viernes, 7 de noviembre de 2014



ALAI, América Latina en Movimiento

2014-11-07

Cuba,EE.UU

Proponer para ti lo mismo que tú para mí ¿por si acaso?

Víctor Andrés Gómez Rodríguez
La normalización de relaciones con los EEUU en 1974 tras la propuesta de Kissinger que los autores relataron estaba sujeta a que Cuba hiciera concesiones de principios. Evidentemente ni Kissinger ni los autores mismos del libro conocía ni estudiaron a conciencia los soportes del fundamento histórico del sistema socialista de la revolución cubana.
 
1. A partir de la entrevista que Amy Goodman (Democracy Now!),[1] hiciera a Peter Kornbluh y William LeoGrande, los autores del libro "Back Channel to Cuba" The Hidden History of Negotiations between Washington and Havana" -La historia oculta de las negociaciones entre Washington y La Habana-, se discierne que la normalización de relaciones con EEUU en 1974 tras la propuesta de Kissinger que los autores relataron estaba sujeta a que Cuba hiciera concesiones de principios. Evidentemente ni Kissinger ni los autores del libro conocían ni estudiaron a conciencia los soportes del fundamento del sistema socialista de la revolución cubana.
 
Acostumbrados a que "todo" el mundo terminase haciendo concesiones a los intereses de los EEUU., con ello intentaban evitar la participación de Cuba en la independencia de Angola y el sur de África. La perreta que le dio a Kissinger cuando propuso a "sotto voce" una agresión contra Cuba al enterarse de la participación de tropas internacionalistas cubanas en Angola estaba muy bien fundamentada desde el excepcionalismo angloestadounidense. ¿De qué reconocimiento hablan los autores estadounidenses por la propuesta que según ellos, Kissinger le hace a Fidel de normalización de las relaciones entre ambos países, si fueron los EEUU quienes rompieron relaciones e implantaron el genocida bloqueo a Cuba en consonancia con la invasión mercenaria por Playa Girón en 1961? Por supuesto la agresión a Cuba, en 1974, se daba por segura.
 
"Así que armó un plan de contingencia, que ahora se está difundiendo en los medios y están publicados en el sitio web del Archivo de Seguridad Nacional. Nuestro libro, "Back Channel to Cuba", revela por primera vez la historia de estos documentos. Se trataba de planes de contingencia muy poderosos, que incluían ataques aéreos, minas en los puertos de Cuba, tal vez un bloqueo naval. Kissinger le dijo a Gerald Ford, en el Despacho Oval: "Creo que vamos a tener que destrozar Cuba y sacarlos de África. Quizás es mejor esperar hasta después de las elecciones de 1976". Por supuesto, Gerald Ford, afortunadamente, perdió las elecciones de 1976." [2]
 
2. La asistencia de Raúl a la Cumbre de las Américas en el 2015 en Panamá no es el problema in situ; sino la asistencia o no de Barack Ussaín Obama a ella y la aptitud que asuma con respecto a Cuba en esa reunión. De antemano es de esperar que Raúl no apele a la amnesia histórica para que el gobierno revolucionario cubano se acerque a unos EEUU rasgado por la crisis integral del sistema capitalista, un Congreso y Senado copados y controlados por los conservadores, y una comisión de relaciones internacionales controlada por la ultraderecha cubanoamericana. Quizás el actual presidente de los EEUU asuma ¿muy quimérico parece?, una posición lo suficientemente digna en el último tramo de su estancia en la Casa Blanca y llegue a negociar el trueque de los tres Héroes Antiterroristas Cubanos aún injustamente encarcelados en su territorio por el anciano Allan Gross, antes de que el "pobre" Gross caiga en un estado irreversible de senilidad y olvido. Porque al parecer habrá nada de la aprobación de una ley migratoria que millones de latinoamericanos residentes allá le exigen, con una vehemencia casi angelical por políticamente ingenua. Entonces, la normalización de las relaciones con Cuba lo sembraría en la historia como el mandatario yanqui que la propició.
 
O imite a William Clinton y propicie una variante de la ley Helms-Burton para congraciarse con la mayoría conservadora; y de paso asegure terminar se segundo mandato con la cabeza aún ubicada encima de su hombros.
 
3. La única intensión más o menos seria de normalizar las relaciones con Cuba la tuvo James Carter; pero quedó en la intensión.
 
