Mi Fidel
Cada cubano- y me atreveria a decir cada ciudadano del mundo- tiene un Fidel particular, especialmente si ha tenido algun contacto personal con el o ha seguido de cerca su pensamiento y accion.
Por mi trabajo como periodista de Prensa Latina desde 1968 yo tambien tengo Mi Fidel.
Mi primer contacto personal data de fines de diciembre de 1958, cuando se corre la voz en el humilde vecindario llamado La Cuba en Palma Soriano de que Fidel estaba ¨¨frente al colegio de las monjas¨¨. Con mis 13 años vole hasta alli y desde lejos, rodeado por una muiltitud, pude ver al heroe de la Sierra Maestra cuando finalizaba una locucion radial historica: Golpe militar no, Revolucion si. Y su llamado a la huelga general.
La vertiginosidad de los acontecimientos a partir de entonces es harto conocida por todos los cubanos, especialmente por los de mi edad, privilegiados con la posibilidad de estudiar, llegar al nivel que quisieras con solo poner tus ganas y empeños. Y en mi caso, despues de una beca inolvidable para estudiar idioma ruso en la escuela Maximo Gorki, continue en las aulas hasta graduarme de periodista y tener la dicha de entrar en la mitica PL. Como reportero en La Habana estuve en muchas coberturas memorables muy cerca de Fidel, conoci de su profundo respeto por los periodistas, de su preocupacion porque pudieran realizar sin obstaculos su trabajo, e incluso en mas de una ocasion le escuche interesarse por algun problema personal o familiar de alguno de ellos.
Ya como corresponsal, fui tocado con la varita magica de poder acompañarlo en Bulgaria y Hungria durante aquel historico viaje en 1972 por Guinea, Sierra Leona, Argelia y todos los paises socialistas de Europa del Este.
En Yugoslavia me toco ser el unico periodista cubano que cubrio su visita en marzo de 1976 a la isla de Brioni para reunirse con el legendario Josip Broz Tito, un heroe nacional y un lider indiscutible en el entonces poderoso Movimiento de Paises No Alineados.
Recuerdo como si fuera hoy que en la prensa de ese pais habia cierto clima de hostilidad hacia la presencia de combatientes internacionalistas cubanos en Angola. Fidel, que lo sabia, desplego un gran mapa de ese pais africano ante Tito, le explico al detalle las operaciones, el papel de los cubanos alli, los peligros de una victoria de la Sudafrica del apartheid para la region y para el MNOAL.
Ni que decir que la claridad de su pensamiento, la amplitud de su exposicion y ese encanto personal que pone cuando quiere hacer llegar al interlocutor su razonamiento surtieron el efecto deseado. Tito quedo convencido de todo aquello, ofrecio su colaboracion y todo esoesta en el contenido del comunicado conjunto y tuvo su reflejo en los medios, que a partir de ahi asumieron una postura objetiva sobre las misiones militares cubanas en el continente negro.
En una cena de despedida, Fidel hizo un discurso que se centro en la personalidad de Tito en la historia de Yugoslavia, los Balcanes y su estatura mundial bien ganada en los campos de batalla contra el fascismo aleman que cambiaron la historia en esa convulsa region y trajeron el periodo mas largo de paz y prosperidad alli desde la creacion de la Republica Socialista Federativa de Yugoslavia hasta su aniquiilamiento en la decada de los 90 del pasado siglo.
Ese discurso, que nunca se publico integramente, lo guardo con mucho celo porque pienso que nadie hablo sobre Tito como lo hizo Fidel en aquella memorable noche del 4 de marzo de 1976. Quizas su estirpe guerrillera y rebelde le permitia comprender y valorar mejor al mariscal de mil batallas.
Su interes por Yugoslavia no termino alli. Basta recordar la ejecutoria de Fidel durante la guerra que le impuso Estados Unidos y la OTAN a aquel pais en la decada de los 90, su solidaridad, sus opiniones sobre las posibilidades de resistencia a los dirigentes de Belgrado.
Tanto es asi que recientente, durante un viaje que hice a titulo personal por casi toda Serbia constate que decir que eres cubano es un salvoconducto formidable. Enseguida que mencionas Cuba surge de tu interlocutor un nombre, Fidel Castro.Y un reconocimiento a su estatura moral, una pregunta sobre su estado de salud, un deseo de que viva muchos años mas.
Fueron muchas mis oportunidades junto a Fidel en sus viajes a la Union Sovietica, memorable su participacion en 1986 en el penultimo congreso del PCUS, su palabra visionaria, ese don- como dijo en una ocasion el presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika- de ir al futuro, observarlo, analizarlo y venir a contartelo.
Pero quise poner enfasis en este pasaje sobre Tito y Yugoslavia, quizas muy poco conocido.
Especial huella dejo en mi su visita a Cordoba, Argentina, en julio de 2006 para participar en la Cumbre del MERCOSUR. Cuando la incognita sobre su llegada se disipo y en el Centro de Prensa se mostro en una gran pantalla el aterrizaje de su vetusto Il-62 los colegas y funcionarios pidieron a gritos apagar las luces para ver mejor y una ovacion estallo cuando se abrio la puerta del avion y descendio el Comandante.
El resto es historia. Su presencia en la reunion acaparo toda la atencion, casi que a nadie le importaban los temas en debate, todo se circunscribia a lo que hacia Fidel. Su memorable discurso junto a Hugo Chavez en el estadio de la universidad cordobesa y la visita de ambos al dia siguiente a la pequeña villa en Alta Gracia-convertida en museo- donde vivio parte de la infancia y adolescencia Ernesto Guevara, estuvieron acompañados de un mar de pueblo, como nunca se habia visto por aquellos lares.
Fue su ultimo viaje al exterior. Retorno a la Patria y cumplio con sus obligaciones por las celebraciones del 26 de Julio y de ahi practicamente a la sala quirurgica donde estuvo al borde de la muerte.
Pero lo salvo su apego a la vida, a la idea firme de que aun despues de hacer dejacion de sus importantes responsabilidades ante el Estado, el Gobierno y el Partido Comunista de Cuba su deber con el pueblo y con la Patria- que para el, como dijo Marti, es Humanidad- no habia concluido.
Y ahi esta, hoy con 90 años, dictando catedra mediante un hermoso articulo e irradiando su luz.
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