No.
10/2016 11 de julio de 2016
“Frente a las dificultades y amenazas no hay espacio para
las improvisaciones y mucho menos para el derrotismo”
Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer
Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, en el VII Período Ordinario de Sesiones de
la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio
de Convenciones, el 8 de julio de 2016, “Año 58 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado, 8 de julio
de 2016)
Compañeras y compañeros:
Hemos
tenido este año un intenso primer semestre con la realización de importantes
eventos nacionales e internacionales, en primer lugar el Séptimo Congreso de
nuestro Partido que adoptó un conjunto de acuerdos trascendentales en interés
de la actualización del modelo económico y social cubano.
Desde el pasado lunes han sesionado las diez comisiones
permanentes de la Asamblea Nacional, marco en el cual los diputados han
analizado las cuestiones más relevantes de la vida de la nación.
Nuestro pueblo ha recibido una amplia información sobre
estas temáticas y por ello mi intervención será breve.
La reunión del Consejo de Ministros, que efectuamos el 25
de junio pasado, y el Segundo Pleno del Comité Central del Partido, celebrado
ayer, se concentraron en analizar el informe del comportamiento de la economía
en el primer semestre.
En
diciembre del 2015 expliqué que se proyectaban limitaciones financieras como
consecuencia de la disminución de ingresos en nuestras exportaciones por la
caída de los precios en los rubros tradicionales, así como afectaciones en las
relaciones de cooperación mutuamente ventajosas con varios países, en
particular con la República Bolivariana de Venezuela, sometida a una guerra
económica para debilitar el apoyo popular a su revolución.
En el primer semestre el Producto Interno Bruto creció un
uno por ciento, la mitad de lo que nos habíamos propuesto. Este resultado ha
estado condicionado por la agudización de restricciones financieras externas,
motivadas por el incumplimiento de los ingresos por exportaciones, unido a las
limitaciones que afrontan algunos de nuestros principales socios comerciales,
debido a la caída de los precios del petróleo.
A lo anterior se añade una determinada contracción en los
suministros de combustible pactados con Venezuela, a pesar de la firme voluntad
del presidente Nicolás Maduro y su gobierno por cumplirlos. Lógicamente ello ha
ocasionado tensiones adicionales en el funcionamiento de la economía cubana.
Al propio tiempo, en este escenario se ha logrado
mantener el cumplimiento de los compromisos asumidos en los procesos de
reordenamiento de las deudas con acreedores extranjeros.
Debo
reconocer que se han presentado algunos atrasos en los pagos corrientes a los
proveedores. En este sentido, deseo agradecer a nuestras contrapartes por su
confianza y comprensión de la situación transitoria en que nos encontramos y
ratificar la firme voluntad del Gobierno de recuperar los vencimientos
pendientes. No renunciaremos al propósito de continuar restableciendo la
credibilidad internacional de la economía cubana.
Tampoco podemos soslayar los nocivos efectos del bloqueo
norteamericano, que se mantiene vigente. A más de tres meses de los anuncios
del presidente Obama, el 15 de marzo, de que se eliminaría la prohibición a
Cuba para utilizar el dólar en sus transacciones internacionales, lo cierto es
que no se ha logrado todavía efectuar pagos ni depósitos en efectivo en esa
moneda.
En estas
circunstancias adversas el Consejo de Ministros adoptó un conjunto de medidas
dirigidas a enfrentar la situación y garantizar las actividades principales que
aseguran la vitalidad de la economía, minimizando las afectaciones a la
población.
Como era
de esperar, con el propósito de sembrar el desánimo y la incertidumbre en la
ciudadanía, comienzan a aparecer especulaciones y augurios de un inminente
colapso de nuestra economía con el retorno a la fase aguda del período especial
que enfrentamos a inicios de la década del 90 del pasado siglo y que supimos
superar gracias a la capacidad de resistencia del pueblo cubano y su confianza
ilimitada en Fidel y el Partido. No negamos que pueden presentarse
afectaciones, incluso mayores que las actuales, pero estamos preparados y en
mejores condiciones que entonces para revertirlas.
