. Por Laura V. Mor, Resumen Latinoamericano Cuba, Habana, 18
de agosto de 2016.- Cuba no es un país cualquiera.
Tiene a un líder excepcional, amado por su pueblo y los pueblos del
mundo, odiado por sus enemigos; pero jamás ignorado. Cuba tiene a Fidel y
eso ha marcado la historia de América Latina y el Caribe en el lapso de dos
siglos.
Nada fue fácil para
él. Tras intensos años en la Sierra Maestra en tiempos de la lucha armada
cuando junto al pueblo revolucionario combatía la sangrienta dictadura batistiana,
y con la responsabilidad legítima emanada de la soberanía popular de dirigir el
destino de un país pobre del tercer mundo a 90 millas de una potencia
imperialista hegemónica, Cuba resistió y venció a pesar de los pronósticos que,
apoyados en un mundo unipolar tras la desintegración del campo socialista de
Europa del Este, ideólogos del neoliberalismo como Francis Fukuyama llamaron “el fin de la historia”.
Las Leyes de Reforma Agraria, la
declaración del país como territorio libre de analfabetismo y las
nacionalizaciones de empresas extranjeras fueron algunos de los primeros
grandes logros, pero no los últimos. El pueblo cubano, apoyado en el
ejemplo y la confianza plena en Fidel como líder histórico de la Revolución y
en políticas públicas inclusivas sobrepasó con dignidad el llamado Período
Especial, esa gran crisis económica consecuencia directa de la desaparición del
bloque subsidiario de la economía cubana.
Los índices de mortalidad infantil,
la alta esperanza de vida comparable con la de países desarrollados, el alto
grado de escolarización del país, la excelencia en materia de salud, son sólo
algunos ejemplos de lo que el pueblo cubano ha logrado en Revolución.
Fidel cumplió 90 y
la isla se vistió de fiesta para celebrarlo. “Honor a quien honor merece” decía José Martí por eso el pueblo,
que colmaba el teatro Karl Marx, se emocionó y ovacionó al ver aFidel entre nosotros.
Caminar por los barrios hoy, y hablar
con cualquier cubano de a pie sobre los 90 de Fidel es en sí mismo una fiesta
de emociones y anécdotas de un líder de masas que se siente familia.
Carteles deseando felicidades al Comandante en Jefe, rumbas,
recitales, actos y vigilias para celebrar el cumpleaños de un hombre que
simboliza a toda Cuba.
“Pa´ lo que sea Fidel” gritaron en la “Rumba por Fidel”, y
eso no implicaba tan sólo una consigna dicha al pasar, sino que es la firme
decisión de un pueblo que expresa con alegría la convicción de seguir venciendo
en todas y cada una de las batallas que sean necesarias para continuar preservando
como los últimos 58 años los derechos conquistados, en un marco de resistencia
a los embates del imperialismo que ha intentado estrangular la Revolución a
fuerza de un bloqueo comercial, económico y financiero de carácter
extraterritorial, y creando una ficticia oposición a través de renovadas
políticas injerencistas.
Las nueve décadas que celebra hoy el
más grande de los latinoamericanos, un hombre que ha sabido hacer del
internacionalismo, la solidaridad y el ejemplo, el eje de su vida y obra, son
la prueba de que la historia no sólo no llegó a su fin, sino que sigue siendo
escrita día a día por el pueblo de Fidel.
fotos Héctor Planes (Resumen Latinoamericano, Cuba)
Palacio de la Rumba, en la
Rumba por Fidel.
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