"nos dijo a Bill LeoGrande y a mí, cuando lo entrevistamos, que él planteaba un enfoque más amplio: el diálogo civil, incluso mantener relaciones, relaciones positivas, con estados enemigos era para él muy preferible a las hostilidades militares. De modo que también intentó, retomó la línea que Kissinger había abandonado, de tratar de normalizar las relaciones. Y volvió a impulsar una serie de reuniones y conversaciones secretas con los cubanos [...] Cuba tiene su propia política exterior y su propia organización nacional. Y en ningún momento ha querido hacer concesiones importantes en su política exterior ni en su organización social y política interna en función de mejorar las relaciones con Estados Unidos." [3]
 
El asunto –harto sórdido- de la negociación posible para la normalización de las relaciones de los EEUU con Cuba, pasa, irremisiblemente, por las estrategias y ejecutoria, agresivas, de las agencias de Inteligencia angloestadounidenses -la CIA en específico-; Amy Goodman le comentó a los autores del libro de marras que cuando ellos escriben la crónica de las negociaciones que se estaban llevando a cabo, ni siquiera la gente de ese país era consciente de la cantidad enorme de atentados que hubo contra la vida de Fidel Castro. Teniendo en cuenta cuentan la interesante historia de un negociador estadounidense, James Donovan, que por un lado estaba llevando a cabo las negociaciones y por otro es usado por la CIA para llevarle a Castro un regalo que lo iba a matar.
 
"Sí, esa historia la contamos literalmente en la primera página del libro. James
Donovan era un abogado de Nueva York, que se había hecho muy famoso por organizar un intercambio de prisioneros con la Unión Soviética. Y primero, John F. Kennedy lo escogió para negociar la liberación de los presos de Bahía de Cochinos, que eran más de mil presos y sus familias, y luego la CIA lo volvió a enviar para lograr la liberación de tres agentes de la CIA que Fidel tenía en sus cárceles y gestionar allí un intercambio de prisioneros. Y él se estaba ganando la confianza de Castro. Hacía viajes diplomáticos de ida y vuelta desde Miami y le llevaba regalos de todo tipo, como ser un traje de neoprene para buceo, un reloj y un tubo de snorkel, etc. Y una sección de la CIA, la sección de acción ejecutiva -que era el eufemismo para nombrar a la sección de la CIA que se encargaba de asesinatos—-se enteró de que le estaba por llevar este traje, y entonces elaboraron un plan para envenenarlo. Tenían un veneno especial para el tubo de snorkel, otro veneno diferente... [...] iban a poner tuberculosis en el snorkel, según entiendo, y un hongo especial en el traje de neoprene. Y Donovan tenía relación con unos agentes con cierta responsabilidad dentro de la CIA, quienes lo apreciaban y tenían confianza, por un lado, en su capacidad para negociar la liberación de sus compañeros de la CIA que estaban presos y por otro lado, en la posibilidad de avanzar realmente en el mejoramiento de las relaciones con Cuba [...] estos agentes le dijeron: "Vamos a mantener bajo nuestro control este traje de neoprene para que nadie más en la CIA pueda tocarlo, así impedimos que lo contaminen". Y buena, esa historia nos permite ver la pugna que había en esos años, entre alguna gente del gobierno de EE.UU. que realmente estaba intentando mejorar las relaciones y otra gente, de línea más dura, que lo único que quería era asesinar a Fidel Castro o iniciar una contrarrevolución en Cuba, o sea, básicamente usar la fuerza de Estados Unidos para derribar la revolución cubana." [4]
 
La anécdota sobre aquel traje de buceo envenenado para asesinar a Fidel es muy conocida en Cuba; a la que siguieron la voladura del avión de Cubana, en Barbados y la masacre del equipo de esgrima juvenil nacional, y la introducción en Cuba del virus del dengue hemorrágico a principios de los 80's del siglo veinte.
 
Los acuerdos tomados como resultado de contactos parciales, no significan en sí mismos la expedición de las posibilidades de normalizar las relaciones de los EUU con Cuba. Si de confirmación de lo anterior se trata, están los Cinco Héroes Cubanos Antiterroristas encarcelados injustamente en los EEUU, la imposibilidad de un banco local para operar para la Sección de Cuba en los EEUU.Y la misma negación de EEUU a que Cuba participe en las cumbres que ellos presiden. El cambio político de la OEA hacia Cuba ha sido consecuencia directa del respaldo que el gobierno y el pueblo cubano reciben desde América Latina y el Caribe a partir de la emergencia de gobiernos progresistas en la región que trajo aparejada una nueva integración regional sin la presencia de los EEUU ni de Canadá. 
 
