SANTA CLARA, Villa Clara.— Hoy es el día guevariano por excelencia. Con renovados bríos, su impronta e imagen se desbordan ya sea en un rincón de la selva americana o en una populosa urbe. Allí donde sea necesario reclamar justicia, por desgracia todavía en tantísimos lugares, el Che Guevara acompaña a los que reclaman una vida mejor.
Día feliz este en que nació el hombre que se convirtió en un paradigma para millones de personas en todo el mundo. Fue palabra y acción, presto siempre a predicar con el ejemplo, aunque en ello le fuera la vida.
En el aniversario 88 de su natalicio vale evocar a las ciudades de Rosario y Alta Gracia, en Argentina, y Santa Clara, que tienen, en común, el inmenso privilegio de ser inseparables de la historia del Guerrillero Heroico.
No hay duda de que él las quiso entrañablemente. En la primera nació el 14 de junio de 1928, pero posteriormente la familia se trasladó a Buenos Aires. Después, le recomendaron ir a vivir a Alta Gracia, con un clima más favorable para la afección asmática del niño.
En Rosario le tomaron la primera fotografía: en el Parque de la Independencia, el bebé está junto a sus padres, Celia de la Serna y Ernesto Guevara Lynch.
La ciudad cuenta con una escultura del Che Guevara, erigida en el aniversario 80 de su natalicio, gracias a la donación de bronce por parte de la comunidad. Además, el 24 de octubre de 2002 fue declarado Ciudadano Ilustre post mortem por el Municipio, y en junio de 2010 se estableció en Rosario la Semana en conmemoración a su natalicio.
Cuando en 1952 el joven Ernesto Guevara decidió recorrer América Latina junto con su amigo Alberto Granado, incluyó a la ciudad de Rosario. Aquel momento quedó registrado en fotografías, donde se les aprecia en el Parque de la Independencia.
Chávez y Fidel
En Alta Gracia residió 12 años, junto a sus padres y hermanos, en distintos inmuebles de la ciudad, pero donde radica hoy el museo dedicado a él vivió el mayor tiempo.
El líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, y el Comandante Hugo Chávez realizaron una visita a ese museo, donde compartieron con amigos del Che. Allí se exponen fotos familiares, el diploma de médico de Ernesto Guevara y su boletín de calificaciones. Sobresalen también un juego de ajedrez y los primeros palos de golf utilizados por él, la réplica de la bicicleta con la que recorrió 4 000 kilómetros, un mapa con los itinerarios realizados en sus distintos viajes y las últimas cartas escritas por él a sus padres, hijos y a Fidel.
La visita de ambos líderes, quienes fueron recibidos con entusiasmo por la población, hizo historia. Los dos mandatarios se fotografiaron junto a una estatua en bronce que muestra a Guevara de niño y, además, con amigos del Che.
Las autoridades del Museo de Alta Gracia y las personas dedicadas a preservar el legado del Guerrillero Heroico en Rosario mantienen relaciones de trabajo con el Complejo Escultórico Comandante Ernesto Che Guevara, de esta ciudad.
LLegan de todo el mundo
La relación del Che Guevara con Santa Clara comenzó en medio de la pólvora y los disparos, en diciembre de 1958. Esa empatía, surgida en momentos difíciles, se acrecentó con el paso de los años.
Aquí, en la batalla por la liberación de esta ciudad, brilló su genio militar; luego de la partida hacia La Habana, volvía una y otra vez. Contento lo vieron muchos andar por sus calles y llegar a animar una construcción o un centro de trabajo.
Esta ciudad se ha convertido en el lugar donde llegan a rendirle tributo los guevarianos de todas partes del mundo, desde sus corajudos compañeros de batallas, jefes de Estado, renombrados intelectuales y hasta los seres más humildes.
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