Una foto del líder cubano ha sido amplificada y multiplicada en 160 vallas repartidas por 20 ciudades alemanas y 21 urbes suizas, como parte de los homenajes por su 90 cumpleaños.
Fidel es Fidel, sin más adjetivos que su propio nombre lo ha fotografiado por años Roberto Chile: expresiones, miradas, rostros múltiples de una misma persona que ha vivido, luchado, trabajado incansablemente hasta la ancianidad de un abuelo que nunca será viejo porque es sabio, y que no le teme a la muerte «porque ha cumplido bien la obra de la vida».
Fidel es Fidel, y así mismo lo mostró el artista en sus instantáneas por todo el mundo, como quien quiere presentar a un camarada o regresar sobre el alma de un amigo común, pero más bien como quien retrata lo que quisiera ver en el espejo, el ejemplo, la guía… Pero quién le iba a decir a Chile que, entre aquellas miradas únicas, esta se multiplicaría de tal manera, que llegaría a estar más de cien veces repetida en ciudades que hablan otro idioma, pero entienden perfectamente el lenguaje de la solidaridad y saben reconocer un gigante a través del océano.
Este martes, 20 ciudades alemanas y 21 urbes suizas amanecieron con el rostro de Fidel en un total de 160 vallas. El diseño, basado precisamente en una de las fotografías que el multilaureado realizador cubano Roberto Chile incluyó en la muestra «Fidel es Fidel», muestra un viva al nonagenario líder cubano, que resulta la expresión resumida del sentir de los lectores del diario alemán Junge Welt, quienes donaron unos 20 000 euros para financiar esta acción.
Historia de una imagen
La instantánea seleccionada fue titulada por Chile En favor de la paz. El fotógrafo que durante años acompañó a Fidel en la mayoría de sus actividades la tomó en el Palacio de las Convenciones, durante una entrevista concedida el 7 de agosto de 2010 a los periodistas venezolanos Vanessa Davis, Andrés Izarra, Walter Martínez y Mario Silva, y transmitida simultáneamente al otro día por canales de televisión y emisoras de radio de Venezuela y Cuba.
Según cuenta una nota publicada en el propio diario alemán, al momento de la foto Fidel hablaba sobre la guerra y la paz: se refería a los conflictos que tenían lugar en aquel momento en la península de Corea y el Medio Oriente, y al formular sus conclusiones, abordaba el tema de Colombia: «Teníamos la razón en desear la justicia y también la paz. Y éramos partidarios de la lucha. Porque si usted no puede obtener la justicia de otra forma, tiene que ir a la vía de las armas». Y luego advierte, con las experiencias de sus casi 84 años cumplidos por esa fecha, vistiendo nuevamente su uniforme verde olivo: «En el nuevo siglo no es viable la guerra, ni la convencional, ni la de guerrillas, ni la atómica. No podría haber vencedores ni vencidos».
También recuerda el texto, firmado por Marcos Alfonso, que el prestigioso intelectual cubano Enrique Ubieta escribió en su blog, luego de ver la imagen captada por Chile: «La foto de Roberto Chile muestra en close-up a un guerrero que mira fijamente a su interlocutor. La fuerza de esa mirada es la de los argumentos».
La colección «Fidel es Fidel» recorrió China, varias ciudades estadounidenses, europeas y de América Latina; aún se puede apreciar en el Ministerio de Salud de Cuba y en la Fortaleza del Morro-Cabaña, y todavía le queda camino por andar para este año, pero ahora mismo ha quedado amplificada y repartida a través de una de sus piezas, que no es una foto al azar, sino la de «los argumentos» que sustentan a un hombre invencible, porque siempre tuvo la razón.
¡Viva Fidel!
La propia nota publicada en el rotativo afirma: «De conjunto con grupos de solidaridad de ambos países, el periódico alemán Junge Welt honra así al "Comandante en Jefe", quien ya es una leyenda, pero que aún seguirá teniendo influencia sobre generaciones de revolucionarios de todo el mundo».
Otro regalo de cumpleaños para esta personalidad que ha dejado huellas universales: en 1964 el científico francés Andre Voisin declaró: «es un hombre que siempre sorprende»; en 1998, el sacerdote italiano Agostino Casaroli lo catalogó como un adversario inteligente: «un hombre de inteligencia superior, de gran cultura y con ideas», y el actor norteamericano Jack Nicholson, como «un genio, un humanista».
El diplomático español Alfredo Sánchez Bella avizoró desde 1959: «estamos ante un nuevo mito que va a costar mucho esfuerzo y dolores deshacer. Porque este tipo de revolucionarios de marcado carácter social, rara vez puede dar marcha atrás». Pero el pronóstico se quedó corto; no costó: fue imposible, pues en 2016, en Europa, al otro lado del mundo, la gente dice: «¡Viva Fidel!».
Y es que Fidel Castro es mucho más que un nombre en cualquier sitio del planeta: es un ícono, un símbolo, un referente; suena como un país entero. Cuando en Europa dicen «¡Viva Fidel!» y celebran los 90 años del hombre, parece que dijeran al mismo tiempo «¡Viva Cuba!» y festejaran su entrega incondicional a la isla y a la humanidad toda.
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