Rememoran pioneros proeza del Che

La celebración por el aniversario 57 de la batalla, ocurrida entre el 28 de diciembre de 1958 y el 1ro. de enero de 1959 del pasado siglo, se inició el 27 con el homenaje al Comandante Ernesto Guevara en el recinto donde reposan sus restos en el Complejo Escultórico que se honra con su nombre

Ernesto Guevara en Santa Clara. Diciembre 1958

Nelson García Santos 

digital@juventudrebelde.cu

31 de Diciembre del 2015 0:24:15 CDT

SANTA CLARA, VILLA CLARA.— La reedición de la batalla por la liberación de esta ciudad, realizada por 200 pioneros destacados, constituyó un digno homenaje a esa proeza del Ejército Rebelde bajo el mando del inolvidable comandante Ernesto Che Guevara. La estampa de niños y adolescentes ataviados con el verde olivo le imprimió un toque original por estos días a la urbe, que revivió los recuerdos de aquellos días de pólvora, balas y bombas y, después, del desbordamiento popular por la victoria.

La celebración por el aniversario 57 de la batalla, ocurrida entre el 28 de diciembre de 1958 y el 1ro. de enero de 1959 del pasado siglo, se inició el 27 con el homenaje al Comandante Ernesto Guevara en el recinto donde reposan sus restos en el Complejo Escultórico que se honra con su nombre, y concluyó en el antiguo Regimiento Leoncio Vidal, último reducto de las tropas de la tiranía en rendirse a las fuerzas revolucionarias.

Los 200 pioneros le rindieron tributo también al capitán Roberto Rodríguez, «el Vaquerito», jefe del Pelotón suicida de la Columna 8 Ciro Redondo, quien cayó heroicamente en la toma de la Estación de Policía, y a Israel Santos, Aníbal Arceo Fonseca, Miguel Pérez Pimentel, Ramiro Santiago Rodríguez y Antonio Pérez González, los primeros combatientes del Ejército Rebelde caídos durante la batalla.

Jorge Luis Hernández Cabrera, jefe de la columna pioneril, se siente muy orgulloso porque sus compañeros lo seleccionaron para representar al Che Guevara.

Hernández Cabrera enfatiza que recorrer estos lugares, donde él estuvo o combatió, resulta sentirlo más cerca todavía del corazón. Además, uno se lo imagina, le parece estarlo viendo, intrépido y corajudo, al frente de la tropa.

Así lo sienten los pioneros cuando irrumpen en cada una de las instalaciones militares o edificios públicos donde se desarrollaron los combates en aquel diciembre en el que Che Guevara hizo historia.