Frente a las dificultades y amenazas no hay espacio para
las improvisaciones y mucho menos para el derrotismo. De una situación
coyuntural como la que enfrentamos se sale victorioso actuando con mucha
energía, ecuanimidad, racionalidad y sensibilidad política, continuar
estrechando la coordinación entre el Partido y el Gobierno y sobre todo con
mucho optimismo y seguridad en el presente y el futuro de la Revolución.
Es preciso reducir gastos de todo tipo que no sean
imprescindibles, fomentar una cultura del ahorro y de aprovechamiento eficiente
de los recursos disponibles, concentrar las inversiones en las actividades que
generan ingresos por exportaciones, sustituyen importaciones y respaldan el
fortalecimiento de las infraestructuras, asegurando la sostenibilidad de la
generación eléctrica y un mejor uso de los portadores energéticos. Se trata, en
síntesis, de no detener, en lo más mínimo, los programas que garantizan el
desarrollo de la nación.
Al propio
tiempo, se preservan los servicios sociales que la Revolución ha conquistado
para nuestro pueblo y se adoptan medidas con el propósito de elevar
paulatinamente su calidad.
En medio de estas dificultades se pusieron en vigor
diversas decisiones dirigidas a incrementar la capacidad adquisitiva del peso
cubano, entre ellas, la disminución de los precios de un conjunto de productos
y artículos de amplia demanda por nuestra población.
Igualmente, a pesar de la prolongada sequía que nos
azota, comenzamos a ver los frutos de otras acciones encaminadas a asegurar un
mejor acopio y distribución de los productos agropecuarios, constatándose mayor
presencia de los mismos en los mercados y una ligera, pero progresiva reducción
de los precios de venta.
Estas
medidas, con efectos todavía incipientes, han tenido una favorable acogida en
la población por representar un alivio para las familias cubanas. Se estudian
otras alternativas en correspondencia con las posibilidades económicas del país.
Por otra parte, se ha garantizado el equilibrio
financiero interno mediante niveles apropiados de oferta en el mercado
minorista, al tiempo que se avanza en la implementación de sistemas salariales
vinculados con el resultado productivo, todo lo cual nos ha permitido evitar
presiones inflacionarias.
En la mañana de hoy, al igual que hace cinco años, la
Asamblea Nacional del Poder Popular, órgano supremo del poder del Estado,
acordó respaldar en su espíritu y letra la actualización, aprobada por el
Séptimo Congreso, de los Lineamientos de la Política Económica y Social del
Partido y la Revolución para el período 2016-2021. Este respaldo de nuestro
Parlamento conlleva la elaboración y aprobación de las normas jurídicas
requeridas para proseguir perfeccionando la base legal e institucional en
interés de las modificaciones económicas del país.
La gran mayoría de los Diputados ya habían participado en
las consultas territoriales sobre este documento que se desarrollaron antes del
Séptimo Congreso, otros lo hicieron también como delegados e invitados al
máximo evento partidista.
Al propio
tiempo, el pasado 15 de junio se inició el proceso de debate democrático por la
militancia del Partido y la Unión de Jóvenes Comunistas, representantes de las
organizaciones de masas y amplios sectores de la sociedad, de los documentos
“Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo
socialista” y “El plan nacional de desarrollo económico y social hasta el 2030:
Propuesta de visión de la nación. Ejes y sectores estratégicos”. Hasta el
pasado lunes se habían efectuado más de 7 200 reuniones, con 238 000
participantes, que han presentado miles de propuestas, todas encaminadas a
enriquecerlos y perfeccionarlos.
Como es conocido, prevemos continuar este debate en los
próximos meses, de modo que el Pleno del Comité Central del Partido, de acuerdo
con la facultad que le otorgó el Séptimo Congreso, apruebe definitivamente
ambos documentos programáticos, incluyendo las modificaciones que resulten de
este proceso.
No es ocioso reafirmar que proseguiremos la actualización
de nuestro modelo económico al ritmo que definamos soberanamente, forjando el
consenso y la unidad de los cubanos en la construcción del socialismo.
