Por Leandro Albani @leanalbani/ Foto por Resumen Latinoamericano
Uno de los Cinco Héroes Cubanos se encuentra en Argentina y relató su historia y analizó los desafíos de Cuba y del continente ante un grupo de medios alternativos.
“Bueno, qué, ¿en la prisión había muchos mosquitos?”, preguntó Fidel cuando recibió en su casa a Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino y René González. El encuentro entre el líder de la Revolución Cubana y los mundialmente conocidos Cinco Héroes Cubanos fue el 28 de febrero del año pasado. La pregunta de Fidel, recuerda ahora Ramón Labañino, fue la forma de romper el hielo de una conversación que duraría cinco horas.
Ramón, que se encuentra junto a su esposa Elizabeth Palmeiro Casado en Argentina realizando diferentes actividades, contó la anécdota durante una conferencia de prensa que se realizó ayer en la sede de la Embajada de Cuba en Buenos Aires.
La historia de Labañino está aferrada a la Revolución Cuba y a los ataques permanentes por parte de Estados Unidos para desestabilizar a la isla caribeña, en la cual su pueblo se atrevió a torcerle el brazo a la historia del imperialismo en el continente en enero de 1959. A partir de esa fecha, Cuba apuntó su fuerza a la construcción del socialismo, mientras que Washington desplegó toda su maquinaria para que ese proceso, que todavía sigue vigente y en plena transformación, cayera a pedazos. Y hasta ahora en esta batalla ideológica, cultural y, cuando fue necesario, militar –como en el momento en que Estados Unidos impulsó la invasión a Playa Girón-, la victoria la llevan como emblema las mujeres y hombres herederos de José Martí.
Junto a René González Sehwerert, Antonio Guerrero Rodríguez, Gerardo Hernández Nordelo y Fernando González Llort, Ramón se encontraba en Miami cuando las fuerzas de seguridad los apresaron en 1998. Los Cinco monitoreaban las actividades y planes terroristas de los grupos anticubanos que operan desde Florida, pero las autoridades norteamericanas los acusaron de espionaje. Desde ese instante, una disputa diplomática entre ambos países se recrudeció y al mismo tiempo nació un movimiento de solidaridad con los Cinco que llegó a todos los rincones del planeta.
Momentos cruciales
“La unidad es la esencia de la victoria, hay que dejar de lado los protagonismos”, señaló Ramón y, de esta forma, resumió el futuro de resistencia que se configura en América Latina, ante el avance de los gobiernos derechistas.
Al ser consultado en el caso de Argentina, Labañino aseguró que “se vive un momento crucial” y que existe “un reto grande”. “Soy un eterno optimista y pienso que a la batalla la vamos a ganar nosotros”, afirmó Ramón e indicó que lo fundamental es “no dejarse arrebatar los logros alcanzados”. Eso se consigue, según el patriota cubano, manteniendo “firmes en nuestros ideales”.
La prisión como escuela
Cuando los Cinco fueron sentenciados, y pese a la denuncias por las irregularidades del proceso, Ramón recibió 18 de prisión. Aunque en la cárcel sufrieron un fuerte asedio psicológico, el chantaje para que traicionaran a su país, la imposibilidad de recibir visitas de sus familiares y, en muchos casos, largas jornadas en El Hueco (donde apenas tenían una hora para ver la luz del sol), esa experiencia se fue transformando en resistencia.
“La táctica con nosotros fue que muriésemos en las cárceles, ese era su plan pero no contaron con el pueblo cubano y con el movimiento de solidaridad”, manifestó Labañino. La lucha por la liberación de Los Cinco, resumió, “es la lucha del capitalismo contra el socialismo”.
Labaniño explicó que el sistema carcelario norteamericano, junto al Poder Judicial de ese país, se puede resumir en una frase: “Es la opresión de los ricos sobre los pobres”. En esos interminables días entre rejas, Ramón recordó cómo tejió relación con otros reclusos, a los que les explicaba qué era Cuba, porque muchos de ellos tenían una visión tergiversada del pueblo de la isla caribeña. “Conocí a Panteras Negras, musulmanes, independentistas de Puerto Rico y hasta a algunos zapatistas encarcelados, con los cuales pude hablar e intercambiar ideas”, relató.
Para Labaniño, el sistema carcelario de Estados Unidos sirve “para controlar a la población negra y evitar cualquier intento de revolución social”, como sucedió en la década de 1970 con el partido Panteras Negras y sus dirigentes. Pese a los sufrido dentro de las prisiones estadounidenses, Labaniño rescató que la “cárcel es una escuela fecunda para educar”.
Vecinos y no amiguitos
Las nuevas relaciones entre Cuba y Estados Unidos no estuvieron ausentes en la conferencia. Ramón resumió esta nueva situación citando al cantautor Silvio Rodíguez: “La cultura cubana es invencible, el peligro es la absorción política”. Labañino fue claro en decir que en antes “el enemigo antes se presentaba con un fusil, pero ahora lo hacen a través del dinero, del capital y de las inversiones”. Igualmente, aseguró que los cubanos y las cubanas “tienen el poder de discernir qué propaganda y qué es cultura” y que la mayoría del pueblo “sabe que el socialismo es el futuro”.
“Queremos una relación normal y no convertirnos en amiguitos de Estados Unidos”, sentenció Labañino. Y agregó que el pueblo de Cuba seguirá “viviendo con dignidad” y que defenderán los logros en salud y educación alcanzados durante más de 50 años de revolución. “Ojalá en Estados Unidos haya salud gratis”, ironizó Ramón.
El patriota también criticó al bloqueo económico y comercial impuesto por Estados Unidos contra la isla desde hace más de 50 años, medida punitiva que no permite que Cuba comercie a nivel internacional. Además, manifestó que los anuncios realizados por Washington en materia económica son “medidas muy cortas” y recordó que el Departamento de Estado norteamericano todavía designa 20 millones de dólares anuales para fomentar la desestabilización dentro de territorio cubano.
“Que Obama se muestre simpático es un peligro, porque todavía nos quiere dominar”, alertó Labaniño. También alertó que los planes de Estados Unidos apuntan a “darle poder” al “pequeño sector privado” que existe en Cuba, algo que el presidente Barack Obama remarcó en su visita a la isla. “Pero para la gran mayor parte de la población, su visita fue como la de cualquier otro mandatario”, sintetizó.
Ser como Fidel
“Fidel es grande”, describe Ramón al líder revolucionario. Esa grandeza se repite cuando se le pregunta los cubanos sobre el hombre que comandó la revolución que partió al medio la historia de América.
Cuando los Cinco lo fueron a visitar, recuerda Labañino, Fidel “nos quería agasajar” y “me emocionó verlo tan humano y tan humilde”.
Al reflexionar sobre el líder cubano, Ramón resumió que “tenemos que parecernos a Fidel, con su ejemplo y su forma de ser y pensar” y aprender a “dirigir como dirige Fidel”.
Por último, Labañino remarcó que una de las cualidades del dirigente revolucionario es “que siempre hay transparencia en él”.
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