En los últimos días se ha desatado una nueva ofensiva de la
derecha venezolana, apoyada por los medios de comunicación al servicio del
imperialismo yanqui, tratando de forzar un golpe de estado que derroque al
presidente legítimamente electo de Venezuela, Nicolás Maduro. Con convocatorias
a movilizaciones y paros, la oposición derechista de ese país, ha pretendido
cubrir un golpe de estado parlamentario a la brasileña, abriendo un
"juicio" al presidente Maduro alegando falsamente que "es
colombiano".
Pese a las movilizaciones apoyadas masivamente por la clase
media y a los apoyos internacionales de los sectores más reaccionarios de la
política latinoamericana y española, el golpe de estado contra Maduro ha
fracasado. Ha fracasado porque el pueblo más pobre y la clase trabajadora,
principales beneficiarios del Proceso Bolivariano se han mantenido firmes del
lado de la revolución iniciada por el finado presidente Hugo Chávez; porque las
masas bolivarianas ocuparon el recinto parlamentario y echaron a los diputados
golpistas; y porque la cúpula militar y los otros órganos del Estado han
mantenido su compromiso democrático y no han respaldado la intentona de la
derecha.
Que nadie se engañe con falsos formalismos democráticos: el
objetivo del imperialismo norteamericano, apoyado por las oligarquías
latinoamericanas y la derecha venezolana es acabar por la vía que sea con el
Proceso Bolivariano, es decir, con la revolución democrática y la segunda
independencia iniciada con la grandes movilizaciones populares abiertas a
partir del Caracazo de 1989, y que llevaron a la coalición encabezada por Hugo
Chávez a vencer en las elecciones de 1997.
Para acabar con el Proceso Bolivariano lo han intentado todo:
golpe de Estado de 2002 contra Chávez que el pueblo en las calles hizo
fracasar; paro petrolero en 2003; referéndum revocatorio contra Chávez;
finalmente una enfermedad fulminante que parece un asesinato solapado. Muerto
Chávez creyó la derecha que había llegado su hora, pero se estrelló contra el
triunfo electoral estrecho, pero triunfo al fin, de Nicolás Maduro en 2013.
La extrema derecha trató de alterar el resultado electoral con
violencia que causó más de 40 muertos, bloqueos de calles, quemas de entidades
públicas y guarimbas. Nuevamente fracasó. Posteriormente han iniciado un
criminal sabotaje a la economía acaparando alimentos y artículos de primera
necesidad para sitiar por hambre la Revolución Bolivariana.
Ahora, en su desesperación, la derecha apela a tratar de
convocar un referéndum revocatorio contra Maduro, este año 2016, porque a
partir del próximo, aunque ganaran la destitución del presidente, asumiría el
vicepresidente hasta las elecciones presidenciales de 2018. Así que la derecha,
para forzar elecciones anticipadas, se la jugó a la convocatoria al referendo,
pero nuevamente fracasó, pues el mismo ha sido suspendido por falsificación
masiva de firmas y suplantación de miles de identidades en siete estados de la
República Bolivariana. Lo cual los llevó al siguiente paso: el juicio político
contra Maduro en la Asamblea Nacional que también fracasará.
El Polo Ciudadano condena todas las maniobras tendientes a
cortar el régimen democrático venezolano forzando un golpe de Estado contra el
presidente legítimo, Nicolás Maduro. Así mismo condenamos la campaña
internacional de intromisión en los asuntos internos y la soberanía del pueblo
venezolana orquestada desde Estados Unidos. Condenamos a los títeres del
imperio, como Luis Almagro de la OEA, y los medios de comunicación
continentales que descaradamente juegan al golpe de Estado contra el pueblo de
Venezuela.
Lo más risible son los politiqueros de la oligarquía
latinoamericana que pretenden forzar un golpe en el hermano país exigiendo la
aplicación de una figura democrática que no existe en nuestros países y que es
fruto de la Revolución Bolivariana en Venezuela: el referéndum revocatorio.
Que se aplique el referéndum revocatorio en Panamá para ver si
el pueblo quiere la continuidad del gobierno de Varela. Que se aplique el
referéndum revocatorio en México al desprestigiado y criminal Peña Nieto; que
se aplique en Brasil al usurpador y golpista Michel Temer; que se la aplique al
neoliberal Mauricio Macri en Argentina; que se aplique en Colombia contra
Santos, cuyo desprestigio llevó al fracaso del plebiscito de los acuerdos de
paz recientemente. Así que la derecha latinoamericana, que carece de esa figura
democrática, que respete la soberanía de Venezuela y cese su campaña de
difamación y mentiras.
Si el presidente Nicolás Maduro le cabe responsabilidad en la
crisis social y económica que vive su país, si existen funcionarios corruptos,
le toca al pueblo venezolano, de manera independiente y soberana, decidirlo y
tomar las medidas pertinentes, sin intromisión extranjera.
¡No
al intento golpista en Venezuela!
¡Viva
la Revolución Bolivariana continental!
No hay comentarios:
Publicar un comentario