por Arnaldo Pérez Guerra, Revista Punto Final / 8 de
Septiembre 2016.- Entrevista a Carlos Aznárez.
Carlos Aznárez, director de Resumen Latinoamericano y del Tercer
Mundo, que cumple 23 años de periodismo popular, se define como un comunicador
popular: “Practico este maravilloso oficio desde siempre. Cumplo 51 años de
darle al teclado, antes en las viejas máquinas Olivetti y ahora en las
inevitables computadoras”, dice a Punto Final. Aznárez ha recibido destacados
premios: “Félix Elmuza”, otorgado por la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC),
en 2012; la distinción del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP),
por sus trabajos periodísticos en defensa de la causa palestina, en 2014; y
este año, los premios de la Federación Internacional de Comunicadores
Populares, de la Coordinadora Internacional TESORO -Tejido Social, Redes y
Organizaciones-, y el Premio Nacional de Periodismo “Aníbal Nazoa”, de
Venezuela, otorgado al mejor columnista de temas internacionales.
“En
mis comienzos había pocas escuelas de periodismo. Más allá de haber estudiado
abogacía un par de años, me hice a pura práctica. A los 15 años editaba la
revista Reseña Sindical. En muchísimos momentos de mi vida combiné el
periodismo con la militancia, y es por ello que además de haber trabajado en
medios comerciales como las revistas Confirmado, Noticias y 7 Días, o los
diarios Primera Plana, La Razón y Página 12, y la Agencia Inter Press, Canal 9
y Radio Continental, siempre colaboré o edité prensa alternativa: Informe a los
compañeros -periódico militante de los barrios-, Diario de la CGT de los
Argentinos, y revistas como Cristianismo y Revolución, Ya es tiempo de Pueblo,
Crisis, y Fin de Siglo, y los diarios Noticias -de Montoneros-, Sur, y
Compañero, y en mi larga estadía en el País Vasco, escribí en las revistas Ardi
Beltza -Oveja negra- y Kale Gorría -Calle roja-, y en los periódicos Egin,
Egunkaria y Berria.
-¿Cuándo
y cómo surge “Resumen Latinoamericano”?
“Es
una plataforma comunicacional con dos etapas bien marcadas. La primera, entre
1979 y 1983, durante el exilio al que nos fuimos involuntariamente muchos a
partir de la instalación de dictaduras militares en cada uno de nuestros
países. Así fue que desde Madrid editamos cien números de Resumen de la
Actualidad Argentina y Latinoamericana, que se convirtió rápidamente en un
medio de referencia de los exiliados. Escribían, entre otros, Eduardo Galeano,
Mario Benedetti, Vicente Zito Lema, Rodolfo Kuhn, Osvaldo Soriano, Augusto Roa
Bastos, por nombrar algunos. La segunda etapa comenzó en 1993 y dura hasta el
presente. Es decir, 23 años de periodismo popular. Tenemos una edición impresa
que aparece en Argentina, Uruguay, Cuba y Venezuela, y también en Europa; un
programa radial que se emite en un centenar de radios de Latinoamérica y
Europa, y otro que se dedica a cubrir específicamente las luchas en Medio
Oriente, y que sale en Argentina y Venezuela; además, un programa de TV que se
emite en Argentina, Venezuela y Uruguay; y dos portales web: uno sobre
Latinoamérica, y otro sobre Medio Oriente; y también un ámbito de debate, que
se denomina Cátedras Bolivarianas. Nos preocupan los movimientos de liberación
de las naciones sin Estado, como Kurdistán, Euskal Herria, Catalunya, Irlanda
y, por supuesto, todo lo que hace la resistencia de Palestina contra el
sionismo”.
COQUETEAR
CON EL NEOLIBERALISMO
-¿Cuál
es la situación en Argentina con el gobierno de Macri? ¿El kirchnerismo se
agotó?
