Texto y fotos: Minoska Cadalso Navarro
Llegamos a Isl
a Margarita acariciando un propósito, conversar con el venezolano que cuidó al Comandante en Jefe Fidel Castro cuando se celebró en esta porción de tierra ubicada en el mar Caribe, la séptima cumbre Iberoamericana.

Guillermo Acevedo nos recibió en el hotel Hesperia; estábamos en el mismo escenario, habían pasado 18 años desde que agentes de la Guardia Costera interceptaran accidentalmente, en aguas puertorriqueñas, al yate La Esperanza, cuando se dirigía hacia la Isla venezolana para realizar un atentado contra el presidente de Cuba.

“Trabajé con los compañeros de la seguridad cubana durante tres meses, de ellos aprendí mucho, son muy rigurosos, bajamos y subimos esos cerros que están frente al hotel en innumerables ocasiones, calculábamos distancias, las salidas por diferentes puntos, en fin, queríamos que todo saliera bien”


Guillermo sonríe al escuchar a su compañera, entre sus manos el libro Fidel y la Religión deja ver las huellas del tiempo, “él me lo regaló, fue el día 9, como a las 6 de la mañana me dicen que el Comandante me quería ver, era para agradecerme porque el día antes un fotógrafo con una cámara muy grande se le puso delante, muy cerca, yo me interpuse para protegerlo y parece que se lo contaron”.

Ha transcurrido más de una hora, en ese tiempo, junto a Guillermo, caminamos por la habitación donde estuvo Fidel, hoy en reparación, “esto es historia, se lo cuento a mis hijos, a mis nietos, he sacado muchas copias de esas fotos porque la gente me las pide, nunca antes había hablado con ningún periodista y estoy feliz de hacerlo con ustedes. Se detiene y pregunta “¿le puedo mandar un saludo al Comandante?, que Dios le de mucha salud, tengo 67 años, pero igual estaría dispuesto a cuidar de su vida, estoy a su orden”
Cubadebate
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