lunes, 19 de enero de 2015

Los Cinco, más allá de la realidad y la ficción

Escrito por MAYÁN VENERO
 Como protagonistas de historias llenas de heroísmo y dignidad, los agentes antiterroristas cubanos aparecen en la pequeña pantalla
Desde tiempos remotos cada pueblo ha tratado de defenderse de quienes lo han querido atacar por varios puntos. Por eso surgen hombres que dedican su vida a realizar ese tipo de trabajo que muchos nombran espionaje, palaba que no me agrada, pero es la más utilizada. Siempre ha existido ese modo de defensa.

Durante las dos últimas Guerras Mundiales muchos países trataron de infiltrar a sus hombres en los países involucrados en las conflagraciones.  No olvidemos que hasta mujeres actuaron como espías; tal es el caso de la bailarina Mata Hari o la famosa diseñadora de modas Cocó Chanel.
Estados Unidos, después de terminadas las guerras, creó la Agencia Central de Inteligencia, conocida por todos como la CIA, sus agentes están por todos lados.
Pero, yendo un poco más atrás, recordemos que durante las guerras de independencia de Cuba para liberarse de España, muchas expediciones con armas para los mambises no llegaron a costas cubanas porque fueron detectadas por los agentes que radicaban en Estados Unidos.
Siempre hubo agentes en Cuba por parte de Estados Unidos para viabilizar y defender sus intereses aquí. Cuando apenas triunfaba la Revolución en 1959, se descubrió que espías mandados por el imperialismo operaban en nuestro país bajo el mando del norteamericano William Morgan y otros cubanos. Estos grupos fueron descubiertos y abortadas sus labores en El Escambray.
Hollywood explotó durante años en sus filmes el tema del espionaje, pero tras el triunfo de la Revolución comenzaron a trasmitirse en la televisión cubana seriales de la Unión Soviética. Entonces, conquistó la pequeña pantalla la serie Diecisiete instantes de una primavera, protagonizada por el gran actor Viacheslav Tijanov, que acaparó la atención del pueblo debido a su gran historia e inmejorable factura.
Por su parte, la televisión nacional no se quedó de brazos cruzados, y ya en 1969 surgen los policiacos Sector cuarenta, Móvil ocho y Día y Noche, muy bien acogidos por los televidentes por la calidad de la puesta, las actuaciones, el guión, la banda sonora.
En esa época dichas producciones eran difíciles de realizar, pues la tecnología con que contaba la televisión era muy modesta.
La investigadora y escritora Josefa Bracero, en su libro Televisión.  Ángel o Demonio (Editorial En Vivo, 2013) explica: “A partir de 1981, la pantalla nos trajo tres seriales que lograron sentar ante el televisor  a todo el pueblo: En silencio ha tenido que ser, Julito el pescador y El regreso de David,escritos por  Nilda Rodríguez y Abelardo Vidal, bajo la dirección de Jesús Cabrera, asesorados por el Ministerio del Interior por el coronel Fabián Escalante.
“La idea -sigue contando la autora- fue de común acuerdo, alguien pasó y dijo al colectivo: léanse a Martí, la carta a Manuel Mercado, y enseguida surgió el título apropiado (…)”.
Para darle al lector una idea de lo sucedido con En silencio ha tenido que ser, les diré que los muchachos de esa época, entre 15 y 18 años, comenzaban sus fiestecitas los sábados a partir de las diez de la noche, la hora cuando terminaba el serial.
El país se paralizaba, muchas veces se veían los ómnibus detenidos al frente de alguna casa para ver qué sucedía en el episodio. En el último capítulo, cuando aparece David, rol protagónico desarrollado magníficamente por ese grande de la actuación que fue Sergio Corrieri, el pueblo se lanzó a la calle. Se abrazaban, aplaudían. Aquello era la apoteosis.
Algo parecido ocurrió con Julito el pescador y La frontera del deber.
Hoy vemos en pantalla, protagonizando reportajes, documentales, programas como la Mesa Redonda, a personajes que parecen nacidos de la ficción. Se trata de Los Cinco, protagonistas en carne y hueso de historias muy conmovedoras.
Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Gerardo Hernández, René González y Fernando González  sufrieron durante 16 años las más horribles vejaciones por ser hombres dignos y comprometidos con su deber.
Tal como se proclamó siempre en la campaña internacional por la liberación de Los Cinco, ellos lucharon por evitar en su patria las agresiones que, perpetradas por agentes norteamericanos, han causado la muerte y mutilado a cientos de personas. Nunca causaron daño al pueblo norteamericano.
Y en ese gran movimiento que unió a personas y organizaciones de diversas partes del mundo, sobresalieron los periodistas y medios de comunicación cubanos, que concentraron sus mejores energías y talentos para sensibilizar a la opinión pública internacional para reclamar el regreso de los cinco cubanos encarcelados injustamente en Estados Unidos.
Luego de escuchar por más de una década el espacio radial La luz en lo oscuro, siempre portador de los mensajes para y de Los Cinco, hoy nos regocija continuar escuchándolos y viéndolos compartir con el gran público cubano sus relatos, que emergen de la simbiosis del sufrimiento y la alegría que los distingue por su condición de patriotas enteros.
Una vez al mes, desde este el pasado 9 de enero, la Mesa Redonda dedica una emisión exclusiva al diálogo con Los Cinco. Por el inmenso valor que poseen los relatos contados en primera persona, además del atractivo sentimental y heroico de las historias de vida de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, este espacio pudiera alcanzar el gran impacto logrado por las series citadas antes.
Y tal vez, de esas emisiones que el programa ha titulado “Los Cinco en persona” surjan nuevas y exitosas series inspiradas en hombres cuyas ideas y acciones los colocan más allá de la realidad y la ficción.

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