Resumen Latinoamericano, 29
septiembre 2016.- Más allá de las guerras de destrucción masiva, las
intervenciones económicas y las invasiones territoriales llevadas a cabo
durante siglos, si hay una foto que representa meridianamente qué tipo de
talante desarrolla el gobierno estadounidense contra la Humanidad, esa se da en
el aforo de las Naciones Unidas, cuando todos los países del planeta le exigen
a la administración de Washington que levante de una buena vez el Bloqueo
criminal contra Cuba, y el representante de USA vota negativamente junto con
Israel, su aliado inamovible.
El próximo 26 de octubre, frente a otra cita en la ONU,
esta imagen va a volver a recorrer el mundo demostrando cuánto de
hipocresía y cinismo hay en los dichos de Obama. que no ha cumplido ni una sola
de las promesas efectuadas públicamente y que afectan a Cuba. Allí está como
ejemplo la anunciada flexibilización de relaciones, que quedó sólo en un
enunciado y en la apertura de una embajada plagada de espías que tratarán de
inmiscuirse en la política interna de la Isla, a lo que se suma la Base Naval
de Guantánamo que sigue usurpando territorio cubano como desde hace más de
un siglo y que ha convertido ese sitio en una cárcel de exterminio.
De todas estas agresiones injustificadas, salvo por el anhelo
expansionista norteamericano, el Bloqueo sigue siendo la mayor afrenta. No sólo
porque medio siglo de asfixia contra la población cubana es algo
inenarrable por todas las consecuencias que genera, sino que demuestra la
impunidad que hay detrás de esta medida unilateral. Bloqueo es ni más ni
menos que otra forma de guerra. Ha generado carencias inimaginables, ha
provocado muertos, ha edificado un muro simbólico de angustia para la población
cubana, y ha servido para construir, como aspecto positivo pero no deseable
para ningún habitante del mundo, una cultura de resistencia gigantesca,
heroica, invencible.
Es evidente que la presencia de EE.UU de cuerpo presente o a
través de sus representantes locales, es un mal que se ha expandido por todos
los territorios de Nuestramérica, pero si a eso se le suma sufrir en carne viva
las carencias que genera día a día un Bloqueo, el escenario que se abre es
atroz. Se trata de más de 50 años de falta de alimentos y medicinas, el cierre
a cal y canto de las fronteras económicas con otros países, la imposibilidad de
conseguir repuestos para las maquinarias que se deterioran o los transportes
que facilitan el desplazamiento de un lugar a otro, la falta de cemento para
edificar viviendas o la no provisión de insumos escolares, material para
fabricar papel o incluso las restricciones impuestas a quienes desean hacer
donaciones solidarias para menguar tanta agresión.
Más aún, Cuba no puede, como otros países utilizar el dólar en
sus operaciones comerciales, ni recibir de terceros países -que se hallen
dispuestos a romper el Bloqueo- ningún tipo de mercaderías ni productos que
posean más del 10% de componentes norteamericanos. Se ha llegado incluso a
castigos bochornosos como impedir que desde Cuba viajen partidas de vacunas
contra la meningitis u otras enfermedades y que podrían salvar miles de vidas
en naciones subdesarrolladas que no las poseen, y sin embargo la obtusa
mentalidad de un funcionario norteamericano lo impide en base a las estrictas
reglas del Bloqueo. Igualmente, cientos de personas, muchos de ellos niños y
niñas cubanas han fallecido por falta de un medicamento que se puede comprar en
cualquier farmacia o laboratorio ubicado a 90 millas de Cuba, en la península
de la Florida. Incluso se ha dado infinidad de veces el caso de que apelándose
a la solidaridad pueblo a pueblo, ciudadanos norteamericanos o familiares
cubanos que viven en Miami han adquirido esas medicinas y al querer
enviarlas o pasarlas personalmente por la aduana estadounidense, les han sido
decomisadas para cumplir con el maldito Bloqueo.
Con todas estas “enseñanzas” de muerte que el Imperio ha
generado en tantos años, el pueblo cubano ha sabido autoconstruir una coraza
que con el tiempo se ha convertido en ejemplo de vida. De cada restricción se
ha derivado el desafío de reemplazar lo que no se tiene por un sucedáneo que
facilite seguir viviendo. En Argentina es muy común frente a un impedimento
para realizar una tarea solucionarlo con la frase “lo atamos con alambre”,
que quiere decir “lo haremos de cualquier manera pero lo haremos”. Eso es
precisamente lo que la creatividad asombrosa, surgida de la necesidad de cada
cubana y cubano, sigue desarrollando. Significa reemplazar con genéricos todo
lo que se necesite para el día a día. Pero en medio de carencias impuestas por
el Imperio, Cuba no ha dejado un minuto de crecer como proceso revolucionario
que atiende las necesidades de su población. La preocupación por la salud, la
formación educativa, la puesta en marcha de decenas de
actividades culturales, deportivas y científicas y sobre todo
la exportación solidaria de médicos y alfabetizadores a los rincones más
lejanos del Tercer Mundo (e incluso hacia países que hacen gala de “desarrollo”
y descuidan a su propia gente) han hecho de la Isla una
referencia internacional de excelente gestión e internacionalismo
solidario.
Sólo a manera de ejemplo para ratificar lo dicho, en un área tan
sensible como la medicina Cuba está entre los primeros países del mundo que
investigan y dan respuestas al tratamiento de la más letal de las enfermedades,
el cáncer.
Al uso impuesto internacionalmente desde Cuba del veneno del
alacrán azul para la cura del cáncer, la innovación más reciente es la vacuna
CimaVax*, creada por investigadores del Centro de Inmunología Molecular (CIM)
de la Habana, que actúa sobre el factor de crecimiento de las células
cancerosas para impedir que la enfermedad se extienda. Se puede utilizar para
tratar a pacientes de cáncer de pulmón y como medida preventiva para personas
con alto riesgo de sufrir la enfermedad. También están el Racotumomab y el
VSSP, en fase de investigación avanzada y que cambiarían por completo el
escenario para enfrentar a ese flagelo. En esa misma línea preventiva la gente
del CIM se enorgulleció de anunciar otros dos logros: un tratamiento para
úlceras del pie diabético, y otro para tumores en la cabeza y el cuello en fase
avanzada.
¿Se puede pedir un ejemplo mayor que el demostrado por Cuba para
-en medio del Bloqueo- enviar brigadas médicas a Africa a luchar contra la
fiebre del Ébola? Miles de voluntarios se anotaron para hacer ese viaje
sabiendo que la muerte podía esperarlos en cualquier sitio de ese sufrido
continente. De tal calidad y compromiso fue esa gestión que hasta el propio
gestor del prolongado asedio contra Cuba, debió reconocerlo.
Allí donde hay un poblador humilde que sufre desatención, por
más complicado que sea llegar hasta él, siempre un médico o médica cubana habrá
de intentarlo. Se irá a vivir con esos condenados de la tierra y procurará
salvarles la vida, como lo hizo en Pakistán o en Haití después de sendos
terremotos.
Así es Cuba y su pueblo, así los educó la Revolución y el
ejemplo sacrificado del Fidel, del Che, de Raúl, de Vilma Espín, de Haydée
Santamaría o de Celia Sánchez, por solo citar a algunos de los forjadores de
una Nación que venció al imperialismo, desarrolló el socialismo y se apresta a
derrotar nuevamente a quienes se atreven a persistir en un Bloqueo que todo el
mundo -nunca mejor dicho- repudia.
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