Rafael Cancel Miranda, estuvo preso un cuarto de siglo en Puerto Rico bajo el cargo de ser un “nacionalista peligroso”: Hoy habla sobre el origen de la crisis de la deuda puertorriqueña y afirma que un estado independiente podría negociar una salida deldefault sin hacer recortes en los beneficios sociales a los más pobres.
Incansable luchador por la independencia de Puerto Rico, Rafael Cancel Miranda comparte su visión sobre la necesidad de salir de lo que llama “el coloniaje” de su país, una nación con identidad e historia propia, sometida hace un siglo al poder de los Estados Unidos. Tal es ese sometimiento, que la pequeña nación caribeña entró recientemente en default y por las propias características de esa dominación, denunciada históricamente ante la ONU en una lista de 25 puntos, ni siquiera “puede declararse en quiebra”. Preso 25 años y medio por una acción armada libertaria contra el Congreso de EE UU en 1954, considerado por las fuerzas policiales como un “nacionalista peligroso”, Cancel Miranda analiza el presente y futuro de un país que se debate entre la independencia y la pertenencia condicionada al país más poderoso del mundo.
-¿Qué impacto tiene un default para Puerto Rico?
-No pagar la deuda pública cierra las puertas crediticias al país y las abre a los buitres especuladores, que se aprovechan de los países en crisis para apoderarse de sus bienes y recursos.
-¿Y el impacto político?
-Puerto Rico sufre la agonía económica, política y social de ser colonia del imperio anglosajón estadounidense, del imperio yanqui. Mientras sigamos siendo colonia, no tendremos los poderes para resolver la situación. Políticamente la crisis está abriendo los ojos y sacando del engaño a un sector de la población. El único cambio político que podría hacer una diferencia es la independencia.
-¿Cómo cree que el gobierno está llevando la crisis?
-La administración colonial –pues aquí gobiernan los yanquis– lo que hace es imponer más contribuciones a los trabajadores, despedir empleados públicos, cerrar escuelas y hasta eliminar el desayuno escolar a 33.000 niños y niñas de las escuelas públicas, mientras eximen de impuestos a las corporaciones transnacionales que sacan de Puerto Rico más de U$S 60 mil millones en ganancias anualmente. Nos han convertido en un país de consumidores y han destruido nuestra capacidad productiva. De este modo, nos vemos obligados a comprar los productos manufacturados por sus corporaciones. El FMI nos impone el neoliberalismo a rajatabla y en consecuencia, miles de puertorriqueños se ven obligados a emigrar.
-¿Hay debate sobre las medidas a adoptar?
-Los dos partidos coloniales, que han sido los responsables de esta crisis, se recriminan uno al otro de que gobernarían mejor si tuvieran el poder. Esto es una fantasía de cazadores de votos pues aquí no existe gobierno propio. Ni siquiera podemos declararnos en quiebra puesto que el gobierno estadounidense no lo permite. Vivimos con una camisa de fuerza: el coloniaje. Las organizaciones independentistas exigen, sobre todo, que no se siga sacrificando al pueblo durante esta crisis porque los culpables son el imperialismo y sus lacayos.
-¿Qué podría hacer un Puerto Rico independiente?
-Podríamos tener relaciones comerciales, políticas y culturales con otros países, especialmente con los países hermanos de la Patria Grande. Ahora mismo Puerto Rico no puede ser parte de Petrocaribe a pesar de ser un país caribeño. Legislaríamos en beneficio de nuestro pueblo y no como ahora, en beneficio de la economía del imperio estadounidense. Estados Unidos no podría usar a nuestros jóvenes como carne de cañón para sus guerras imperialistas.
-Usted fue detenido en 1954. ¿Qué movimientos independentistas había en esos años?
-Estaban activos el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), la Liga Socialista y el Partido Nacionalista de Puerto Rico, así como los grupos clandestinos Ejército Popular Boricua—Los Macheteros, los Comandos Armados de Liberación (CAL) y Los Voluntarios. En Estados Unidos estaban activas las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), al que se acusa de pertenecer a Oscar López Rivera, patriota puertorriqueño que lleva más de 34 años preso en EE UU.
