Por Arthur González*/El Heraldo Cubano-Martianos-Hermes-Cubainformación.- Por increíble que parezca para algunos en este mundo, la llamada “disidencia” cubana es la mejor pagada de la tierra, desde su creación por la CIA en 1959.
Cientos de documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos y la propia CIA lo confirman; no es propaganda comunista y aquellos incrédulos solo deben leerlos.
El 28 enero de 1959 la CIA iniciaba la llamada “oposición” al fabricar la primera organización denominada La Rosa Blanca, dirigida por Rafael Díaz-Balart, ex ministro de la tiranía de Fulgencio Batista. Después vendrían otras con idénticos fines y fracasos.
El 17 de marzo de 1960 el presidente Dwight Eisenhower, le aprobó a la CIA el 1er Programa de Acciones Encubiertas para derrocar a la naciente Revolución cubana, y debía concluir con la invasión de un ejército mercenario, lo que ocurrió en abril de 1961 en las arenas de Playa Girón.
En dicho programa se afirma:
“El primer requisito es crear una oposición cubana responsable, atractiva y unificada, que se declare públicamente como tal…”
Por tanto, nadie puede decir que no fue fabricada por Estados Unidos porque así lo afirman sus documentos.
El 6 de abril de 1960, el Subsecretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos de los EE.UU. Lester D. Mallory, reconocía en un memorando:
“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento basado en la insatisfacción y las dificultades económicas.
Derrota tras derrota conforman una cadena de fracasos en lograr esa “oposición”, y medio siglo más tarde la actual administración bajo la presidencia de Barack Obama, tuvo que reconocer que sus políticas no dieron resultados y la Revolución se mantiene con el apoyo mayoritario del pueblo, a pesar de la Guerra Económica impuesta, como aseguran otros documentos desclasificados fechados el 18 de enero de 1962, donde se expone:
““La acción política será apoyada por una guerra económica para inducir al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, junto con operaciones psicológicas que acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen…”
Uno de sus últimos intentos por conformar una “disidencia” es la llamada Unión Patriótica de Cuba, UNPACU, construida el 24 de agosto de 2011, al salir en libertad condicional el recluso contrarrevolucionario José Daniel Ferrer García, residente en la provincia de Santiago de Cuba.
¿Por qué fue seleccionado Ferrer García para ser el coordinador general? Precisamente por sus características de personalidad, egocentrista y con una conducta violenta, tanto intrafamiliar como socialmente.
Son múltiples los casos de golpizas a mujeres de algunos de los miembros de la UNPACU, unido al exceso del consumo de alcohol, generalizado en la zona de operaciones de ese grupúsculo y demostrado en los videos que difunden en las redes sociales, donde se muestran agresivos contra la población que los repudia por su mala conducta social.
Pero la CIA requiere de acciones callejeras y esos personajes resultan ideales para sus objetivos, motivo por el cual dicha organización hoy en día es la que mayores recursos financieros recibe para mantener a una membresía que no labora y solo vive de los miles de dólares que recibe mensualmente desde los Estados Unidos su coordinador general y parte de ella es repartida entre sus colaboradores.
Conocidas son sus contradicciones con la presidenta de las llamadas “Damas” de Blanco, la grosera y corrupta Berta Soler, quien desde un inicio vio peligrar su autoridad sobre las mujeres de la zona oriental de Cuba, pero sobre todo los dólares, de los que actualmente se apropia José Daniel Ferrer, al impedir que Berta tenga autoridad sobre las mujeres del oriente cubano.
Orientado por los especialistas yanquis, incluidos los asignados en la embajada yanqui en La Habana bajo el manto diplomático, José Daniel intenta darle un matiz político a su grupo, confeccionando en fecha reciente un supuesto “Programa Mínimo y Proyecciones”, que nadie cree, pues sus líneas de acción demuestran todo lo contrario.
Entre los principios que le orientaron los citados especialistas estadounidenses en materia de subversión, está la de afirmar que se proponen “democratizar a Cuba de manera civilizada y pacífica”, aunque sus actos callejeros y su forma de dirigir a sus asalariados demuestran lo contrario.
Exponen que el cambio le daría al pueblo cubano una “vida digna, en libertad y con prosperidad”.
Al parecer José Daniel Ferrer cree que los cubanos, y especialmente los orientales, olvidaron el pasado como desea Barack Obama.