La velocidad de los cambios seguirá estando condicionada
por nuestra capacidad de hacer las cosas bien, que no siempre ha sido así. Para
ello es preciso asegurar la preparación previa, la elaboración de los
documentos normativos, la capacitación y dominio de su contenido hasta el nivel
donde se apliquen, el seguimiento y conducción de la implementación, el control
sistemático y la oportuna rectificación ante eventuales desviaciones.
Una demostración fehaciente de las fuerzas y experiencias
de que disponemos, ha sido el favorable resultado alcanzado en la ejecución del
plan de prevención y enfrentamiento a las enfermedades trasmitidas por los
mosquitos del género Aedes.
A partir del trabajo desplegado a lo largo y ancho de la
Isla decreció significativamente el índice de infestación y la trasmisión del
dengue; no se ha diagnosticado este año ningún caso de chikungunya y se han detectado
23 de Zika, 22 importados y solo uno autóctono, sin evidencia de su propagación
en todo el país.
Considero que es justo reconocer en esta Asamblea la
labor acometida por las autoridades y el personal de la salud pública, el
Partido y la UJC, los organismos del Estado y el Gobierno, las organizaciones
de masas y la población en el cumplimiento de las acciones contenidas en el
plan de acción aprobado para la etapa intensiva.
Especial
mención merecen los combatientes de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y
el Ministerio del Interior por su decisiva contribución al éxito alcanzado.
Los resultados obtenidos nos obligan a sostener un
conjunto de acciones para continuar reduciendo las condiciones que favorecen la
infestación; no podemos retroceder, sino consolidar lo logrado en evitación del
daño que estas enfermedades provocan a la salud de nuestro pueblo.
Compañeras y compañeros:
En el informe al Séptimo Congreso del Partido tratamos
extensamente temas de política exterior.
El pasado
4 de junio me referí a diversos asuntos de la situación internacional y
regional en mi discurso de la Séptima Cumbre de la Asociación de Estados del
Caribe.
Más recientemente, intervine en la Ceremonia de Firma de
los trascendentales Acuerdos sobre el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral
y Definitivo, Dejación de Armas y Garantías de Seguridad como parte del proceso
de paz de Colombia.
Todos esos pronunciamientos me permiten no extenderme en
estas cuestiones y solo destacar que en las complejas circunstancias de la economía
nacional no se debilitará, en lo más mínimo, la solidaridad y compromiso de
Cuba con la Revolución Bolivariana y Chavista, con el presidente Maduro y su
Gobierno y la Unión Cívico Militar del hermano pueblo venezolano
Proseguiremos prestando a Venezuela, al máximo de
nuestras posibilidades, la colaboración acordada para contribuir a sostener los
logros alcanzados en los servicios sociales que benefician a su población.
Los amigos verdaderos se conocen en momentos difíciles y
los cubanos jamás olvidaremos el apoyo de los venezolanos cuando hemos
enfrentado graves dificultades.
Finalmente, compatriotas, nos faltan pocos días para
celebrar en Sancti Spíritus el 63 aniversario del asalto a los cuarteles
Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Corresponderá al Segundo Secretario del
Comité Central del Partido, compañero José Ramón Machado Ventura, pronunciar
las palabras centrales.
Al conmemorar el Día de la Rebeldía Nacional lo haremos
con la convicción de que el pueblo revolucionario cubano nuevamente se crecerá
frente a las dificultades, sin el menor atisbo de derrotismo y plena confianza
en su Revolución.
Muchas gracias
"When
facing difficulties and threats, there is no room for improvisation or
defeatism"
Press Release published by Granma, July 8,
2016
Speaking
during the plenary session of the National Assembly of People's Power, July 8,
President Raúl Castro Ruz, insisted "when facing difficulties and
threats, there is no room for improvisation or defeatism."
In an
explication of the current economic conjuncture, Raúl commented that a June 25
Council of Ministers meeting and Party Central Committee Plenum, July 7, had
both concentrated their analysis on the economy's performance during the first
half of the year.