-¿Se modificó la cantidad e intensidad de estos movimientos?
-La represión ha sido fuerte y constante desde el primer día de la invasión estadounidense, el 25 de julio de 1898. En las primeras décadas, el objetivo de la represión fue el Partido Nacionalista. Ha habido masacres como la de Río Piedras, el 24 de octubre de 1935, ordenada por el coronel Elisha Francis Riggs, jefe de la policía, quien fue cómplice del asesinato de Augusto César Sandino en Nicaragua; la Masacre de Ponce, el 21 de marzo de 1937, ordenada por el gobernador, general Blanton Winship. En 1948 la administración colonial aprobó la Ley de la Mordaza, que convirtió en delito hablar sobre la independencia o poseer la bandera puertorriqueña. Esto, junto a la maniobra yanqui de imponernos el mal llamado “estado libre asociado”, provocó la Insurrección Nacionalista del 30 de octubre de 1950. Además, 135.000 puertorriqueños tuvieron expedientes policíacos por el sólo hecho de defender su patria. En septiembre de 2005, 273 agentes federales yanquis traídos desde Estados Unidos asesinaron al Responsable Mayor de Los Macheteros, Filiberto Ojeda Ríos, a quien hirieron y dejaron desangrar hasta la muerte. Poco después se creó una organización de jóvenes para educar a las comunidades acerca de la independencia. Inmediatamente fueron objeto de persecución y detenciones arbitrarias. Dado el control mediático que tienen las organizaciones represivas, no es de sorprender que se hayan afectado las fuerzas independentistas. Pero la resistencia continúa y es hasta milagroso que tras 117 años todavía haya miles de puertorriqueños y puertorriqueñas que seguimos en pie de lucha.
-¿Por qué los plebiscitos dan un porcentaje tan bajo de apoyo a la independencia (alrededor del 5 por ciento)?
-En todos los países del mundo en estado colonial, siempre ha sido una minoría la que ha estado dispuesta a luchar por la independencia y soberanía de su país.
-¿Qué dice la comunidad internacional sobre la situación de Puerto Rico?
-El Comité de Descolonización de la ONU lleva 34 años reconociendo el derecho de Puerto Rico a su libre determinación e independencia. En años recientes la CELAC se ha manifestado por el derecho de Puerto Rico a su independencia. Así también se han expresado los jefes de estado José Mujica de Uruguay, Daniel Ortega de Nicaragua, Nicolás Maduro de Venezuela, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador y, por supuesto, Puerto Rico ha contado con la solidaridad histórica de Cuba representada en Fidel y Raúl Castro.
-¿Está presente el debate sobre la ciudadanía puertorriqueña más allá de la estadounidense?
-Si en algo ha habido unanimidad, aun sumando a los no independentistas, es que todos –con contadísimas excepciones– nos definimos como puertorriqueños. El 2 de marzo de 1917, el gobierno estadounidense, pese al rechazo del parlamento puertorriqueño, nos impuso su ciudadanía para dos meses más tarde imponernos su ley de servicio militar obligatorio. Yo nunca he aceptado su ciudadanía y, por lo tanto, tampoco su pasaporte, lo que me impide viajar fuera del territorio controlado por los yanquis. Hasta el 2009 viajaba con mi licencia de conducir y mi acta de nacimiento, pero a partir de junio de ese año impusieron una ley que obliga a los puertorriqueños a viajar con pasaporte yanqui, intentando borrar nuestra existencia jurídica internacional.
-¿Qué peso tiene la declaración del comité de descolonización de la ONU?
-Fortalece nuestra lucha por la independencia y abre el camino para que la Asamblea General retome el tema de Puerto Rico y su derecho a la independencia. Está en la balanza la fuerza del derecho o el derecho de la fuerza. Estados Unidos ejerce el derecho de la fuerza. El Comité de Descolonización, la fuerza del derecho.
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