por Laura V. Mor, Resumen Latinoamericano Cuba/ 25 de Agosto 2016.-
La Habana, 25 de agosto de
2016.- Ernestina es una de las tantas cubanas que al entrar a su
casa te ofrece un “buchito” de café para comenzar la charla. Los cubanos
tienen esa particularidad, te reciben en su casa como si fueses familia, aunque
tal vez con suerte los hayas visto una sola vez.
A
Ernestina se le ilumina el rostro y se le humedece la mirada al hablar de Cuba,
la Revolución y de “su” Comandante en Jefe. Entrecomillo el prefijo porque los
cubanos hablan de Fidel no solo como el líder indiscutido de la Revolución,
sino como un ser muy cercano y familiar, muy suyo.
Esa
tarde cuando visité su casa en el habanero Vedado era el aniversario 56 de la
Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y su barrio, como tantos otros a lo largo
de la isla, estaba de celebración.
Entre
charla y café, Ernestina, que con sus 70 y tantos años es una de las 4 millones
de cubanas federadas, no descuidaba los últimos detalles que restaban por
organizar la actividad popular que en cuestión de horas se celebraría en los
bajos de su edificio, donde no faltaría el recuerdo de Vilma Espín, eterna
Presidenta de la FMC.
La FMC, fusión de
organizaciones de mujeres preexistentes –como Unidad Femenina Revolucionaria, Columna Agraria, Brigadas Femeninas Revolucionarias y los Grupos de Mujeres Humanistas-, es una de las más
importantes organizaciones de masas cubanas. Desde su fundación en 1960
desarrolla políticas y programas con el objetivo de hacer efectiva la plena
igualdad de la mujer dentro de la sociedad socialista, acompañando los logros
sociales de la Revolución y cuyo aporte al pleno desarrollo de la mujer ha
sentado precedente en todo el mundo.
Cuba se diferencia de otros
países en muchas cosas, el rol de la mujer es una de ellas. “Sin
mujeres no hay Revolución” es
la consiga que en Cuba se ha convertido en una realidad.
La
mujer ha tenido una participación sumamente importante tanto en la Sierra como
en el Llano en momentos de la lucha revolucionaria contra la salvaje dictadura
de Fulgencio Batista, y hoy, a 58 años de aquella gesta, continúa vigente un
notable empoderamiento de la mujer dentro de la Revolución.
La
Revolución ha superado la tradición patriarcal que pesaba sobre las mujeres a
las que asignaba el rol del cuidado del hogar y los niños, impidiendo o
soslayando en la inmensa mayoría el desarrollo y superación profesional.
Cuba a través del fomento de una cultura de género, apoyado en políticas
públicas certeras, ha logrado invertir esa balanza. Ejemplo de ello fue
la creación de los Círculos Infantiles, en muy temprana etapa del desarrollo de
la Revolución, fueron creados por Vilma Espín en 1961. Allí pueden concurrir los
niños desde los 6 meses, donde reciben los mayores cuidados diarios,
permitiendo a sus madres continuar con su vida laboral y profesional. Infinidad
de cursos de superación y orientación destinados a la mujer, Hogares Materno
Infantiles para sectores más vulnerables, regulación menstrual o interrupción
del embarazo no deseado de manera segura y absolutamente gratuita.
Hoy
en día son cientos de miles de mujeres cubanas las que alcanzaron educación
universitaria, están al frente de empresas y centros de trabajo, cooperativas,
laboran el campo o dirigen organizaciones. Un 48% de la población
económicamente activa empleada en el sector estatal son mujeres, más del 65%
son profesionales y técnicos y el 39% de los dirigentes con que cuenta el país
también son mujeres, ocupando el cuarto lugar mundial si se tiene en cuenta el
número de mujeres parlamentarias.
Entre
los trabajadores por cuenta propia las mujeres alcanzan el 30% del total y el
53% en cooperativas no agropecuarias. En el sector de la salud cubren el
60% del personal médico que permanece en Cuba y el 64% de los profesionales que
cumplen misión internacionalista en otros países. Han participado en todas las
misiones internacionales desde Angola a Etiopía.
Si
consideramos que antes del triunfo de la Revolución en 1959 las mujeres
representaban sólo el 12% de la fuerza laboral del país y constituían un 3% de
la matrícula universitaria, sin dudas, Cuba ha avanzado a pasos agigantados con
enorme voluntad política en cuanto a la dignificación de la mujer y el
reconocimiento de su rol social. El empoderamiento de la mujer en Cuba es
uno de los grandes logros del proceso revolucionario.
La
FMC, con 81 mil delegaciones de base en todo el país e integrada por el 89% de
las mujeres mayores de 14 años, tiene mucho que ver en este logro, ya que
colocó a la mujer cubana por primera vez en el camino de la plena incorporación
femenina al desarrollo social. Ernestina no habla de números, ella sigue
en los detalles de la fiesta, bien sabe que sobran motivos para celebrar
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