"In
December of 2015, I explained that financial limitations were being projected
as a consequence of a reduction in income, as well as effects on mutually
beneficial, advantageous cooperative relations with several countries, in
particular with the Bolivarian Republic of Venezuela, subjected to an economic
war meant to weaken support for its revolution," Raúl said.
The
Cuban President reported that a growth rate of 1% of the GDP, half of what was
planned, has been the result of "the sharpening of external financial
restrictions caused by lower than projected income from exports, along with
limitations being confronted by some of our principal trade partners, due to
the drop in oil prices."
He
noted that in addition to this, tensions exist as a result of difficulties
Venezuela is having with supplying contracted oil, despite President Nicolás
Maduro's firm commitment to do so.
Raúl
reported that, although payments recently restructured with foreign creditors
are being made, delays in some currently due payments to suppliers have
occurred, and he thanked these foreign creditors for their understanding. He
cited, as well, the continuing effects of the U.S. blockade and prohibitions on
Cuba's use of the U.S. dollar in international transactions, more than three
months after President Obama announced the elimination of this policy.
Thus he
said, these are the circumstances which have led to measures adopted by the
Council of Ministers, directed toward guaranteeing the continued functioning of
principal economic activities and minimizing the impact on the population.
Given
speculation that has appeared about an imminent economic crisis, or a return to
the most difficult times of the Special Period, he noted that this challenge,
"was overcome thanks to the Cuban people's capacity to resist and its
unlimited confidence in Fidel and the Party," adding that the country is
in a better position now to face "even greater" difficulties and turn
the situation around.
"To
victoriously overcome a conjuncture like the one we are facing requires acting
with energy, equanimity, rationality and political sensitivity, tightening up
coordination between the Party and the government, and above all, with much
optimism and confidence in the present and future of the Revolution," he
said.
The
Cuban President called for reducing expenses, promoting conservation, and
efficient use of available resources, concentrating investments on activities
which generate exports and replace imports; strengthen infrastructure; assure
the sustainability of electrical generation; and facilitate better use of
energy resources.
He
emphasized that plans did not include detaining development programs, and that
social services achieved by the Revolution for the people will be protected,
and efforts to improve their quality will continue.
Raúl
also noted that the National Assembly, the country's highest state body,
had voted to approve the updated Economic and Social Policy Guidelines for the
period 2016-2020, approved at the 7th Party Congress, reiterating that this
support implied the responsibility to draft and approve the legal and
institutional framework needed to implement these modifications.
He
likewise recalled that since this past June 15, a broad process of democratic
debate was underway on the documents "Conceptualization of the Cuban
economic and social model of socialist development," and the
"National Plan of economic and social development through 2030: Proposed
vision of the nation, strategic axes and sectors."
He
reaffirmed, "We will continue the updating of our economic model at the
pace we sovereignly determine, forging consensus and unity among Cubans in the
construction of socialism. The speed of changes will continue to be conditioned
by our capacity to do things well, since that has not always been the case."
The
Cuban President insisted on the need for prior preparation, the drafting of
normative documents, training, and full understanding of the content of changes
at the level where they will be implemented, with follow-up and direction for
implementation, supervision, and timely rectification, in the event of missteps.
On
another issue, he recognized joint work carried out by the Public Health
system, the Party, the Revolutionary Armed Forces, government bodies and
grassroots organizations to confront mosquito born diseases like Zika and
dengue, which has prevented epidemics thus far and must continue.
Referring
to the country's foreign policy, Raúl reaffirmed that, during these difficult
economic circumstances, Cuba's solidarity with the Bolivarian Chavista Revolution,
with President Maduro, his government, and the sister Venezuelan people, will
not be weakened in the slightest.
Finally,
Raúl recalled that Second Party Secretary José Ramón Machado Ventura will
deliver the main speech at the July 26th celebration in Sancti Spiritus of the
63rd anniversary of the assaults on the Moncada and Carlos Manuel de Céspedes
Garrisons.
He
concluded his remarks stating, "We will commemorate our National Rebellion
Day with the conviction that the revolutionary Cuban people will again rise to
face the difficulties, without the least trace of defeatism, with full
confidence in their Revolution."
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