibilización en las condiciones de los trabajadores estatales.
Dentro del recinto, la sesión no fue menos caliente, donde hubo escándalos y forcejeos al no permitirse el uso de la palabra a los diputados de la oposición. Desde un principio, los legisladores del Frente para la Victoria habían pedido que se permitiera ingresar a los trabajadores pero el presidente de la Cámara, Jorge Sarghini, no aceptó. La chicana de Cambiemos, acordada con los referentes del FR, fue que el presidente del bloque de Cambiemos, Jorge Silvestre, solicitara una moción de preferencia para votar la ley y de esta manera los legisladores del peronismo se quedaron sin opinar. A partir de la posición poco democrática de Cambiemos, los diputados se levantaron del recinto y a los gritos e insultos se fueron y brindaron una conferencia de prensa.
La tremenda concentración de más de 50.000 trabajadores se había iniciado en horas de la mañana en distintos puntos de la ciudad y finalmente miles de estatales, médicos, judiciales y docentes confluyeron en la plaza San Martín. Participaron de la concentración ATE, SUTEBA, FEB, UDOCBA, SOEME, SADOP, AJB, la Federación Nacional Docente, AMET, AEMOPBA, SUPTTIOMA, SIPOBA, la Comisión Gremial del BAPRO, ASOMA, Conductores de Taxi, AMRA, FULP y CICOP.
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