Envío de Manuel David Orrio
Tienes, Ana Belén Montes
árboles en tu apellido
donde fabrican su nido
tocororos y sinsontes.
Los cubanos horizontes
tocan el tres y la tuba.
El papel pautado incuba
del cuatro su melodía,
y abrazos de poesía
llegan a tu piel, de Cuba.
No hubo pecado en tus ojos,
no existe dolo en tus manos,
tampoco avisos malsanos
ni motivos para enojos.
¿Por qué insisten los cerrojos
en apresar tus oídos?
Muchos brazos extendidos
pueden unir las orillas
y hacer que tus manecillas
encuentren otros sentidos.
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