sábado, 26 de diciembre de 2015

INVOCACIÓN PARA FESTEJAR Y BRINDAR EN LAS FIESTAS DE FIN DE AÑO

Celebremos amigos, correligionarios, camaradas, compañeros, gentiles, venturosos, tenaces, perezosos, extrovertidos, tímidos, soñadores, melancólicos, desconfiados, alegres, ¡cronopios!:
Deseo festejar con todos y con cada uno. Varios brindis
con vino o champagne y por qué no con agua:
¡ Felices fiestas para vos y los tuyos!
Por un año nuevo próspero en verduras, frutos, vitaminas E,
y por el regreso de los grillos con la décima musa,
que alcen con valor a nuestros pueblos hermanados,
argentinos y latinoamericanos;
para que marchen nuevamente en la historia
al compás de sus himnos libertarios,
de sus cantos que sueñan la alegría en la Tierra.
¡Por su victoria y la victoria de los justos,
conciencia sensible , corporal del sufrimiento popular!
¡Por la victoria de la inmensa mayoría silenciada,
sobre los que pueden hablar
y ríen y festejan con tibieza al hablar del fuego,
colgados de los cielos y el éter en que navegan
con sus artificios de ideas liberales, mitos y cultos funerarios!
¡Por la victoria sobre los que disponen del mercado de las sombras,
la gran bolsa de dólares, de signos y designios,
para ofertar otra vez nuestra Nación inconclusa,
rematar otra vez la patria , otra vez alzarse con nuestro Estado
y riquezas, otra vez subastar nuestro destino humano!
¡Por la luz en la inocencia de los que detestan el mal,
por que vuelva a brotar y triunfe sobre la impunidad
de quienes ayer y siempre avasallaron pueblos,
traficaron guerras y sembraron la muerte,
porque sus sentidos raquíticos no resistirán la luz de la verdad!
Brindis principal: Por la salud y la poética.
¡Porque la salud no se haga rutina.
porque nuestra alma no tenga una cana!
Brindemos por el tiempo personal
que es nuestra máxima riqueza.
Pongamos a raya a la muerte:
¡que no nos sorprenda sin vivir a pleno!,
y para hacer triunfar el calor sobre los egoístas,
mantengamos tercamente el fuego de la libertad,
siempre expuesto a la asfixia,
como la vida es amenazada a ser basura.
Festejemos los hermosos frutos del humanismo:
el amor, la amistad, la alegría , la poética,
la epopeya, la solidaridad, la igualdad, la fraternidad,
y ¡porque jamás se conviertan en pasas de uva seca!
¡Porque la guerra y la muerte y la injusticia social sean desterradas!
¡Por la Tierra, nuestra casa,
por lo elemental, por el aire, el agua, el fuego y la magia verde de la luna y el sol!
Segundo brindis: para superar las vicisitudes
Festejemos que los antropófagos se condenan solos,
y rescatemos la vida, aún con sus problemas.
Si son jóvenes no se hagan viejos,
si ya no van para jóvenes como yo,
seamos nuevos,
o sea un cronopio sin relación con el tiempo
y gocemos la vejentud y seamos pretenciosos:
Cuidado que con los años se acomodan huesos y músculos,
por lo que algunos también acomodan la cabeza.
En todo caso y para todas las edades,
hay que prevenirse de la pereza intelectual
-a la cual somos todos aficionados-.
No cansarse en la espera de la esperanza
y no quedarse en tiempos de ayer por miedo al futuro
que se nos hace en sombras por la incertidumbre.
No nos detengamos,
no nos dejemos vencer por el desaliento.
No dejemos que el día finalice sin acrecentar nuestro espíritu,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado nuestros sueños.
Cada mañana empieza la vida, se renueva la batalla
entre el pasado y el futuro sin resolver,
no desertemos: de esa lucha nace el hoy y reverdece nuestra edad.
Celebremos el año que llega, y alentemos los tiempos nuevos,
porque se abran grandes los ojos y la conciencia de la gente,
porque prevalezca la vida sobre la muerte.
Nosotros supimos atravesar tiempos congelados
en una noche casi inmóvil,
con sombras amalgamadas por el terror del genocidio político,
del cual algunos sobrevivimos.
También superamos los años noventa
-en los que por suerte no morimos-,
cuando saquearon nuestra patria y la mentalidad sepulturera
declaraba el fin de la historia y de las ideologías,
y el único istmo que parecía imperar era el egoísmo.
Por eso, festejemos: ¡porque estamos vivos!,
¡porque siempre la luz, deja atrás las sombras derrotadas!
Brindemos por los recuerdos vencedores del olvido,
por la memoria que hace justicia,
por los que fueron asesinados en un amanecer temprano
para la historia popular.
Brindemos por sus ideales de liberación social y patrióticos,
por los compañeros desaparecidos.
Tercer brindis: por el yo somos nosotros.
M e gusta brindar cuando yo somos nosotros.
No puedo brindar por la felicidad mía y de los míos,
sin brindar por la felicidad colectiva de mi patria.
Un resplandor viene por nuestra América Latina,
vientos de los pueblos soplan y esparcen sus semillas en Argentina,
que alientan otros brindis:
¡por la independencia y la soberanía nacional, por la equidad social,
por la democracia no formal, por la democracia hasta el fin,
hasta la democracia económica en la distribución de la riqueza!
¡Por la victoria de los justos!
Brindo y brindo y brindo,
No nos detengamos.
Jamás seamos el óxido de los sueños y esperanzas,
Somos hijos de los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario