miércoles, 14 de octubre de 2015

Cuchillo de cocina – arma palestina de la desesperación

Por Michel Warschawski, Resumen Latinoamericano / Alternativenews/ 11 de octubre 2015.- ¿Es esto una tercera Intifada? se preguntan los analistas. No me parece lo más importante: lo que sí es cierto, es que somos testigos del final de un largo período de relativa “calma” en la ocupada Cisjordania, especialmente en Jerusalén y sus alrededores.
Esta relativa “calma” existente en espera de iniciativas diplomáticas por Mahmoud Abbas, en virtud de la “orientación” que siempre le dan ¡ Estados Unidos y los países de la UE. Todo parece indicar que el silencio prolongado del presidente palestino hacia su propia población ha terminado. Abu Mazen no tiene nada que ofrecer, ni siquiera en el plano simbólico. En lugar de ello, recibió bofetadas humillantes de un gobierno israelí que se niega a fingir, incluso, a jugar al “proceso de paz”, y lo convierte en un hecho trágico-cómico-grotesco.
Las últimas provocaciones israelíes en el complejo de la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, el lugar más sensible para los palestinos (y de 1,6 millones de musulmanes de todo el mundo) incluyeron desfiles violentos de los ministros de derecha y líderes políticos, así como la profanación de la mezquita por la policía israelí.
Si persistimos en definir a los acontecimientos actuales una ‘intifada’, es probable que esta será la intifada cuchillo, es decir, una larga serie de iniciativas individuales, encaradas principalmente por los hombres y mujeres jóvenes del pueblo palestino, que usan cuchillos, cortadores e incluso destornilladores contra soldados o civiles israelíes . Ellos saben que arriesgan su vida, especialmente desde que Netanyahu y sus secuaces han instado a los israelíes a armarse y disparar para matar a los palestinos. Como Gedeón Levi escribe en el diario Haaretz , una juerga de asesinatos extrajudiciales está teniendo lugar hoy en Israel, ovacionado por las masas palestinas.
Es importante señalar que estos actos suicidas no son las de militantes organizados, ni son actos individuales apoyados y promovidos por los movimientos nacionales. Esto es lo que explica la incapacidad de los servicios de inteligencia para prevenir estos ataques: una mujer joven se levanta una mañana, toma un destornillador y ataca a un israelí, sabiendo que es casi seguro que le costará la vida. Este es el estado actual de la desesperación de la población palestina que ha perdido toda ilusion concerniente al “proceso de paz”.

Esto también significa un aislamiento cada vez mayor de Mahmoud Abbas de su propio pueblo, quien continuó con sus gesticulaciones diplomáticas infructuosas cuando no había ningún socio, o más precisamente había un socio cuya intransigencia y comportamiento provocativo ha hecho todo tipo de juegos sucios.
La llamada comunidad internacional ha pedido, una vez más y con gran hipocresía, poner “fin a la violencia en ambos lados” y es cuidadosa de no usar los medios a su alcance para imponer la adopción de las resoluciones internacionales adoptadas contra el Estado colonial de Israel. La comunidad internacional sigue tratando a Israel como un aliado confiable, un socio con el que es bueno para hacer negocios.
Traducción del inglés: RL

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