No ha dejado de trabajar y de estar presente en el camino de la transformación hacia un país en paz con justicia social
Fensuagro / Domingo 4 de septiembre de 2016
Hace tres años, el 25 de agosto de 2013, el compañero Húbert de Jesús Ballesteros Gómez cayó en las oscuras garras de la prisión, en medio de una coyuntura nacional que dejaba en claro la capacidad y el poder de la lucha campesina en el país. Se llevaba a cabo el paro nacional agrario y popular, del que el compañero Húbert era vocero, además de ser miembro de la comisión nacional de negociación del mismo. También se desempeñaba para la época de su detención como vicepresidente y actualmente como secretario de organización de nuestra Federación, también como integrante de la Junta Patriótica Nacional del movimiento social y político Marcha Patriótica y miembro ejecutivo de la CUT.
No sorprende que el Estado colombiano haya acudido al arma con la que históricamente ha pretendido desestabilizar la organización popular: la privación de la libertad para coartar la activa participación que Húbert tenía como defensor de derechos humanos, dirigente agrario, sindical y político de oposición. El montaje judicial contra Húbert Ballesteros y contra los más de cien prisioneros políticos de nuestra organización, no es más que la prueba del miedo que tiene la oligarquía contra la avanzada que ha tenido la lucha de los trabajadores por los derechos políticos y sociales en los últimos años.
No obstante, con alegría y entereza, podemos alzar una voz unánime afirmando que, a pesar de que el compañero Húbert lleva 1.095 días tras las rejas, no ha dejado de trabajar y de estar presente en el camino de la transformación hacia un país en paz con justicia social; en efecto, el frío acero de los barrotes no ha sido capaz de contener la dedicación, el compromiso y la fuerza con la que desempeña la lucha por la reforma agraria integral, por las libertades democráticas y por la participación política.
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