“Más
que triunfar Macri, perdió fue el kirchnerismo, ya que desaprovechó una
oportunidad histórica que planteaba Latinoamérica con varios gobiernos afines
para avanzar y profundizar en un sentido más hacia la Izquierda. Se quedó a
medias entre el posibilismo y un reformismo de corto alcance. Está claro que
los Kirchner no eran revolucionarios ni socialistas. Tampoco nadie les exigía
eso, pero sí más allá de notorios avances en temas de derechos humanos y
encarar medidas asistencialistas que se fueron agotando en sí mismas. No
generaron propuestas por fuera del capitalismo, apostaron al consumo para hacer
guiños a las masas, y abrieron paso a las grandes multinacionales. No sólo eso,
sino también dieron por natural que la corrupción campeara a sus anchas en la
estructura gubernamental, frenando cualquier crítica, con el poco recomendable
método de esconder la tierra debajo de la alfombra. Al igual que Dilma en
Brasil y otras experiencias neodesarrollistas, se agotaron por pretender
coquetear con el neoliberalismo. No hay espacio para capitalismos suaves o
‘humanos’. El capitalismo es siempre brutal y despiadado. Macri representa esa
variante y tuvo la ‘legitimidad’ de llegar al gobierno por la vía electoral, en
el marco de estas democracias burguesas que actúan como corset del pensamiento
popular. Macri -y sus ministros ejecutivos de trasnacionales- impusieron un
radical y reaccionario cambio de rumbo en lo económico, político y en las
relaciones internacionales. El cambio se decidió en Washington y se está
expandiendo como un virus maligno por todo el continente. La derecha regional
ha comenzado a vivir -‘por ahora’, como diría Chávez-, su momento más ‘dulce’.
Macri ha generado en poco más de siete meses un auténtico huracán destructivo:
tarifazos -los servicios públicos aumentaron hasta 1.200%-, inflación
galopante, despidos estatales y privados, aceitado de los mecanismos represivos
para enfrentar las protestas, una política exterior ligada a lo que determina
Estados Unidos, y ha abierto la puerta al sionismo como jamás antes. Macri hace
prolijamente los deberes que el Norte le impone: arremete contra Venezuela o
cualquier país que defienda su dignidad y soberanía, y se sube alegremente a la
Alianza del Pacífico”.
EUSKAL
HERRIA Y PALESTINA
-“Resumen
Latinoamericano” apoya la independencia del pueblo vasco…
“Apoyamos
su lucha independentista. Llevo en mi sangre orgullosamente ese ascendiente por
parte de mi padre. Simpatizo con una causa que ha sido y es estigmatizada
precisamente por sus invasores. Euskal Herria -la nación del euskera, la lengua
vasca-, enfrenta a los imperios español y francés, y lo hace desde la potencia
que da el saberse defensores de una causa justa. El imperio español en todas
sus variantes, desde los reyes castellanos del siglo XV hasta el franquismo y
la monarquía, pasando por los alcahuetes del mal llamado socialismo y comunismo
español que aceptaron la transición y los pactos de la Moncloa una vez muerto
el dictador Franco, ha intentado someter al pueblo vasco, imponiéndoles un
orden dictatorial y policial. Para enfrentar esa ofensiva permanente siempre
hubo resistencia por todas las vías posibles, desde la desobediencia pacífica
hasta la lucha armada de ETA. A consecuencia de ello, muchos pagaron con su
vida la osadía de querer ser libres. Miles fueron encarcelados y torturados, y
otros tantos desterrados. Pero el pueblo vasco tiene un temple de acero y nunca
dejó de luchar. Aún hoy, en que ETA dejó las armas, hay cientos de presos y
presas en las cárceles, y el gobierno continúa censurando, persiguiendo y
golpeando a quienes levantan banderas independentistas y luchan por el
socialismo.
