5 Hipócritas de saco y corbata

El día empezó mal y terminó peor. Al anochecer pasé por el mismo lugar y la mujer estaba despierta. Le di 100 pesos, que deben ser más de lo que le hurtó aquel canalla. Primero miró el billete, después a mi sin decir nada, y me imaginé que se preguntaba por las vueltas raras que da la vida. Un rato después Lucho Paz, el abogado y amigo de Milagro, me contó la desgarradora escena que acababa de vivir en el tribunal, que a él lo dejó literalmente de cama y a mí me hizo llorar de indignación y me impulsó a abandonar la nota que estaba escribiendo y encarar de un tirón esta carta abierta a un hipócrita mucho peor que el miserable de la mañana, porque ni siquiera pone el cuerpo y se sirve de un aparato de poder organizado por señores de traje y corbata, con título universitario, buenas casas y lindos autos, que además se creen honestos y respetables.