30 agosto 2016.-El Senado de Brasil se acerca al final del juicio político contra Dilma Rousseff, en una maratónica sesión que se calcula que terminará el miércoles con la votación sobre la destitución definitiva de la presidenta.
Ayer Dilma se enfrentó a los senadores y se defendió de las acusaciones durante más de 12 horas. “No acepten un golpe que en vez de solucionar, agravará la crisis brasileña”, pidió Rousseff al pleno de 81 senadores, convertidos en una especie de Gran Jurado. “Pido que voten contra el impeachment y en favor de la democracia”, señaló.
La votación final ocurre tras nueve meses luego de que se lanzara el proceso de “impeachment”. En la jornada de hoy los senadores iniciarán sus deliberaciones para dar paso posteriormente a la decisión final.
La audiencia es dirigida por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski y comenzó con un debate entre la defensa y la acusación. Según ha sido acordado con ambas partes, ese debate puede llegar a prolongarse durante unas cinco horas y será la última oportunidad que tanto defensa como acusación tendrán para intentar convencer de sus argumentos al pleno del Senado.
Lewandoski anunció al inicio de la sesión que estimaba que mañana por la mañana se realizará la votación final sobre la destitución de Dilma. Si todo sale tal como pronosticaron los sondeos, la mandataria será destituida y Michel Temer será oficialmente el próximo presidente de Brasil hasta 2018, cuando se celebran nuevas elecciones. Para ello se requiere que 54 senadores condenen a Rousseff.
“Fue obra de Dios que al mismo tiempo varias personas percibieran lo que estaba ocurriendo en el país y se organizaran para iniciar el proceso de juicio político”, dijo la abogada de la acusación, Janaína Paschoal, en su alegato. “Este es el modo de gobernar del Partido de los Trabajadores, falsear los datos, es un modelo que el país no quiere más, que salió a las calles para decir basta”, dijo Paschoal, al tiempo que presentó sus motivos técnicos para la acusación: tres decretos para redestinar partidas presupuestarias y un supuesto financiamiento cuya legalidad es cuestionada para el plan agrícola 2015.
Paschoal dijo que “el fraude fiscal causó la crisis económica brasileña” y cerró su discurso en llanto. Pidió “perdón a Rousseff” pues había abrazado la causa del impeachment porque esto servirá “para los nietos de la señora presidenta”.
Luego, Miguel Reale Junior, también abogado de la acusación y ex ministro de Fernando Henrique Cardoso, agregó ante el Senado que “la lucha nació en las calles” y citó la Avenida Paulista de San Pablo y la Avenida Atlántica de Río de Janeiro, dos puntos de encuentro de las clases altas brasileñas para protestar contra el PT. “Esos lugares demuestran que este golpe parte de las elites contra el pueblo”, le contestó la senadora Gleisi Hoffman, del PT.
A su tuno, el abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo, comenzó su defensa con la afirmación de que “el pueblo que eligió a la presidenta no sabe el delito por el cual puede ser condenada y expulsada del cargo”. “Hoy Dilma se sienta en el banquillo como en la dictadura, cuando era una muchacha. Nadie se acuerda del delito por el que la acusaban específicamente, pero el delito era luchar por la democracia. Las acusaciones que recibe ahora como presidenta se olvidarán rápidamente como aquellas, son tan confusas que el pueblo no sabrá decir por qué fue destituida en caso de que lo sea”, argumentó.
Cardozo reiteró la línea de Rousseff en su defensa de ayer y dijo que el gobierno de Dilma fue bloqueado por la oposición que perdió las elecciones en 2014, en las que Rousseff venció al senador Aecio Neves. Añadió que el juicio político fue autorizado en diciembre por Eduardo Cunha, entonces presidente de Diputados, como venganza porque la mandataria no lo defendió de las acusaciones de corrupción.
“Dilma ganó la elección afrontando intereses de los que querían cambiar el rumbo del país y tuvo la osadía de no impedir las investigaciones de corrupción”, continuó el abogado.Según Cardozo, la mandataria nunca toleró la corrupción ni sospechas de corrupción. “Ella entraba a la yugular, que lo digan sus ministros, además de ser ella discriminada por ser mujer, un hombre lo percibe. Ella tenía energía como siempre fue, pero como es mujer le dicen autoritaria. Esto duele”, concluyó.
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