La
solidaridad internacionalista ha sido siempre de ida y vuelta. Numerosos
militantes vascos pelearon junto a las guerrillas latinoamericanas en los 70 y
80. Más allá de lo que suceda con las opciones políticas de la izquierda
independentista y su acercamiento a la vía electoral -tan tramposa y amañada-,
la gran batalla de la solidaridad pasa por conseguir que los prisioneros salgan
libres y se puedan integrar a la lucha. En Argentina existe un núcleo solidario
que es el capítulo local de Euskal Herriaren Lagunak -Amig@s del Pueblo Vasco-,
que integran numerosas organizaciones del campo popular, y que fueron la
vanguardia en la lucha para desenmascarar a ese juez cómplice de torturas y
vejámenes a los militantes vascos, llamado Baltasar Garzón”.
-¿Qué
sucede en Palestina y los territorios ocupados?
“Palestina
es un territorio invadido que nos tiene que doler. El coraje y dignidad de ese
pueblo es un ejemplo para el mundo, más allá de las campañas difamatorias que
soportan. Los acusan de ‘terroristas’ cuando el verdadero terror proviene del
Estado sionista. Israel les ha robado el territorio y mantiene la invasión a
punta de fusil, bombardeos indiscriminados, tanques, artillería y secuestros
masivos de palestinos para enterrarlos en sus cárceles-tumbas. Solo basta ver
la cantidad de palestinos y palestinas asesinados en las calles de Cisjordania,
donde impera la ley del opresor, o en Gaza, cuyo pueblo mártir ha sido
bombardeado con total consentimiento de los organismos internacionales, que
permiten que sea un campo de concentración a cielo abierto. Sin embargo,
Palestina resiste. Sus niñas y niños nacen haciendo la ‘V’ de la victoria.
Francamente es emocionante verlos correr tras los vehículos cargados de
soldados dispuestos a matarles, portando una bandera o una simple piedra como
armamento. Israel, con el silencio cómplice de tantos que se dicen
‘demócratas’, sigue su tarea genocida. Pero no podrá con ese pueblo ejemplar
por más que esta lucha dure cien años, Palestina vencerá tarde o temprano… Ya
está venciendo, y con ella vencerán todos los pueblos que no se arrodillan ante
el sionismo y el imperialismo yanqui-europeo”.
COLOMBIA,
CUBA Y VENEZUELA
-¿Cuál
es su opinión del acuerdo de paz entre las FARC-EP y el gobierno de Colombia?
“Es
delicado hablar de lo que se ha avanzado o no en La Habana. La batalla más
difícil comienza ahora. No es sencillo trasladar al territorio lo que se ha
suscrito en un papel, por más que haya buenas intenciones, cosa que dudo
viniendo del gobierno capitalista y asesino de Juan Manuel Santos. La
conducción de las FARC sabe todo esto y mucho más. Han puesto el cuerpo en una
lucha desigual que ya dura más de medio siglo. Por eso no es fácil dar consejos
desde afuera, pero sí algunas opiniones fraternales que están dirigidas a que
se logre realmente una paz construida desde abajo, que anide en las
organizaciones sociales y populares que siempre han respaldado el accionar de
la insurgencia. Sinceramente no me gusta la dejación de armas frente a un
enemigo que se sigue reequipando de armamento y continúa amenazando y
persiguiendo a los luchadores populares. Pero cuento con que, sin duda, quienes
mejor lo saben son los insurgentes que hoy lideran ese proceso.