Esa ultraderecha cubanoamericana vive de la hostilidad de la política estadounidense contra Cuba, sin ella quedaría tan desprotegida como Ucrania sin el gas de Rusia. ¿O peor?
 
Se comprende la importancia de la normalización de esas relaciones, pero en principio estas serán innegociables sin el trueque inmediato de tres de los Cinco Héroes Cubanos Antiterroristas por el espía Allan Gross. Y este es el momento -sin urbanidad ni pseudo diplomacia posible-, de amarrar los pantalones en su liderazgo para el multicultural Barack Ussaín Obama. De lo contrario, lo que le quede en la Casa Blanca será un tiempo de tempestad política y barbitúricos. Porque el asunto en cuestión nuca ha estado realmente expedito en lo que ha voluntad política gubernamental yanqui se refiere:
 
"durante el gobierno de Clinton, hubo una gran serie de charlas con las cuales, finalmente, se logró normalizar nuestra relación migratoria con Cuba, a través de los acuerdos de 1994, que tuvieron como intermediarios entre ambos países al presidente Jimmy Carter y el Presidente Salinas de México, y de otro acuerdo migratorio, de 1995, que se realizó tan secretamente -por temor a la oposición interna en Estados Unidos- que se ordenó a la Agencia de Seguridad Nacional, la NSA, no interceptar las llamadas telefónicas de los diplomáticos, por temor de que corriera la voz sobre las negociaciones en círculos más amplios del gobierno.[...] Hay cuestiones políticas implicadas en el diálogo con Cuba tan delicadas que los diferentes presidentes han sentido la necesidad de utilizar intermediarios extraoficiales para llevar y traer mensajes, muchos de los cuales no tenían ningún vínculo con el gobierno de Estados Unidos. En la época de Kennedy, hubo una periodista pionera, la primera corresponsal, la primera mujer corresponsal de la cadena de noticias ABC, Lisa Howard, que utilizó su apartamento en Central Park como centro de mando, centro de comunicaciones, para las llamadas telefónicas y los mensajes entre Cuba y Estados Unidos." [5]
 
El fundamento de la "hamburguesa" es histórico y va mucho más atrás de 1959-61 cuando Cuba proclamó el carácter socialista de su sistema sociopolítico. La amnesia que padece el excepcionalismo angloestadounidense le está volviendo a jugarle una mala pasada a su política; ¿sería originalmente chino el aforismo de que el poder político no se puede tragar a la cultura, porque le provocará una indigestión de infierno? La edición del programa Mesa Redonda del canal de TV cubano Cubavisión del 5 de noviembre del 2014, se dedicó al análisis sobre los resultados de la votación para cubrir los espacios legislativos, que ganaron los republicanos. No se sabe cuánta gente lo vio, porque son noticias como para desgraciarle la digestión al más pinto (se emite entre las 19:00 y las 20:00 hora de la cena en Cuba), si a Barack Obama le da por utilizar el veto contra el real acoso que desde ahora le harán los republicanos vencedores por eso voto de castigo contra los demócratas, es probable que termine como un puré de papas político. Los republicanos con McCain a la cabeza, no tienen neuronas disponibles para los asuntos con Cuba, que no sea enviar drones a bombardear La Habana.
 
"Cuba es realmente uno de los asuntos de política exterior más intrincados de la historia moderna de las relaciones internacionales de Estados Unidos. Y parte de ello se debe a la actitud históricamente imperial e imperialista que ha tenido Estados Unidos con la Cuba pre-revolucionaria, y con todos los países pequeños de América Latina, para decir la verdad. De alguna manera asumimos que seríamos la potencia hegemónica y en control de todo. Y vino Fidel Castro y vino la Revolución Cubana a decir: "Ey, ¿saben qué? no nos pueden controlar aunque seamos un país pequeño. Vamos hacer la revolución, vamos a ser independientes y vamos a tener nuestro propio sistema político y nuestra propia política exterior". Y entonces, por supuesto..." [6]
 
Sin admitir esa verdad, ni remotamente relativa, es improbable que se pueda normalizar algo con la revolución cubana.
 
Desde el litoral oeste de La Habana revolucionaria, marxista, martiana y bolivariana.

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