El exmilitar de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) Pedro Barrientos, asesino del cantautor chileno Victor Jara, comparecerá ante la justicia, reportaron medios nacionales.
La viuda del artista, Joan Jara, señaló que el proceso legal contra Barrientos no sólo es por el asesinato de su marido, sino por todos los crímenes cometidos bajo la brutal dictadura de Augusto Pinochet.
“Más de 40 años después, mis hijas y yo todavía estamos buscando justicia”, manifestó. Además -comentó- la importancia de ese juicio trasciende a su familia, y se extiende a todos los que han pasado décadas en busca de respuestas acerca de sus seres queridos que fueron torturados, desaparecidos o asesinados a manos del régimen.
A sus 67 años, Barrientos será procesado por un tribunal de Florida, Estados Unidos, por cargos de tortura y asesinato extrajudicial contra Jara.
El exmilitar puede ser juzgado en el país norteamericano porque se mudó en 1989, con el tiempo adquirió la doble nacionalidad y en el presente reside en Deltona (Florida).
Chile en 2012 presentó su caso legal contra Barrientos y otros siete antiguos oficiales por responsabilidad en la muerte de Víctor Jara, abriendo una solicitud de extradición y orden de captura internacional.
En el proceso legal, la viuda e hijas del cantautor demandan compensación económica por los daños emocionales que sufrieron tras su muerte en el estadio Chile en 1973, un polideportivo que actualmente lleva el nombre del artista.
Dicho lugar fue un centro de detención y tortura tras el levantamiento militar y el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende (1970-1973), y en el momento del asesinato de Jara, Barrientos era uno de los encargados de custodiar a los prisioneros allí.
El cantautor fue detenido junto a profesores y alumnos de la Universidad Técnica del Estado, donde era docente, y apresado en el estadio donde fue torturado y acribillado con 44 balazos el 16 de septiembre de 1973, cinco días después del golpe de estado perpetrado por Augusto Pinochet.
La demanda afirma que Barrientos puso a Jara un arma detrás de la cabeza y “jugó a la ruleta rusa”, colocando una bala de forma aleatoria en el tambor del revólver.
El asesinato del cantante es uno de los casos más emblemáticos de las violaciones a los derechos humanos cometidas en Chile durante la dictadura de Pinochet.
Cifras oficiales indican que en tal periodo unas tres mil 200 personas murieron a manos de agentes del régimen, de las cuales mil 192 figuran aún como desaparecidas, y más de 33 mil como secuestrados, torturados y encarcelados por causas políticas.
“Más de 40 años después, mis hijas y yo todavía estamos buscando justicia”, manifestó. Además -comentó- la importancia de ese juicio trasciende a su familia, y se extiende a todos los que han pasado décadas en busca de respuestas acerca de sus seres queridos que fueron torturados, desaparecidos o asesinados a manos del régimen.
A sus 67 años, Barrientos será procesado por un tribunal de Florida, Estados Unidos, por cargos de tortura y asesinato extrajudicial contra Jara.
El exmilitar puede ser juzgado en el país norteamericano porque se mudó en 1989, con el tiempo adquirió la doble nacionalidad y en el presente reside en Deltona (Florida).
Chile en 2012 presentó su caso legal contra Barrientos y otros siete antiguos oficiales por responsabilidad en la muerte de Víctor Jara, abriendo una solicitud de extradición y orden de captura internacional.
En el proceso legal, la viuda e hijas del cantautor demandan compensación económica por los daños emocionales que sufrieron tras su muerte en el estadio Chile en 1973, un polideportivo que actualmente lleva el nombre del artista.
Dicho lugar fue un centro de detención y tortura tras el levantamiento militar y el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende (1970-1973), y en el momento del asesinato de Jara, Barrientos era uno de los encargados de custodiar a los prisioneros allí.
El cantautor fue detenido junto a profesores y alumnos de la Universidad Técnica del Estado, donde era docente, y apresado en el estadio donde fue torturado y acribillado con 44 balazos el 16 de septiembre de 1973, cinco días después del golpe de estado perpetrado por Augusto Pinochet.
La demanda afirma que Barrientos puso a Jara un arma detrás de la cabeza y “jugó a la ruleta rusa”, colocando una bala de forma aleatoria en el tambor del revólver.
El asesinato del cantante es uno de los casos más emblemáticos de las violaciones a los derechos humanos cometidas en Chile durante la dictadura de Pinochet.
Cifras oficiales indican que en tal periodo unas tres mil 200 personas murieron a manos de agentes del régimen, de las cuales mil 192 figuran aún como desaparecidas, y más de 33 mil como secuestrados, torturados y encarcelados por causas políticas.
(Con información de PL)
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