Hasta diciembre de 1958, quien dominaba el país era Fulgencio Batista, adueñado del poder mediante un golpe militar que pisoteó la Constitución, e impuso los conocidos Estatutos Constitucionales, donde él como presidente del país designaba entre otros a los magistrados del Tribunal Supremo y todo el aparato para administrar la justicia.
Por esos mismos Estatutos derogó el régimen de autonomía de los gobiernos provinciales y municipales, e impuso los gobernadores, alcaldes y concejales, lo que sirvió para que el propio Batista, un humilde sargento de padre desconocido y madre lavandera, se convirtiera años después en el hombre más acaudalado de la isla, amasando una fortuna de cientos de millones de dólares robados de forma estrepitosa.
José Daniel quiere hacer olvidar que antes del triunfo revolucionario cien mil campesinos trabajaban las tierras de la cual no eran propietarios, los despojaban de las misma constantemente y solamente existía un hospital rural con apenas 10 camas y sin médico alguno.
La mortalidad infantil superaba los setenta fallecidos por cada mil niños nacidos vivos y la esperanza de vida al nacer no superaba los 58 años.
La ciudad de Santiago de Cuba era un constante río de sangre de sus mejores hijos asesinados vilmente por la dictadura batistiana.
Solo por tener ideas políticas o expresarlas, los ciudadanos perdían la vida, algo que hoy no sucede y por eso Ferrer García actúa libremente al servicio de una potencia extrajera.
¿Qué prosperidad les espera a los cubanos en un cambio de régimen?
Quizás la misma que ahora vislumbran los argentinos o españoles, algo que ya los cubanos padecieron hasta 1958, donde, de acuerdo con cifras oficiales de la época, existía un millón y medio de personas sin trabajo.
En cuanto a la educación, al triunfar la Revolución el nivel promedio que encontró fue de tercer grado de escolaridad, con más de un millón de analfabetos, algo muy diferente a la prosperidad alcanzada hasta hoy, donde estudiar no cuesta un centavo desde primaria hasta la universidad y el nivel mínimo de la población es de 9 grados.
El propio José Daniel no es analfabeto gracias el proceso revolucionario, pues por su origen sería uno más del ejército de campesinos analfabetos desempleados.
¿Quién en Cuba sin un alto poder adquisitivo podría soñar con estudiar en la universidad de las artes, del deporte o de las ciencias?
La UNPACU y sus ideólogos en la CIA debe tener presente que los cubanos y cubanas no olvidarán de dónde vienen y los sufrimientos del pasado capitalista. Por eso, el gobierno revolucionario aprobó el 26 de enero de 1959 la Ley No. 26 que suspendió los desalojos de las viviendas en campos y ciudades, de aquellos que no podían pagarlas por falta de trabajo, o no poseían tierras donde levantar su humilde bohío de tablas y hojas de palma.
De aquel abismo sacó al pueblo la Revolución y es a donde pretende hacerlo hundir nuevamente la UNPACU con el regreso al capitalismo.
Si los cubanos pueden disfrutar de las playas es porque la Revolución abolió los clubs privados de las clases pudientes, algo que al parecer la UNPACU no tiene en cuenta, como quiere ignorar que la prosperidad en los campos de Cuba llegó el 17 de mayo de 1959, cuando Fidel Castro firmó la 1era. Ley de Reforma Agraria, tan odiada por Estados Unidos, mediante la cual les entregó los títulos de propiedad a cien mil campesinos arrendatarios, aparceros y precaristas que la habían trabajado toda su vida, sin la esperanza de ser dueños de esas tierras.
La UNPACU no puede ni tiene que democratizar a Cuba, porque eso lo hizo y hace a diario la Revolución, sino que le dé un vistazo a la historia y verá los avances del pueblo, a pesar de los planes terroristas ejecutados por Estados Unidos, la Guerra Económica y las acciones subversivas, como es la creación de ese engendro contrarrevolucionario que sueña con desestabilizar un proceso revolucionario y una sólida obra que no han podido destruir.
Por eso no podemos olvidar a José Martí cuando afirmó:
“…no hay viles mayores que los que miran exclusivamente los intereses de la patria como medios de satisfacer su vanidad o levantar su fortuna”.
*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.
Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación
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