En
la historia de las tentativas de paz, todos sabemos que los gobiernos de
Colombia las han traicionado, y que con el concurso del paramilitarismo, que
hoy sigue vigente y actúa con total impunidad, han acabado con la vida de miles
de ciudadanos, guerrilleros o no, que querían transitar la vía política. Seguro
que las FARC lo manejan como posibilidad. Por eso digo que sobran las palabras
y hay que ver los hechos in situ. Es muy importante el acompañamiento que haga
al proceso el movimiento popular de la izquierda revolucionaria colombiana y el
inmenso arco de la solidaridad internacional. De su accionar en alerta
permanente dependerá que haya o no paz y que lo que se ha firmado no se
convierta en papel mojado. Mientras tanto, la solidaridad internacional debe
exigir también al gobierno neoliberal colombiano que deje de ningunear al
Ejército de Liberación Nacional (ELN) y emprenda una negociación seria y
estable con esa guerrilla. De lo contrario todo lo que se diga sobre la paz
quedará en entredicho. Sería una mesa con una pata menos”.
-¿Cuál
es su opinión sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y
Estados Unidos?
“Creo
que es una victoria del pueblo y el gobierno cubano al que Estados Unidos ha
intentado borrar del mapa por la aplicación del más cruel de los bloqueos
contra país alguno en el siglo XX y en lo que va del XXI. Pero, por otro lado,
poco ha cambiado para Cuba con esa iniciativa. Sus enemigos siguen obstinados
en derrocar al gobierno revolucionario, aunque intenten disimularlo con
pequeñas medidas ‘aperturistas’ que siempre quedan en nada. Cuba, mientras
tanto, sigue batallando para afianzar caminos de crecimiento paulatino que le
aseguren a su población soberanía alimentaria y un mejor pasar, algo
imprescindible para un pueblo que ha aguantado heroicamente períodos de
carencias imposibles de imaginar para quienes no las hemos sufrido. La victoria
gigantesca de sostener una revolución a pesar de todo lo que está ocurriendo en
el resto del mundo, sólo ha sido y es posible por la conciencia política
adquirida por los cubanos y cubanas en estos 57 años de revolución, y por la
conducción de Fidel y Raúl y toda la generación del triunfo”.
-Venezuela
vive una guerra económica y mediática de cuarta generación: injerencia
norteamericana financiando conspiradores, intentonas golpistas, guarimbas…
“Es
un gran laboratorio sobre el que ha trabajado el imperialismo de manera brutal.
Nada ha dejado de probar para derrocar primero a Chávez y ahora al gobierno de
Maduro. Todos los recursos, desde los más sibilinos hasta la violencia
terrorista, han sido elementos que la oposición interna y la derecha
internacional han generado en Venezuela. Sin duda, la muerte o el asesinato de
Chávez marcaron un punto de inflexión, no sólo a nivel interno sino que para
toda la región. De hecho, lo avanzado en la integración latinoamericana, y que
tanto impulsara Chávez, ha quedado por lo menos entre paréntesis, cuando no se
ha producido directamente un retroceso. El imperio pisa fuerte y ha
reconstruido el auténtico eje del mal, con países como Argentina, Brasil,
Paraguay, Perú, México, y sus perritos falderos: Chile y Colombia. Sin duda,
pesa en la realidad venezolana, acosada por guerra económica. El proceso
revolucionario tiene flancos débiles marcados por la naturalización de la
corrupción, la burocracia y variantes similares que complican la situación.
Ingredientes que el imperio sabe utilizar para sus fines destructores. La única
posibilidad de que la revolución no se derrumbe o sea derrocada está en que se
tenga en cuenta el mensaje que día a día viene desde las propias bases del
proceso, desde las comunas que tanto impulsara Chávez o desde los estamentos
barriales: reclaman al gobierno de Maduro golpear duro a sus enemigos, no
negociar con ellos, asumir la profundización del movimiento revolucionario y
quitarse de encima a quienes conspiran desde las propias filas del proceso.
Fundamental es que Venezuela siga avanzando hacia el socialismo. Para ello no
bastan discursos, sino práctica revolucionaria que permita que quienes hoy han
ido perdiendo las ilusiones las recobren, y se sumen con alma y vida a una
batalla que es estratégica para todo el continente”.
(*)
Publicado en revista Punto Final Nº 859, del 2 al 15 de septiembre de 2016
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